La ciudad de Girona se vuelve a inundar de flores. En su 63ª edición, «Girona, Temps de Flors» (Tiempo de Flores), que se celebrará entre los días 12 y 20 de mayo, regresa para vestir los jardines, murallas, palacios y patios del centro medieval con montajes florales que destacan por su creatividad, originalidad y vistosidad. Este año, un itinerario artístico por el espacio natural entre el paseo Arqueológico y el río Galligants y la incorporación de los jardines de la Devesa al recorrido de la exposición floral son las principales novedades de la edición. Además, hay que destacar también la apertura de nuevos espacios como los jardines del Campanero, junto a la Catedral, siendo la primera vez que se podrán visitar.
“Girona, Temps de Flors” forma parte este año de las actividades que se promocionan bajo el sello del Año Europeo del Patrimonio Cultural. En el ámbito cultural hay que resaltar el protagonismo de los museos de la ciudad durante el evento. En el marco del Día Internacional de los Museos, el 18 de mayo, y la Noche de los Museos, el 19 de mayo, los museos de la ciudad ofrecerán jornadas de puertas abiertas y han programado diversas actividades.
Paseo entre flores por Girona
El lugar ideal para iniciar el paseo por el casco antiguo de Girona es la encantadora Plaza del Vi que, durante siglos, fue el corazón de la actividad civil y económica de la ciudad. En ella se sitúa el palacio del Ayuntamiento –de origen medieval, aunque modificado–, cuyo patio se abre al público como una de las sedes centrales del “Girona, Temps de Flors”.
A pocos pasos de la plaza del Vi, alcanzamos la Rambla de la Llibertat. Bajo sus soportales de aire medieval, se cobijan terrazas de bares y restaurantes en las que se mezclan vecinos y visitantes. Esta Rambla peatonal es, además de popular punto de encuentro, una galería arquitectónica con fachadas que van desde el Renacimiento al modernismo catalán. La rambla circula en paralelo al río Onyar, que discurre tras la hilera de coloridas casas. A la otra orilla se accede a través del Pont de Ferro, el icónico puente metálico diseñado en 1877 por el equipo de Gustave Eiffel. Otro puente, el Pont de Pedra (1856), es el mayor y más antiguo de la ciudad.
Caminando por la Rambla de la Llibertat, llegaremos a la Pujada de Sant Domènec. Esta magnífica escalinata barroca está rematada por la fachada de la iglesia, otra de las joyas de la ciudad. En mayo, esta calle escalonada se convierte en una imponente cascada de flores.
La otra gran escalinata de Girona arranca de la plaza de la Catedral –junto al Portal de Sobreportes, antigua puerta norte de la muralla– y asciende hasta la fachada del propio templo. Esta escalera es uno de los enclaves más emblemáticos del “Girona, Temps de Flors”. Aunque la fachada de la catedral es barroca, la nave es gótica y está considerada la más ancha de cuantas se conservan en ese estilo: 23 metros. La Catedral alberga el magnífico Beato de Girona (siglo XII) y el Tapiz de la Creación, ejemplos inigualables del arte textil catalán de época medieval.
Muy cerca de la Catedral se sitúa la Iglesia de Sant Feliu. Este es un templo de origen románico, fachada barroca y campanario gótico, notable por su forma truncada. El interior contiene la tumba gótica de Sant Narcís, patrono de la ciudad, y varios sarcófagos medievales de gran valor artístico e histórico. Ya por encima de los dos templos, podremos recorrer a pie el Paseo de la Muralla, que regala amplias vistas sobre la ciudad. Este cinturón amurallado se remonta a la época carolingia y atestigua la importancia que tuvo Girona ya en aquella época como enclave fronterizo. Varias de sus torres defensivas se utilizan también como emplazamiento de arreglos florales durante el evento.
Fuera de la muralla es toda una sorpresa encontrarse con el monasterio benedictino de Sant Pere de Galligants. De estilo románico, inició su actividad en el siglo X y fue concluido en el XII. Se sitúa cerca de la Universidad y acoge la sede del Museo Arqueológico de Cataluña. Durante el “Girona, Temps de Flors” expone uno de los principales arreglos florales.
La visita al núcleo histórico de Girona prosigue por los Baños Árabes, un edificio del siglo XII, que fue erigido a imitación de los baños que construían los musulmanes. Hoy, tras una cuidada restauración, se pueden visitar las cinco salas originales: fría, tibia, caliente, del horno, de la caldera y el vestuario. La planta octogonal de la piscina del frigidarium (sala fría), con ocho columnas que acaban en una cúpula, es otro escaparate privilegiado para los delicados arreglos florales de mayo.
Museos que visitar en Girona
Cercano a la calle de la Força, que era el eje del Call, este el Centro Bonastruc Ça Porta, que acoge la sede del Museo de Historia de los Judíos. Exhibe documentos, instrumentos de culto y lápidas de piedra de los siglos XI y XII. En el patio se hallaba una de las sinagogas de la ciudad. Igualmente, el Museo de Historia de la Ciudad, es otro de los edificios destacados del Barri Vell de Girona. Fue construido en el siglo XVIII por los capuchinos, sobre una casa señorial del XV que había pertenecido a la familia Cartellà, una de las más ricas de la Girona medieval. Los basamentos se remontan a tiempos de los romanos (siglo II). Y su precioso patio porticado con pavimento de adoquines es otro de los escenarios destacados del “Girona, Temps de Flors”.
Disfrutando de la gastronomía
En el plano gastronómico la propuesta no es menos sugerente, ya que con la iniciativa “#Gastroflors 2018” diferentes restaurantes adheridos a la Asociación de Hostelería, Turismo y Restauración de Girona presentan ofrecen menús elaborados con flores, con propuestas como la ensalada de langostinos con pétalos de pensamientos y perfume de violeta; magret de pato con flores de acacia o tártar de frutas con esencia esencia de menta y violetas. También en la noche se puede disfrutar de las flores con «Flors de nit» que ofrece aperitivos, cócteles, tapas, pasteles y dulces que tienen como ingrediente alguna flor y que se pueden degustar a partir de las ocho de la tarde.