Paraísos cercanos

Fuerteventura, un paraíso a la vuelta de la esquina

La guía perfecta para combinar sus 150 km de playas con otros paisajes arrebatadores.

Fuerteventura, la isla canaria más cercana al continente africano, es una bella desconocida con más de 150 km de playas. Paraíso de windsurfistas y kitesurfistas, también es un destino ideal para los aficionados a la bicicleta de montaña y el senderismo. O para los que, simplemente, buscan el aire fresco de unos paisajes yermos a la par que exuberantes y de una cultura que, sin hacer mucho ruido, acaba conquistando las retinas. 

 

1 /9
Puerto del Rosario. La capital y Miguel de Unamuno

Foto: iStock

1 / 9

La capital y Miguel de Unamuno

Unas 3 horas de vuelo la separan de la Península Ibérica. El aeropuerto del Matorral se sitúa a solo 6 km de Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura. Llamada Puerto Cabras hasta los años 50, a esta ciudad llegó desterrado Miguel de Unamuno en 1924, un «reino de soledades desnudas» según escribió. Su recuerdo perdura en muchos rincones de la isla majorera. Por ejemplo, la estatua de bronce de tamaño natural del intelectual vasco, obra del escultor Emiliano Hernández, instalada frente a la Casa Museo de Unamuno, en el antiguo Hotel Fuerteventura donde se alojó hace casi cien años. El edificio está situado en el corazón de la capital, junto al Cabildo y frente a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. 

Betancuria

Foto: iStock

2 / 9

Un pueblo blanco de interior

En Puerto del Rosario y en otras zonas de Fuerteventura se pueden ver más esculturas al aire libre, algunas del propio Hernández, como las colosales estatuas de Guise y Ayose que presiden el Mirador de Betancuria, con vistas privilegiadas, a menos de 30 km de distancia. Esta localidad de agradable paseo fue la primitiva capital y es la puerta al Parque Rural Betancuria, un espacio natural semidesértico, atravesado por una carretera que serpentea entre barrancos de vértigo y colinas cercanas a los 700 m de altura.

 

Ajuy

Foto: iStock

3 / 9

Playas de arena negra

Si desde Betancuria se sigue la carretera hacia el oeste se alcanza Ajuy, con una playa de arena negra donde se inicia un camino que bordea la costa pespunteado por dunas fósiles. Tras pasar por un mirador y un antiguo horno de cal, se llega a unas escaleras que descienden a dos profundas cuevas comunicadas entre sí: una maravilla por su antigüedad geológica. 

 

Parque Natural de Corralejo. Corralejo

Foto: iStock

4 / 9

El Parque Natural de Corralejo

Los casi 150 km que separan Corralejo, la localidad más al norte de la isla y puerto del que parten los ferris hacia la cercana Lanzarote, y el faro de Punta Jandía, en el extremo sur, aconsejan dividir la estancia y el recorrido en dos partes para disfrutar con calma y al completo de Fuerteventura. Y si bien es muy posible que en invierno el viajero pueda tomar el sol e incluso bañarse, también será aconsejable llevar un jersey o una chaqueta, porque por la noche suele refrescar.

El Parque Natural de Corralejo alberga un inmenso campo de dunas que parece desgajado del desierto del Sáhara. Desde sus increíbles playas, frecuentadas todo el año por windsurfistas, se contempla a tiro de piedra la salvaje isla de Lobos. El permiso para visitar este espacio protegido entró en vigencia en 2019.

 

Las Calderas

Foto: iStock

5 / 9

Entre volcanes en las Calderas

A una decena de kilómetros se extiende la zona de volcanes más importante de la isla. Destacan Las Calderas y, en especial, el Calderón Hondo. Varias rutas desde Corralejo y Lajares permiten acceder a pie a un mirador desde el que se admira su fotogénico cráter de 70 m de profundidad. A poca distancia se halla el pueblo de Tindaya, cuya famosa «montaña mágica» fue objeto de un polémico proyecto escultórico de Eduardo Chillida.

 

Faro del Tostón

Foto: iStock

6 / 9

Los acantilados del norte...

En la misma zona aunque un poco más al noroeste, se contempla una costa de acantilados tan bellos como peligrosos, asomados a la bravura del Océano Atlántico. Ensenadas y rocas afiladas se suceden en este litoral que tiene su punto más turístico en El Cotillo, un núcleo con hoteles y restaurantes. El faro del Tostón, que alberga un museo de la pesca, y los arenales blancos de La Concha, Los Lagos o Los Charcos completan los atractivos principales del norte de la isla.

 

Costa Calma

Foto: iStock

7 / 9

... y las largas playas del sur

Estos arenales pueden resultar paradisiacos, pero las playas del sur de Fuerteventura no se quedan atrás. Siguiendo la principal carretera de la isla, merece la pena hacer breves paradas en lugares con encanto como las Salinas del Carmen, el faro de la Entallada o Costa Calma. Esta localidad alberga calas que se unen en un largo arenal de más de 2 km durante la bajamar, mientras quedan parceladas por lagunas poco profundas durante la marea alta. Las playas Esmeralda y Sotavento son las más apreciadas.

Cofete

Photo by Michael Baccin on Unsplash

8 / 9

La Fuerteventura más virgen

La punta sur de Fuerteventura es un mundo aparte, sin apenas carreteras. En esta península de origen volcánico se extiende el Parque Natural de Jandía, de belleza extrema y desolada. Una pista de tierra de unos 20 km que se inicia en la turística Morro Jable desemboca en el faro de Punta Jandía.

Poco antes se abre la bifurcación hacia Cofete, una aldea minúscula con un restaurante. En las afueras sorprende hallar un cementerio junto a la playa y la Casa Winter, construida por un ingeniero alemán en 1946 y objeto de leyendas sobre nazis. A los pies del viajero, entre el macizo de Jandía y el océano, se extiende el inmenso arenal de Cofete, uno de los más vírgenes de Canarias, elegido por Ridley Scott para filmar Exodus (2014). A lo largo de sus 12 km se  descubren rincones como el Roque del Moro, una gigantesca roca vertical. La playa invita al baño, pero conviene ser prudente, pues el mar es peligroso y las corrientes, traicioneras.

 

PEscado con papas. Gastro

Foto: iStock

9 / 9

El mejor compañero de viaje

La estancia en Fuerteventura no estaría completa sin disfrutar de la sabrosa gastronomía canaria en los pueblos de la isla. En Corralejo, El Cotillo o Lajares al norte, Pájara, Betancuria y Ajuy en el centro o Cofete y El Puertito de Jandía al sur ofrecen pescado fresco a la brasa, las típicas papas arrugadas con mojo o un guiso de carne de cabra con berenjenas que serán el broche perfecto a un viaje por esta plácida isla. Sin olvidarnos del queso majorero, con Denominación de Origen, elaborado con leche de cabra y reconocible por su corteza rebozada en pimentón y la huella de las hojas de palmera en relieve.