En una comparecencia telemática que ha tenido lugar esta mañana, el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha anunciado que el país ya está en condiciones de fijar una fecha para volver a aceptar al turismo internacional. De este modo, y siempre que no haya repuntes o un brote inesperado de la COVID-19, el uno de julio España volverá a abrir sus fronteras con el fin de que la temporada de verano pueda recuperar al turista perdido durante esta primavera.
"Habrá temporada turística este verano"
Con esta frase, el jefe del ejecutivo ha confirmado la noticia y, a su vez, ha instado a bares, restaurantes y hoteles a retomar la actividad. Desde el próximo lunes, se podrán abrir en toda España terrazas al 50% de su capacidad y hoteles -exceptuando las zonas comunes- mientras que en aquellas regiones que estén ya en fase 2, los restaurantes podrán atender en el interior. En concreto, en las barras.
De este modo, a inicios del séptimo mes del año quedarán suspendidas todas las medidas de cuarentena, lo que no quita que las medidas de seguridad y los protocolos de sanidad tanto en playas como en hostelería (los puntos fuertes de la temporada de verano) sigan vigentes. Eso sí, como se prevé que a finales de junio ninguna CC.AA. estará en ninguna fase del confinamiento, los aforos en los espacios privados no estarán limitados.
El despertar del turismo nacional
En la misma comparecencia, Pedro Sánchez ha confirmado que, a partir de la fase 3, el turismo nacional se verá reanudado, lo que se calcula que será en la tercera semana de junio. ¿Cómo? Pues permitiendo que la movilidad entre las regiones que estén en dicha etapa sea total, creando corredores sanitarios para que los residentes en dichas zonas puedan desplazarse a otras que estén en un estado similar. Un modelo que imita las indicaciones de la Comisión Europea, que ya propuso esta solución en las recomendaciones publicadas la semana pasada.
Etiqueta relacionada

Dos nuevos sellos
Otra de las novedades avanzadas hoy ha sido la creación de dos sellos turísticos. El primero, será un sello sanitario para asegurar al viajero que tanto el destino como los establecimientos y servicios están libres de coronavirus. El segundo, una identificación de turismo sostenible del que aún no han transcendido más datos.