En cierta forma, que el reventón 'youtuber' del rapero PSY del 2012 se convirtiera en la imagen global de Seúl no dejó de ser una injusticia para la capital ultramoderna de Corea del Sur. Más allá de las gracias de aquel bailecito, Seúl tiene tantos estilos diferentes que ocupan para todo un viaje. Desde deambular por animadas zonas comerciales como Itaewon, donde las luces de neón brillan hasta altas horas de la noche, pasando por conocer el verdadero rostro del lujoso barrio de la canción ‘Gangnam Style’, hasta maravillarse con los tejados tradicionales del barrio de Bukchon o con la radical arquitectura de Zaha Hadid.
Seúl se convirtió en la capital de Corea en el siglo xiv tras el establecimiento de la dinastía Joseon (1392-1910). Y lo continuó siendo hasta la partición del país después del fin de la Segunda Guerra Mundial en dos estados: la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur). Aunque Seúl quedó dañada, primero por la ocupación japonesa (1910-1945) y después durante la Guerra de Corea, la ciudad logró conservar parte de su patrimonio en forma de antiguos palacios, templos budistas y barrios tradicionales que hoy conviven con la más rabiosas tendencias. Con 25 millones de habitantes en su área metropolitana, la mitad de la población de Corea del Sur, constituye el centro tecnológico, económico y cultural del país.