Pocos países como Francia adoran y cuidan más a sus pueblos. De hecho, es normal encontrarse a la entrada de cualquier localidad una serie de carteles en los que el municipio presume de todo tipo de reconocimiento: uno de los pueblos más bonitos de Francia, pueblo florido, mercado con encanto, destino cultural... De ahí que, en 2012, la televisión pública decidira realizar una especie de Eurovisión rural con sus aldeas. Es decir, una votación popular en la que, cada año, los franceses votarían su pueblo preferido para gloria y promoción del mismo. Y este año, el vencedor está en Alsacia.