Un año más, Gran Bretaña se viste de gala. Si el pasado 2015 lo hacía para conmemorar los 150 años de la publicación de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; este año el motivo sigue siendo literario. En primavera se harán 400 años de la muerte de su más célebre escritor: William Shakespeare. Motivo por el que a lo largo de estos meses se celebrarán en el país numerosos eventos y actos recordando al famoso autor.
La ruta empieza en el lugar de origen de Shakespeare, Stratford-upon-Avon, un pequeño pueblo al sur de Birmingham donde el autor nació, vivió y murió. De ahí a que en él se puedan visitar cuatro de las casas relacionadas con el artista, todas ellas acondicionadas como museos donde se encuentran los enseres de Shaespeare y de su familia. La más famosa de todas es su casa natal, imagen del lugar en numerosas postales y publicaciones. Este “cottage” de entramado de madera tranporta a los viajeros a la época del autor de Romeo y Julieta, Hamlet o Sueño de una noche de verano, entre muchas de sus obras.
Aunque esta no sería su única vivienda, el quinto museo y una de las más importantes es New Place, el lugar donde residió durante 19 años hasta su muerte y donde habría escrito algunas de sus obras más importantes. Lamentablemente, la casa fue destruida por su propietario de 1759, quedando sólo la vivienda vecina, propiedad del marido de la nieta de Shakespeare. Actualmente, la Fundación Shakespeare Birth Place ha logrado hacerse con los jardines y ha montado una galería en la casa colindante. Allí se hicieron numerosos estudios arqueológicos para determinar cómo era derruida.
El recorrido continua por la iglesia de Holy Trinity, el lugar donde está enterrado el autor bajo sus propio versos; la escuela King Edward II, donde estudió durante su infancia; y por el teatro Royal Shakespeare y Swan. Aquí, la Royal Shakespeare Company pondrá la escenografía y todo su arte para representar algunas de las mejores obras del escritor.
Stratford-upon-Avon será el gran protagonista, aunque no el único. Lo más recomendable para seguir los pasos de Shakespeare es acabar en Londres, donde se encuentra The Globe, el teatro reconstruido sobre las cenizas de el lugar donde Shakespeare estrenó algunas de sus obras como Otelo, Macbeth o Hamlet.