Foto: Bex Walton vía FlickR
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Casi 40% de inclinación
Una señal de peligro advierte de la pronunciada pendiente: un 40% de inclinación (en concreto, 37,45% en su punto más alto), lo que ha convertido a la impronunciable Ffordd Pen Llech en la calle más empinada del mundo, según el Récord Guiness. La dichosa cuesta –que reúne los requisitos exigidos: ser una vía pública, pavimentada y rodeada de edificios– se encuentra en la comunidad costera de Harlech, en Gales (Reino Unido), aunque a sus habitantes parece no importarles el esfuerzo diario de subida debido al tremendo desnivel. Al contrario, creen que arrebatarle el título a la neozelandosa Dunedin, cuya calle Baldwin “solo” tenía una inclinación de 35%, les traerá más turismo a su localidad, hasta ahora, famosa por su castillo medieval.
El asedio más largo de las Islas Británicas
¿Y qué se puede ver en este idílico pueblo de menos de 1.700 habitantes al norte de Gales? En efecto, la ardua calle de la colina pasa por su castillo medieval, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La calle recorre la parte histórica de Harlech, con la mayoría de las casas situadas al inicio de la pendiente y los locales y establecimientos en lo más alto. Ni tan siquiera los coches pueden acometer el trazado en su cota más alta. Y es allí arriba donde se alza surgiendo de la roca la popular fortaleza, construida por el monarca Eduardo I de Inglaterra a finales del siglo XIII, cuyas almenas ofrecen una excepcional vista panorámica. Desde aquí, en pleno siglo XV, sus habitantes resistieron siete años de batallas (1461-1468), el asedio más largo de la historia de las Islas Británicas. Los atacantes no debieron tener nada fácil acceder a las fuertes pendientes que rodean el imponente castillo en unas guerras, llamadas de las Dos Rosas que inspiraron la emotiva canción ‘Los hombres de Harlech’.
Un 'flashback' geológico
El castillo, uno de los anillos de hierro de las fortalezas de Eduardo I, descansa sobre un accidentado promontorio que forma parte de Harlech Dome, la formación de roca geológica más antigua conocida en el mundo. El espolón de roca de casi 60 metros de altura debió dificultar también la entrada de los asaltantes por vía marítima, en su momento, cuando un acantilado casi en vertical ofrecía acceso al castillo a orillas del mar, en las aguas de la bahía de Tremadog. Harlech, además, está rodeado por las montañas del parque nacional de Snowdonia, el corazón de la cultura galesa, que se puede recorrer en bicicleta y es ideal para hacer senderismo, en cuya región se encuentra Snowdon, la montaña más alta de Gales, y Llyn Tegid, el mayor lago natural.
Foto: Llanfair Caves
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La mina de los tejados
En lo alto de los acantilados sobre el mar en Harlech se encuentran las cuevas Llanfair. En la entrada a esta mina de pizarra se recuerda que sus túneles y cavernas fueron construidos por el hombre hace más de un siglo con la única luz de una vela y que han permanecido tal y como fueron abandonadas por los mineros. De ahí que el recorrido a las profundidades de la montaña se haga con antorcha y casco (por cierto, los perros están permitidos). La pizarra, que se encuentra en vetas entre capas de rocas antiguas del Precámbico, es una de las más antiguas del mundo. De hecho, muchos techos de edificios de Gran Bretaña e Irlanda son de pizarra de Llanfair. A la mina se accede por 'la escalera de Jacob', el tour continúa por túneles y cámaras, recorriendo nueve cavernas. Parada obligatoria es la número seis donde un rostro humano parece escudriñar al visitante. Una vez fuera, se divisa la espectacular bahía de Cardigan y más abajo, la no menos llamativa isla Shell.
Una playa con sorpresa
Un hotel rural o una granja son opciones de alojamiento si se quiere disfrutar del entorno tradicional galés en Harlech. Además del castillo y el parque natural, esta zona costera cuenta con unas cuantas playas ideales para el baño en familia, como la playa de Harlech, rodeada por dunas. En 2007, un insólito descubrimiento hizo que ocupara algunos titulares en prensa, cuando allí apareció, semienterrado en arenas movedizas, un avión de combate estadounidense derribado en 1942. El hallazgo fue considerado uno de los más importantes de la II Guerra Mundial en la historia reciente. Además, al sur se encuentra la playa de Llandanwg, que alberga una iglesia en sus dunas, y muy cerca Mochras, con sus tres playas de arena fina, popularmente conocida como la isla Shell por la variedad de conchas marinas que arrastra el mar hacía la costa (más de 200). Espectaculares son también sus flores silvestres (se han llegado a contabilizar hasta 13 especies de orquídeas salvajes).