Tom Sawyer chic

El hotel del país vasco francés donde dormir en una cabaña flotante

Las cabañas flotantes del hotel Brindos desafían las prisas con una alta dosis de calma, exquisita gastronomía y puestas de sol junto a una laguna de Anglet, en el País Vasco francés.

La larga playa de Anglet y la bulliciosa Biarritz parecen estar a años luz del plácido Château Brindos, una mansión de 1930 renovada y modernizada en 2021. El verdadero lujo de este hotel del Groupe Millésime es su lago, rodeado por un bosquecillo, en el que flotan diez lodges ideales para apartarse del mundanal ruido en pareja, solos o en familia.

 

Brindos, Lac & Château
Foto: Aymeric Masson /hotel Brindos

Las barcas se mecen en el muelle esperando a llevar o traer a los huéspedes. La vista de los nenúfares brillando con la luz de la tarde es tan bonita que nadie tiene prisa por dejar la orilla, pero luego tampoco hay ganas de desembarcar: el paseo por la laguna es demasiado idílico, con los patos nadando entre las cañas, las ranas croando en la orilla, las ramas meciéndose...

Esta es la esencia del Lac & Château Brindos: ofrecer calma y relajación a lo largo de todo el año. Y todo el complejo respira este ambiente, tanto en el entorno natural como en sus estancias (10 cabañas flotantes, suites en la mansión de 1930 y habitaciones con vistas al lago), en los tratamientos del spa y en el restaurante de alta gastronomía, con una terraza en la que las noches de verano podrían ser eternas. 

 

 

entre el Pirineo y el atlántico

El lago y hotel Brindos se halla a poca distancia de las playas de Anglet y Biarritz, cuna del surf en Europa, y a solo 34 km del aeropuerto de San Sebastián, en Hondarribia. Nadie diría que un enclave tan pacífico se halla en medio de un área tan repleta de alicientes. Al este, los valles pirenaicos de Iparralde (País Vasco francés), al oeste, pueblos balnearios asomados al Atlántico como Hendaia o Biarritz.

Brindos, Lac & Château
Foto: Groupe Millésime

la clave de la felicidad

Olivier Richard dirige Lac & Château Brindos desde su reapertura en 2021 y nada le hace más feliz que compartir su pasión por este rincón verde y azul. Después de su experiencia en hoteles de alta gama de Biarritz, Londres y Ámsterdam, Richard confiesa que aquí es donde más a gusto se siente porque nadie está pendiente de las apariencias: "el verdadero lujo es ofrecer esta tranquilidad, sin estrés ni encorsetamientos".

 

Brindos Château
Foto: Sandra Martín

Melissa Kaloussi, metre del hotel, también está encantada de trabajar en Brindos. Se le nota en la cara y en cómo habla del lugar. Lo que más le gusta es contemplar cómo cambia la luz de la mañana a la noche: "los reflejos en el lago, en el bosque y en el château son distintos a lo largo del día".

¿Será la luz lo que impregna de joie de vivre este exclusivo alojamiento? Sin duda la estrategia del lujo discreto tomada desde su reapertura ha sido decisiva. El restaurante y el resto de servicios tienen un horario flexible, el trato del personal es cercano y el traslado a los lodges flotantes siempre está disponible.

Brindos Château
Foto: Sandra Martín

marisco y chocolate

Hugo de la Barrière, chef del restaurante Brindos, ha adoptado esta filosofía de descubrir la felicidad en la sencillez y en el contacto con el entorno. Su menú se basa en los productos de kilómetro cero (frutas y verduras de temporada, carne del Pirineo, pescado y marisco del Atlántico), guiños a las tradiciones vascas en los platos y en las presentaciones, como la Balade de Euskadi, una cesta de pícnic con platillos deliciosos.

Brindos, Lac & Château
Foto: ©Gaëlle le Boulicaut/ Grupoe Millésime

El restaurante se localiza en el edificio principal, con salida a una terraza con vistas al lago que se despliega unos escalones más abajo en una pasarela de madera construida sobre el agua. Las tardes de verano es habitual que las butacas del pantalán acojan animadas reuniones de amigos que charlan tomando algo hasta bien entrada la noche. 

Brindos Château
Foto: Sandra Martín

La sala dedicada a los desayunos se transforma por las tardes en la Chocolaterie Brindos, con sillones junto a ventanales en los que es un placer disfrutar de una tarta artesanal acompañada de café, té o chocolate a la taza. Igual que el restaurante, la chocolatería también está abierta a los clientes que no sean huéspedes del hotel.

Brindos, Lac & Château
Foto: ©Mathilde Ranchon/ Grupoe Millésime

cabañas flotantes

El Château Brindos nació como una residencia privada en 1930 que incluía también el lago Brindos, de diez hectáreas y rodeado de un bosquecillo. En los años 80 y 90 funcionó como hotel, pero el gran cambio llegó en 2021 cuando después de tres años cerrado, reabrió completamente reformado y con una gran novedad: los lodges del lago.

La intimidad está asegurada en estas habitaciones flotantes a las que solo se puede acceder en barca. Pueden ser de una o dos habitaciones, pero todas disponen de una terraza con tumbonas, una pérgola y una discreta separación de barrotes de madera.

Brindos Chaâteau
Foto: Mathilde Ranchon/ Groupe Millésime

De los tres tipos de lodges, los Millésime son los más exclusivos: miden 47 m2 y disponen de una bañera y sauna nórdica en la terraza. Se distinguen por una cúpula de color verde bronce que imita la forma de los nenúfares del lago. 

El dormitorio se halla justo bajo la cúpula, que por dentro es un techo estucado, blanco y apuntado como el de una haima sahariana, con cortinas que caen hasta el suelo y que cubren los ventanales y la puerta. Una lámpara y una mesita de aire rococó con una bandeja de fruta fresca completan la decoración.

Diseñada para relajarse contemplando el lago, la sala de estar también destaca por su simplicidad, con un sofá orientado a la terraza, una mesa escritorio y una pantalla camuflada tras la cortina.

habitación Hotel Brindos
Foto: hotel Brindos

detalles que suman

La decoración de los lodges así como la del resto de habitaciones y salas del hotel ha corrido a cargo de Marie Christine Mecoen, una decoradora y anticuaria vasca que ha imprimido un toque de historicismo, nostalgia y frescura que se amalgama a la perfección con el entorno del lago.

Los cortinajes de algodón colgando del techo y las paredes son también la nota más representativa de las habitaciones del edificio principal. Con balcones que se asoman al lago o al jardín, siempre abiertos al verde del bosque y al azul del cielo.

Ah! Y no hay mosquitos. El hotel ha instalado alrededor del lago unas trampas biológicas que atraen a los insectos sin utilizar productos químicos. La reutilización de las aguas grises y la recogida de las residuales es otro de los aspectos en materia de sostenibilidad que aplica el hotel Brindos desde su renovación.