río Colorados un brillante artista que, a lo largo de millones de años, ha modelado una de las obras más fascinantes del planeta Red Rock Countrydescubre paisajes donde la naturaleza se da la mano con la mitología de los primeros pueblos americanos.
El
a su paso por el norte de Arizona y el sur de Utah e
. Adentrarse en su gran planicie, el denominado
,
El parque más famoso es sin duda el Grand Canyon National Park, que protege los 446 kilómetros de longitud y 1.600 metros de profundidad del gigantesco surco. La reserva está dividida en dos zonas: la South Rim, abierta todo el año y accesible desde las ciudades de Flagstaff a 130 kilómetros, y Williams, a 100 kilómetros, ambas en plena Ruta 66; y la North Rim, que solo abre de mediados de mayo a mediados de noviembre.
Lo habitual es empezar en el Centro de Visitantes de Grand Canyon Village, de donde parte la ruta East Rim Drive hasta Desert View –42 kilómetros en coche con innumerables miradores– y la West Rim Drive hasta Hermit’s Rest, 13 kilómetros que se pueden hacer a pie, en bicicleta o en los autobuses del parque. El fondo del cañón se recorre a lomos de mula o caminando desde Grand Canyon Village por los senderos Bright AngelTrail y South Kaibab Trail. En la vertiente norte o North Rim es fantástico recorrer en coche los 26 kilómetros entre Point Imperial y Cape Royal.
Situados en este costado del cañón, merece la pena conducir 135 kilómetros por la AZ67 hacia Vermillion Cliffs National Monument. Las ciudades de Page, en Arizona, y Kanab, en Utah, disponen de todos los servicios para visitarlo. El lugar transmite el aura de sus pobladores originales, los indios anasazi, y recuerda el paso de los primeros colonos blancos, mormones que seguían al misionero Jacob Hamblin en el siglo XIX. Entre sus caprichos paisajísticos destacan Edmaiers Secret y Coyote Buttes, con rocas erosionadas de formas diversas y vetas de colores como The Wave; y también Buckskin Gulch, un profundo y largo cañón que intimida cuando se camina por él.

La bonita Route US89 conduce a Bryce Canyon National Park, a 130 kilómetros de Kanab. Una tierra de fantasía en tonos rojos, naranjas y blancos con agujas rocosas denominadas hoodoos, un anfiteatro de piedra, puentes naturales y multitud de puntos panorámicos: Sunrise, Sunset, Rainbow, Yovimpa, Inspiration Point... Está situado a 2.400 metros sobre el nivel del mar y en sus bosques habitan osos, pumas y ciervos.
Senderismo, rutas a caballo y esquí nórdico en invierno son algunas de las actividades que propone la oficina de información del parque. También ofrece la oportunidad de conocer algo sobre los indios anasazi, los primeros habitantes del Bryce Canyon, que abandonaron la zona en el siglo XII a causa de una gran sequía. Años después el área fue colonizada por los paiute, un pueblo de cazadores y recolectores para los que las «chimeneas de hadas» del Bryce eran hombres convertidos en rocas por los coyotes. Alrededor de 1850 llegó a la zona Ebenezer Bryce y, con él, los primeros colonos mormones.
Los indios anasazi, los primeros habitantes del Bryce Canyon, abandonaron la zona en el siglo XII a causa de una gran sequía
Tras conducir 25 kilómetros por la UT12 entramos en el Grand Staircase-Escalante National Monument, una reserva que maravilla por igual a los aficionados a la fauna, la arqueología, la geología y la paleontología, como a los más exigentes deportistas. Declarado Monumento Nacional por orden expresa de Bill Clinton en 1996, es una zona de temperaturas extremas que está dividida en tres sectores: Grand Staircase, con soberbios acantilados; Kaiparowits Plateau, árida, laberíntica, pedregosa y con abundantes ruinas indias; y Canyons of the Escalante, ideal para el senderismo y los paseos en canoa.
Esta última limita y comparte espacio con Glen Canyon National Recreation Area, que es la suma de una obra maestra de la naturaleza y un colosal proyecto humano, el lago Powell (1963). Se accede desde la pequeña ciudad de Bullfrog, en la parte norte, y desde Page, en el sur. Aquí se encuentra el mágico laberinto de Antelope Canyon, una estrecha grieta encajada entre paredes estriadas por vetas anaranjadas. Una excursión en barco o en canoa se acerca al Rainbow Bridge National Monument, uno de los mayores puentes naturales del mundo.
Tras conducir 160 anodinos kilómetros, en la frontera de Arizona y Utah, aparece el majestuoso Monument Valley, joya de la Nación Navaja. Con monolitos de hasta 300 metros de altura que se tiñen de rojo bajo la luz del atardecer, es un espectáculo sobrecogedor, por mucho que se haya visto infinidad de veces en westerns como La Diligencia y Centauros del Desierto, dirigidos por John Ford e interpretados por John Wayne. Para visitar esta inmensa reserva conviene seguir el «Valley Drive», un recorrido de 30 kilómetros en coche que ofrece panorámicas de los enclaves más célebres: Mittens, Totem Pole, Tres Hermanas, John Ford’s Point, The Thumb. Un final de película.
MÁS INFORMACIÓN
Documentos: el pasaporte electrónico y la Electronic SystemTravel Authoritation
Idioma: inglés.
Moneda: dólar.
Diferencia horaria: 9 horas menos.
Salud: conviene beber mucha agua.
Cómo llegar y moverse: Phoenix y Las Vegas son los aeropuertos más cercanos a los parques del Gran Cañón. Los vuelos desde España suelen realizar una escala intermedia. Hay líneas de tren y autobús que conectan Phoenix y Las Vegas con Flagstaff y Page. Lo más cómodo es alquilar un vehículo todoterreno o una autocaravana.
Alojamiento: Page, Williams y Flagstaff tienen la mayor oferta. En Monument Valley destaca el Goulding’s Lodge, de 1923.