Un hotel de lujo en la Antártida

White Desert es el primer hotel de estas características que ofrece hacer noche en pequeños iglús fabricados con fibra de vidrio. La energía proviene de los recursos naturales de la Antártida

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Foto: White Desert

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White Desert

Vistas de los iglús construidos con fibra de vidrio de White Desert. En total está compuesto por seis de ellos equipados con habitaciones, baño, salón, comedor y biblioteca. 

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Comedor de White Desert

Los interiores están cuidados al detalle para hacer las pequeñas estancias confortables. Entre el mobiliario cuenta con sillas Saarinen cubiertas de piel para mantener el calor. Todas las estancias disponen de calefacción generada por las placas solares de sus exteriores. 

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Colonia de pingüinos

El precio de la estancia incluye algunas excursiones como la visita a una de las colonias de los pingüinos emperadores que habitan en la Antártida. 

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Espeleología por cuevas de hielo

El deshielo de los meses más cálidos de la Antártida permite crear cuevas naturales de hielo en muchos de sus glaciares. Una de las excursiones que el hotel ofrece a los huéspedes y que permite conocer la belleza más oculta del lugar. 

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White Desert, Salón

El hotel cuenta con varias zonas comunes donde los huéspedes pueden relajarse mientras charlan unos con otros. En total, la capacidad de White Desert es de 12 personas. 

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La Antártida

En el verano austral la Antártida cuenta con luz las 24 horas del día. El sol baja hasta la línea del horizonte a medianoche regalándonos imágenes como esta. 

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Habitaciones de White Desert

Los dormitorios de White Desert cuentan con una capacidad de dos personas. Todos ellos disponen de calefacción y de baño privado en su interior. 

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Lavabos de White Desert

Para el agua de las duchas se ha utilizado el caudal de los lagos de sus inmediaciones que se calienta gracias a la energía solar. 

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Entorno

La belleza de la Antártida fue la que inspiró al explorador Patrick Woodhead a crear este hotel ecológico en medio de la inmensidad del continente antártico. 

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Polo Sur

Entre las excursiones de White Desert está la opción de volar hasta el Polo Sur, la parte más meridional del planeta, donde se encuentra la estación científica de Amundsen-Scott. 

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La inmensidad de la Antártida

Hasta ahora el turismo en la Antártida se limitaba a viajes en grandes barcos que llegaban hasta su costa. El interior del continente era territorio desconocido y exclusivo de exploradores y científicos. 

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Los iglús de White Desert

El hotel se encuentra situado en la  Tierra de la Reina Maud, un sector de la Antártida Oriental cubierto de enormes bloques de hielo de gran espesor. 

En 2006, una tormenta de nieve pilló a un grupo de cuatro exploradores desprevenidos en medio de la Antártida. Durante cuatro días, Patrick Woodhead, responsable del hotel, y el resto del equipo se vieron obligados a permanecer en el interior de una tienda de campaña. Los largos días de espera, hasta que el temporal amainase, se vieron recompensados con el hecho de tener frente a ellos semejante paisaje repleto de diferentes tonalidades de blanco. Ese fue el origen de White Desert, la necesidad de compartirlo con otros viajeros que, aunque tienen la posibilidad de recorrer la costa de la Antártida en grandes barcos, hasta el momento pocos podían aventurarse a descubrir lo más profundo del continente. Aquella pequeña tienda sería la semilla de un hotel de lujo con todo tipo de comodidades.

Compuesto por seis pequeños iglús fabricados con fibra de vidrio, el White Desert es el único hotel que permite disfrutar de la inmensidad de la Antártida. Sus interiores, con pequeños espacios con un estilo victoriano recordando a los grandes exploradores de antaño, están acondicionados para hacer una estancia confortable. Dentro de las cúpulas se encuentran habitaciones con baño privado, comedor, biblioteca y hasta un salón. En total, la capacidad es de 12 personas, pues se ha tenido muy en cuenta la necesidad de preservar el entorno y causar el menor impacto ecológico posible ante la llegada de los turistas.

La capacidad es de 12 personas, pues se ha tenido muy en cuenta la necesidad de preservar el entorno y causar el menor impacto ecológico

White Desert se define en su propia web como un hotel ecológico y responsable con el medio ambiente, ya que su infraestructura ha sido construida con materiales naturales desmontables. También han aprovechado los recursos energéticos del lugar como el viento, el agua procedente de los lagos de las inmediaciones para la cocina y los baños, así como la luz solar. Unas grandes placas aprovechan las largas jornadas de sol para calentar las estancias y el agua. Las emisiones de carbono también están muy controladas y por lo que el precio del hotel – unos 64.000 euros de 7 a 11 noches- incluye el vuelo desde Ciudad del Cabo unos días muy específicos del año. Solo abren en noviembre y diciembre, los meses más calurosos del continente antártico.

La estancia también ofrece visitas a las bases científicas locales, espeleología por cuevas de hielo, kite-skiing (como kite surf pero con esquís), escalada, la visita a las colonias de pingüinos emperadores, el avistamiento de osos polares, así como la excursión al Polo Sur, el lugar más meridional del planeta, para conocer la estación científica de Amundsen-Scott, nombre adquirido por los primeros exploradores Roald Amundsen y Robert F. Scott que llegaron al Polo Sur en 1911 y 1912. White Desert es un lujo repleto de actividades para vivir una auténtica experiencia antártica.