España podría ser un continente. Bueno, quizás un subcontinente por la variedad de paisajes, caracteres, culturas y liturgia que acoge. De hecho, en ocasiones, con solo cruzar un desfiladero o un río se cambia de acento, de clima y hasta de horarios. De ahí que sea una tierra perfecta para hacer escapadas, para descubrir poco a poco, para desacelerar y practicar un poco de turismo slow donde los árboles, los sabores, las piedras y los ríos son un universo. He aquí la selección personal de la redacción de Viajes National Geographic para inspirar, motivar y, sobre todo, limar excusas.