En el litoral de Asturias no todo sucede entre Llanes y Gijón. De Cudillero a Luarca, entre las corrientes del Cantábrico y las brañas del interior, se dibuja una estrecha franja donde el turista escasea y lo salvaje abunda. El Paisaje Protegido de la Costa Occidental Asturiana es un espacio natural de 35 km de longitud mordido por violentos acantilados donde los faros y atalayas se asoman para contemplar los envites del mar en el norte, que salpica sus calas vírgenes y formaciones imposibles y custodia las tradiciones de sus pueblos marineros.
La Reserva Natural Parcial de Barayo, en el concejo de Valdés, marca su límite occidental mientras que el oriental lo establece el Monumento Natural de la Turbera de las Dueñas a las afueras de Cudillero. Para descubrir la esencia de este territorio aun virgen de 62 km2, conviene olvidarse de la autopista A8 y encomendarse a la carretera N-632 que traza la frontera al sur de la reserva y guía al viajero hacia la costa oeste del Principado.