Ocho provincias, mil planes

Indielucía: una Andalucía para expertos

Esta versión de esta región solo se puede conocer saliendo del 'mainstream'.

Almería-Granada-Málaga-Cádiz-Huelva-Sevilla-Córdoba-y-Jaén. En los colegios de “Despeñaperros para abajo” se aprenden en ese orden y “casi de carrerilla” el nombre de las ocho provincias que conforman Andalucía.

También en esas mismas escuelas, con la llegada del 28 de febrero, Día de Andalucía, se preparaban actividades, manualidades y lo mejor de todo: el desayuno andaluz a la hora del recreo. Era entonces cuando sonaba el himno -ese que habla de pedir tierra y libertad- y comenzaba el festín de molletes de Antequera, aceites de oliva de Jaén, tomates de Almería y jamón serrano de Huelva. O su versión más dulce, pero igualmente autóctona: pan con aceite y azúcar.

 

El día que conmemora la celebración del referéndum que desembocó en esta comunidad autónoma ya está aquí y, con desayuno andaluz o no, es momento de hablar de esta tierra sureña, variada y extensa.

 

Andalucía solo hay una y, sin embargo, ¡cuántas Andalucías existen repartidas en estas ocho provincias tan al sur, tan diferentes entre ellas! Por eso, es la ocasión idónea de reivindicar, todas ellas y de hacerlo a través de algunos enclaves desconocidos que suelen pasar por alto debido al tremendo poder de convocatoria que tienen algunos de sus monumentos más famosos.

 

Una Andalucía para aquellos que sienten que ya lo han visto todo “bajo el sol de nuestra tierra” y que pueden seguir descubriendo esta tierra infinita. Y solo podría ser en ese orden que, a estas alturas, ya debería de saberse todo el mundo: Almería-Granada-Málaga-Cádiz-Huelva-Sevilla-Córdoba-y-Jaén. ¡Sea por Andalucía indie!

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shutterstock 1401105335. En Almería empezó -casi- todo

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En Almería empezó -casi- todo

En la localidad almeriense de Santa Fé de Mondújar, situada a unos 22 kilómetros de la capital, se encuentra el que está considerado como el yacimiento de la Edad del Cobre más importante de la Prehistoria europea: Los Millaresque contó con una cultura propia que evolucionó hasta encontrar sus primeras manifestaciones artísticas y por el que se está luchando para que se convierta en Patrimonio de Humanidad por la UNESCO.

La historia de Los Millares abarca unos mil años, que van desde el 3250 a.C. hasta el 2200 a.C., y de aquel tiempo quedan hoy unos restos arqueológicos de valor incalculable y que pocos, muy pocos, se acercan a ver. Se trata de un poblado de casas circulares -en el que llegaron a vivir hasta 1000 personas en su momento de máximo esplendor-, protegido por cuatro murallas concéntricas y que contaba con una gran necrópolis de sepulcros colectivos.

Los habitantes de esta ciudad de la metalurgia prehistórica fueron pioneros en el uso del metal, como así atestiguan algunos objetos encontrados en el yacimiento y los hornos de fundición del cobre.

A día de hoy, el poblado es visitable y cuenta con un centro de recepción de visitantes, el propio yacimiento y una zona interpretativa, en la que se han recreado a escala real un tramo de la muralla con sus torres y bastiones y varias cabañas, donde se han reproducido las labores de la época e, incluso, las zonas dedicadas a los enterramientos colectivos.

shutterstock 1162284025. El pueblo de las brujas del Sur

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El pueblo de las brujas del Sur

Si las brujas que habitaban la imaginaria tierra de Oz se vieran obligadas a huir de su mágico mundo, alguien debería hablarles de que en la Alpujarra Alta granadina se encuentra Soportújar, un pueblo de casas blancas y esoterismo que, según señala la tradición, fue fundado por meigas gallegas que, en tiempos de Felipe II, escaparon de la Inquisición Española y que encontraron refugio a los pies de la sierra granadina.

La realidad es que, posiblemente, la expulsión definitiva los moriscos de esta zona trajo consigo una repoblación con gente procedentes de tierras gallegas, que trajeron consigo sus meigas y sus queimadas.

A día de hoy, se ha convertido en un reclamo turístico y las referencias esotéricas soportujeñas aparecen entre sus callejuelas y plazas, bajo sus tinaos y curiosas chimeneas, y en las cercanías del pueblo: El Centro Temático de la Brujería, el Mirador de las Brujas, la Era de los Aquelarres, la Cueva del Ojo de la Bruja, la Fuente del Dragón o la Fuente de la bruja Baba Yaga. Incluso, en agosto, se celebra la “Feria del Embrujo”.

shutterstock 1564856581. El otro Caminito del Rey

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El otro Caminito del Rey

Casi todo el mundo sabe que en la provincia de Málaga se encuentra el que está considerado el sendero más peligroso del mundo: el Caminito del Rey. Pero ¡atentos, aventureros!, porque en tierras malagueñas, existe otra senda mucho menos transitada, llamada El Saltillo, que también hará las delicias de los amantes de lo vertiginoso.

En el municipio de Canillas de Aceituno, en pleno Parque Natural de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama; se encuentra una pasarela colgante de más de 150 metros de altura en los desfiladeros de este parque natural y que, originalmente, servía para llevar la red de abastecimiento de agua al pueblo.

Protegida con barandillas, la espectacularidad de El Saltillo es tal debido a las sensaciones que causan sus paredes verticales, la profunda garganta y el paisaje que acompaña durante todo el camino. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se trata de una ruta apta para niños, personas mayores, con vértigo o que no estén acostumbrados al senderismo.

