La torre de las montañas celestes
La torre Burana es la imagen más emblemática y conocida del país, a pesar de que es todo lo que queda de la gran ciudad de Balasagun, fundada por los turcos karakanidas que llegaron en su expansión hacia el este durante el siglo X. La población fue arrasada más tarde por Gengis Khan, pero la torre siguió en pie, alzándose en un amplio terreno vacío frente a las “Montañas Celestes”. Más sorprendente que esta construcción resulta el cementerio cercano, donde se puede ver un conjunto de lápidas o balbals que reproducen los rostros de los muertos de forma esquemática, algo muy inusual en países de religión musulmana.
Issyk - Kul, entre hoteles y casas tradicionales
El inmenso lago Issyk – Kul tiene unas dimensiones de 182 Km de largo y 60 de ancho, cifras que lo convierten en es el segundo mayor lago alpino del mundo, sólo por detrás del Titicaca en la frontera de Perú y Bolivia. Las orillas norte y sur presentan características muy distintas: mientras que en la parte norte se pueden encontrar varios hoteles de grandes dimensiones en la orilla, así como varios yacimientos de pinturas rupestres en las inmediaciones, en la costa sur las construcciones se sitúan más alejadas del agua y son más escasas, por lo que es habitual encontrar campamentos de yurtas donde dormir. La yurta es la clásica tienda nómada de Asia central, pero hoy en día varios de estos campamentos son permanentes y constituyen un buen modo de acercarse a la forma de vida tradicional.
El paraíso del trekking: Karakol
Antigua base de la guarnición soviética en las proximidades de la frontera china, Karakol es hoy el punto de partida donde muchos aficionados al trekking y la escalada se preparan antes de afrontar el reto. Una de las excursiones más interesantes es la que lleva hacia el valle de Ynilchek, al sur, lugar privilegiado para acceder al monte Khan Tengry (7010 metros) y al glaciar que desciende desde las alturas incluso en verano y por donde se realizan caminatas con guía. Para llegar hasta el valle hace falta un permiso especial, precisamente por la cercanía de la frontera con el país vecino, pero se obtiene sin problemas y con un poco de antelación en las oficinas de turismo locales.
Postales del Kirguistán
La población de Naryn empezó siendo, como tantos otros lugares en Kirguistán, como guarnición rusa en 1868. Hoy destaca por su Mezquita Azul, construida en 1993 con capital saudí siguiendo las líneas tradicionales de la arquitectura árabe y con gran profusión de azulejos de color turquesa. Naryn es para muchos el lugar perfecto para preparar la visita del lago Song Kol, una lengua de agua aislada a más de tres mil metros de altura que en verano es empleada como abrevadero para el ganado, siempre abundante y omnipresente en un país cuyos habitantes dejaron de ser nómadas a mediados del siglo pasado.
Las posadas de la Ruta de la Seda
Para protegerse de los bandidos o reaprovisionarse para seguir el camino, la mítica Ruta de la Seda contaba con una red de posadas conocidas con el nombre de caravasar o caravanserai. El de Tash Rabat es uno de los mejor conservados del mundo, además de localizarse en un verde valle entre montañas, a 3530 metros por encima del nivel del mar. Hay evidencias de que un edificio primitivo fue ocupado por cristianos nestorianos y luego por monjes budistas en el siglo XIII, pero fue doscientos años más tarde cuando tomó su forma característica actual, con una cúpula de medio punto y treinta habitaciones que servían como dormitorio, prisión o despensa. Sin duda, el monumento más destacado del Kirguistán.
Los mil colores de Osh
La ciudad de Osh es la segunda en importancia del país y se ubica en una cuenca fértil donde se cultivan frutales y hortalizas, a diferencia de lo que sucede en otras regiones. También es punto de encuentro con Uzbekistán, que dista pocos kilómetros, y es por eso que disfruta de uno de los mayores y más animados bazares del Kirguistán, el mercado de Jayma. Allí se pude comprar de todo, incluidos unos panes muy característicos, de forma redonda y aplanados por el centro, donde cada artesano imprime su sello antes de la cocción. Osh proclama ser más antigua que Roma, y lo cierto es que se trata del asentamiento permanente más antiguo de Asia Central, además de contar con la Torre de Salomón, lugar de peregrinación musulmán que permite obtener la mejor panorámica de la ciudad.
Cementerios, estatuas y recuerdos soviéticos
Viajando por el Kirguistán es imposible no darse cuenta de la existencia de gigantescos cementerios monumentales que, vistos de lejos, parecen ciudades. Lo cierto es que muchas veces están mejor construidos que las viviendas de los habitantes del país, ya que estos fueron nómadas durante siglos hasta la llegada de la Rusia soviética, momento en que el asentamiento forzoso trajo emparejado el honrar a los difuntos. A partir de 1930, empezaron a desarrollarse estas “ciudades de los muertos”. Por otro lado, la mayoría de las poblaciones dan la bienvenida al visitante con una puerta monumental o, al menos, con la estatua de algún héroe guerrero del pasado, pero lo que más llama la atención son las figuras de Lenin o Marx que aun se encuentran en muchos lugares a pesar de que el país se independizó en 1991.
