A todo tren

Las estaciones de tren más míticas y bellas del mundo

La belleza de la arquitectura y las historias que encierran las convierte en destinos a los que viajar por sí solas.

Lugares de paso, de encuentro, de despedidas y esperas, en la mayoría de los viajes se pasan muchas horas en las estaciones, pendientes de la megafonía, los horarios y las vías. Hay veces que merece la pena alzar un poco más la vista y fijarse en los techos abovedados, la potente arquitectura y la suntuosa decoración de algunas de estas estaciones, monumentos que hablan de la historia de las ciudades y son testigos del ir y venir de millones de personas desde hace décadas.

Grand Central Terminal

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GRAND CENTRAL (NUEVA YORK)

El paradigma de las estaciones ferroviarias se halla en el corazón de Manhattan, entre la 42 y Park Avenue. En 2013 se cumplió el centenario de la inauguración de esta gran obra que en origen ya ocupaba unas 19 hectáreas y tenía treinta andenes y 46 vías. Su vestíbulo, con la cúpula decorada por las constelaciones y sus cinematográficas escaleras; el afamado Oyster’s Bar construido con la volta catalana de Rafael Guastavino; la fachada sur con las esculturas romanas que enmarcan el reloj de Tiffany son algunos de los elementos que hacen de Grand Central una estación única en el mundo.

San Bento (Oporto)
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ESTACIÓN DE São BENTO (OPORTO)

Los trenes empezaron a circular por esta magnífica obra de arte en 1916 (así que hay que estar atentos a su centenario). El edificio, obra del arquitecto Marques da Silva, es uno de los grandes monumentos de la ciudad y alberga un maravilloso vestíbulo decorado con veinte mil azulejos en los que se narra la historia de Portugal.

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Estación central de Amberes
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ESTACIÓN CENTRAL DE AMBERES

La forma más habitual y aconsejable de viajar a Amberes es en tren. Tras el trayecto desde Bruselas se llega a la conocida como la «Catedral de las Estaciones», considerada como una de las más bellas del mundo no solo por su arquitectura barroca sino también por sus espectaculares dimensiones. Se construyó entre 1895 y 1905 y el vestíbulo está formado por una gran cúpula revestida de piedra y flanqueada por ocho torres. La estructura de hierro y vidrio que cubre las vías mide nada menos que 185 metros largo y 44 metros de altura. En las últimas décadas se ha incorporado un centro comercial y añadido nuevos niveles de vías adaptadas a los trenes de alta velocidad.

 

 

Kanazawa
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ESTACIÓN DE KANAZAWA (JAPÓN)

Sorprende que en un país como Japón, donde las conexiones ferroviarias son fundamentales, no abunden las estaciones espectaculares -aunque todas ellas son modernísimas-. Por eso la de Kanazawa es una buena noticia, por ser literalmente la puerta de entrada a una ciudad que, como este edificio, fusiona pasado y futuro. El complejo diseñado por el estudio SANAA lo tiene todo para enamorar, desde un techo de vidrio ondulado que le aporta a un aire de ligereza y modernidad, hasta unos ventanales que lo conectan con las montañas circundantes. Eso sí, su principal emblema es la Tsuzumi-mon, una puerta que alcanza los 14 metros y que emula a los típico toriis (puertas de madera) que pueblan los templos de Japón. 

Estación central de Praga
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ESTACIÓN CENTRAL DE PRAGA

La visita a esta estación debe incluir una búsqueda minuciosa de los extraordinarios elementos art nouveau que la embellecen y que están resguardados tras la modernidad en el antiguo edificio de Hlavní Nádraží, la antigua estación que data de 1871. La ornamentada cúpula del viejo vestíbulo, obra de Josef Fanta, se levantó entre 1901 y 1909.

St Pancras Londres
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ESTACIÓN DE ST. PANCRAS (LONDRES)

Popularizada por numerosas películaseste oasis de ladrillo londinense se ha ganado una fama y entidad propia gracias a su espectacularidad. Diseñada en 1868 por Sir George Gilbert Scott, esta fantasía neogótica de ladrillo rojo, infinidad de arcos y torres apuntadas fue concebida para conectar la capital británica con las Midlands inglesas. Además de por su brillante exterior, este emblema fascina con la bóveda Barlow, la más grande del mundo en el momento de su construcción.

Gare du Nord (París)
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GARE DU NORD (PARÍS)

Una de las estaciones veteranas del continente (1864) y la más importante de la capital francesa, que alberga otras cinco. Por ella pasan nada menos que 190 millones de pasajeros cada año. El barón James de Rotschild eligió al arquitecto francés Jacques Hittorff para la construcción de este edificio cuya fachada está presidida por un gran arco de triunfo y decorada con 23 estatuas que simbolizan las ciudades con las que se comunica desde la estación.

Puerta de Atocha (Madrid)
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PUERTA DE ATOCHA (MADRID)

¿Un gran jardín tropical con más de 500 especies distintas en una estación de tren? El flamante vestíbulo de la antigua estación de Mediodía inaugurada en 1851 es hoy un vergel que ocupa 150 metros de largo y alcanza los 50 de altura. Bajo la batuta del arquitecto Rafael Moneo, en 1992 se llevó a cabo una completa remodelación de la estación con vistas a la llegada del AVE y uno de los grandes aciertos de la intervención fue el invernadero tropical que cubrió las antiguas vías de la estación, manteniendo su estructura original.

Estación Chhatrapati Shivaji (Mumbai)
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CHHATRAPATI SHIVAJI (MUMBAI)

Desde 2004, esta maravilla de la arquitectura del renacimiento gótico victoriano, situada en el corazón de la populosa Bombay, está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Su aspecto recuerda al de un palacio con su ornamentada fachada y su torre central abovedada. Fue construida en 1878 y en sus columnas de entrada están representados el león británico y el tigre de Bengala.

Estación Central de Milán
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ESTACIÓN CENTRAL DE MILÁN

Blanca, luminosa y elegante, así es este centro ferroviario que fue inaugurado en 1931 y que exhibe una bella decoración mezcla de art decó y de art nouveau. El gran cuerpo de la estación de 200 metros de longitud está cubierto por una cúpula acristalada. La estación fue totalmente modernizada manteniendo su estructura original en el año 2006.

Helsinki Central Station
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HELSINKI CENTRAL STATION

Cuentan, con cierto humor negro, los habitantes de Helsinki que las impresionantes estatuas que flanquean el acceso a esta estación representan los estados de ánimo de los finlandeses. Las cuatro esculturas están serias y miran al viajero perdonándole la vida. Una imagen un tanto caricaturesca de una sociedad cada vez más soleada, pero que sigue mirando con cariño a este icono de su capital.

 

Más allá de la anécdota, la esencia de este complejo está en una arquitectura Art Decó de piedra y bronce, obra de Eero Saarinen (padre), que sigue deslumbrando a día de hoy por la pulcritud de sus líneas y sus dimensiones. Algo que se contagia a los restaurantes fast food y tiendas que pueblan su hall y a las que merece la pena asomarse para observar esa combinación improbable de neón y arquitectura centenaria.