Las fronteras siempre tienen fama de peculiares. Lugares que, como las estaciones de autobuses, dan para muchas historias y posiblemente fotos, pero normalmente son más de paso que de visita.
Pero Hondarribia no es una frontera al uso. De hecho, este municipio guipuzcoano técnicamente no lo es, aunque la desembocadura del río Bidasoa diga lo contrario porque muy cerca, en la otra orilla, está Hendaya. Una muga -así se dice frontera por aquí- natural con mucha historia detrás y que, según a quien se le pregunte, separa España de Francia o Euskadi Sur de Iparralde, el País Vasco Francés.
Fuenterrabia, Hondarribia u Onyarbi -usar este último nombre garantiza parecer de por aquí- es ese bonito municipio costero que cualquier que haya volado a San Sebastián habrá visto desde el aire. Es aquí donde se localiza -casi en medio del puerto y con un descenso tan espectacular como poco apto para aprensivos- el pequeño aeropuerto que sirve a Donostia.
Pero este viaje hay que plantearlo con los pies en el porque Hondarribia bien merece una visita.¿Lo mejor? Seguir estas pistas.