Todo comienza en el mar
Los baños de mar, también llamados baños de ola o de oleaje, fueron el origen a mediados del siglo XIX del veraneo en la playa. Por supuesto, no cualquiera podía permitirse la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones. Solo los miembros de las clases pudientes, como los aristócratas, disfrutaban de estas vacaciones a orillas del mar y de los beneficios terapéuticos que otorgaba su agua.

© Fotógrafo: Martín, Ricardo
Fue la reina Isabel II, que sufría de una enfermedad en la piel, quien comenzó a disfrutar de las propiedades terapéuticas del agua de mar. Aconsejada por sus médicos, la reina comenzó a acudir asiduamente a Barcelona, Santander y San Sebastián poniendo de moda, sin quererlo, a lo largo de toda la costa Cantábrica, y desde Barcelona hasta Huelva, la costumbre de comenzar a acudir a la playa para disfrutar de los baños de ola.
En el reinado de Alfonso XIII, su madre, la reina regente María Cristina, enamorada de la bahía de La Concha, eligió San Sebastián como lugar de veraneo por estar más próxima a la ciudad francesa de Biarritz, donde la realeza europea pasaba sus vacaciones desde que la pusiera de moda la emperatriz Eugenia de Montijo. El traslado de la Corte de verano a esta ciudad, y la construcción de su balneario, fueron dos de los hitos principales de la renovación de la capital guipuzcoana a principios del siglo XX y el motivo de que el hotel María Cristina lleve su nombre. Y es que, convertida en una de las reinas españolas más queridas, a María Cristina se le debe la popularidad de la que goza desde hace más de un siglo la ciudad de San Sebastián.

© Fotógrafo: Marín, Pascual
Hotel de estrellas
Inaugurado en 1912 -el mismo año que abre sus puertas el balneario de la Perla, el teatro Victoria Eugenia y el funicular de Igueldo-, el hotel María Cristina, obra del arquitecto Charles Mewes (encargado de diseñar los hoteles Ritz de Madrid y París), ha acogido desde su apertura a las personalidades más influyentes que han pasado por la ciudad, desde la realeza y la aristocracia hasta los más grandes referentes de la cultura y el cine.

© Fotógrafo: Marí, Paco
111 años después de su apertura, convertido en un icono de la ciudad, y restaurado para la celebración de su primer centenario, en el hotel María Cristina se sigue respirando el aire clásico y lujoso de siempre. Construido en piedra, bajo los cánones de la arquitectura de la Belle Époque y mucha influencia parisina, este imponente edificio resplandece a los pies del Urumea tanto de día como de noche.

© Hotel María Cristina, a Luxury Collection Hotel
Elisabeth Taylor, Audrey Hepburn, Lana Turner, Coco Chanel, Woody Allen, Mick Jagger, Alfred Hitchcock, León Trotski o Steven Spielberg, son solo algunas de las personalidades del mundo del arte, la política, el cine o la cultura que han pasado por sus estancias.

© Hotel María Cristina, a Luxury Collection Hotel
Una de ellas, concretamente una suite, lleva el nombre de Bette Davis por ser la habitación favorita de la gran diva de Hollywood. Con vistas al río Urumea, esta estancia con salón imperial con forma ovalada ubicado en su torre está decorada con todo tipo de retratos de la actriz, quién cayó rendida ante los encantos del María Cristina. A esta espectacular habitación, llamada Bette Davis Suite, se le suman sus tres Royal Suites y la Suite María Cristina, cinco habitaciones que siguiendo con la decoración de todo el hotel combinan el acogedor lujo tradicional con un toque de elegancia contemporánea.

© Hotel María Cristina, a Luxury Collection Hotel
La parte gastronómica
Desde las barras de pinchos, en las que reina la gilda por excelencia, hasta algunos de los restaurantes que lideraron el movimiento de la Nueva Cocina Vasca, San Sebastián se ha convertido en una de las grandes capitales gastronómicas. Considerada la ciudad con más estrellas Michelin por habitante del mundo, indudablemente, aquí también se viene a comer.

© Fotógrafo: Marí, Paco
La gilda, su pincho más representativo, es un icono del intercambio de productos que propició la llegada del ferrocarril a la ciudad. Además de un bocado cuyo nombre se le debe en gran parte al Festival de Cine de San Sebastián -cuyos actores se alojan en este hotel desde su comienzo-, pues hace referencia a la película Gilda, protagonizada por Rita Hayworth y presentada en aquel evento cultural en el año 1946.
Además de poder disfrutar de la gastronomía en la ciudad, el interior del María Cristina cuenta, como no podía ser menos, con tres espacios enfocados a este placer. La coctelería Dry San Sebastián, a cargo del bartender Javier de las Muelas, es el lugar en el que abrir el apetito con algunas de las creaciones de su conocido coctelero como The Last Cocktail, elaborado con una mezcla de ginebra, infusión de romero y zumo de pera y limón, coronado con vino espumoso.

Dry Martini Bar © Hotel María Cristina, a Luxury Collection Hotel
Mientras, Café Saigón propone a los comensales un viaje por la cocina asiática con paradas en China, Vietnam y Japón. Además, durante los meses de verano, el hotel realiza una serie de colaboraciones con cocineros de la talla de Hélène Darroze o Francis Paniego, quienes llevan sus restaurantes hasta allí de manera temporal para dar a conocer a su clientela lo mejor de su cocina. Y, para todos aquellos que buscan conocer los productos locales y las recetas más tradicionales, cuentan con Lukas Tienda Gourmet -con embutidos, quesos, vinos, utensilios de cocina o libros- y con la Escuela de Cocina Mimo, en donde aprender y profundizar en la cocina española a través de demostraciones culinarias, catas de vino y clases de cocina adecuadas tanto para aficionados como para expertos.