Captura de pantalla 2020-02-26 a las 11.18.46. Ruta del atún

Foto: Turismo de Cádiz

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Ruta del atún

La Ruta del Atún Rojo de Almadraba es uno de los miles de motivos para dirigir los pasos, los paladares y los estómagos hacia la provincia de Cádiz con la llegada de la primavera. Y no es para menos. Cada año, visitantes de todos los puntos de la geografía nacional e internacional, viajan hasta estas tierras andaluzas para saborear todo lo bueno que se extrae de este túnido manjar.

Tan importante es el atún para los gaditanos, que hasta le han hecho un espacio museístico solo para él. En Barbate, una de esas localidades pertenecientes a tan sabrosa ruta, se encuentra el Museo del Atún, donde se da a conocer su importancia para la cocina y la cultura de Cádiz, desde hace más de 3000 años.

Una visita ideal para entender y valorar este rico patrimonio andaluz, en el que se podrán contemplar réplicas de ruinas, barcos hundidos, redes de almadraba, una antigua sala de elaboración y, lo mejor de todo, para el final: una degustación de diferentes productos procedentes de las suculentas carnes de este rey del mar.

iStock-1025685298. Palos de... las carabelas

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Palos de... las carabelas

Aquella larga travesía que cambió el rumbo de la Historia comenzó en las aguas onubenses de Palos de la Frontera, con 90 tripulantes y con tres de los navíos más famosos: Santa María, La Pinta y La Niña.

En el Muelle de las Carabelas, en el puerto de Palos de la Frontera, se encuentran las reproducciones de estos barcos, que se construyeron para el V Centenario del Descubrimiento de América. Además de las naves, se puede visitar un Centro de Interpretación que ayuda al visitante a descubrir cómo era el Real Puerto de Palos, el contexto histórico y social que dio lugar a aquel acontecimiento, y la Isla de Guanahaní, en la que desembarcó Colón por primera vez -y a la que los españoles renombraron como San Salvador-.

Antui. La Sevilla que hay bajo Sevilla

Foto: Setas de Sevilla

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La Sevilla que hay bajo Sevilla

Las calles de la capital hispalense podrían asemejarse a las salas de un museo de historia y costumbres, en su casco histórico se dan cita todas las civilizaciones que pasaron por este lado del Guadalquivir. Lo que no todo el mundo sabe es que bajo estas mismas vías, otra ciudad subterránea se encuentra sepultada bajo la Sevilla actual, mientras sevillanos y turistas pasean a diario, ajenos a ello.

Para descubrirla, basta con asomarse al templo romano de la calle Mármoles, al Antiquarium de las Setas o a la cisterna romana de la plaza de la Pescadería. Y eso, solo, si hablamos de la antigua Híspalis.

El subsuelo sevillano alberga un abundante patrimonio histórico, la mayoría aún sin descubrir, como es el caso de ciertos pasajes subterráneos que, según cuentan, conectaban las cárceles de la Inquisición con el Tribunal del Santo Oficio.

Pero si hay una galería digna de admirar, esta es la que se encuentra en el barrio de la Judería, que cuenta con una red de callejuelas subterráneas construidas por sus habitantes -tras ser expulsados a las afueras de la ciudad- y que conectaba de manera clandestina sus casas entre sí y con la sinagoga.

1280px-Museo Puente Genil. Puente Genil: romana a todas luces

Foto: Wikimedia Commons

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Puente Genil: romana a todas luces

Hace unos 140 años, Thomas Edison patentó la primera bombilla incandescente. Solo 9 años después de aquello, Puente Genil, una localidad ubicada en plena Campiña Sur Cordobesa y famosa por su carne de membrillo y sus impresionantes mosaicos romanos de la Villa de Fuente Álamo, se convertía en la primera de toda Andalucía en contar con luz eléctrica -y la segunda de España, tras Barcelona-.

Curiosamente, en 1946, en una pequeña tienda de componentes eléctricos, los caminos de este pueblo y de la electricidad se volvieron a unir, pues a su dueño, Francisco Jiménez Carmona, se le ocurrió formar una estrella de Navidad con unas pocas bombillas, a modo de reclamo. Convirtiéndose, así, en la primera decoración navideña con luces de todo el país.

iStock-461112727. Una catedral para asomarse al balcón

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Una catedral para asomarse al balcón

Puede que Jaén sea la gran desconocida de Andalucía y, sin embargo, como ocurre con sus siete provincias hermanas y primas, tiene un riquísimo patrimonio del que poder sentirse orgulloso. Y no, en este caso, no es el aceite de oliva, sino su singular catedral.

La Catedral de Jaén, obra cumbre del Renacimiento patrio, es la única de toda España que está rodeada por balcones -62 para ser más exactos-. Pero, ¿por qué ponerle una balconada a un edificio que, más bien, invita al recogimiento y la oración?

La respuesta es otro de los motivos que convierten este templo católico en un lugar especial, pues en su interior, en una caja fuerte de máxima seguridad con siete llaves, se custodia el supuesto Santo Rostro -aquel que quedó impregnado en el paño con el que Verónica enjugó la sangre, el sudor y las lágrimas de Jesús en su camino al Gólgota-, enmarcado en playa y piedras preciosas. Debido a esto, cada 15 de agosto y Viernes Santo, se sacaba dicha reliquia por cada uno de sus balcones, para que los fieles y peregrinos pudieran verla y, así bendecirlos a ellos y a los campos de olivos que, al fondo, donde acaban los tejados, se dejan ver.

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