LA TRANS JURASSIENNE solo para mujeres
Durante 3 días y medio, un grupo de hasta diez mujeres guiadas por ciclistas y guías profesionales se adentran por los pastos boscosos y encantadores pueblos de la región del Jura y los Tres Lagos. Las vistas a los Alpes, siempre presentes, y una historia marcada por la tradición relojera acompañan en todo momento a lo largo de la ruta. El resto, lo hacen la seguridad y el compañerismo de un grupo formado solo por mujeres.
La ruta
St. Ursanne - Neuchâtel
Día 1. Llegada a St. Ursanne
Tour por la ciudad
Día 2. St. Ursanne - La Chaux-de-Fonds
Tiempo en bicicleta sin pausas: 4-5 h
Distancia: 47 km
Desnivel: 1270m / 720m
Día 3. La Chaux-de-Fonds - Couvet
Tiempo en bicicleta sin pausas: 3-4 horas
Distancia: 55 km
Desnivel: 800m / 1310m
Día 4. Couvet - Neuchâtel
Tiempo en bicicleta, sin pausas: 4 h
Distancia: 53 km
Desnivel: 960 m / 1230 m

Foto: myswitzerland
Para llegar hasta la primera etapa de la ruta, St. Ursanne, se puede volar hasta Zurich o Ginebra, coger un tren hasta Biel y, desde allí, otro hacia St. Ursanne. El trayecto, que pasa por el Parque Natural Regional de Thal y Parque natural Chasseral supone una primera aproximación a los tres días restantes que sustituyen el tren por los pedales, sobre todo cuando se vislumbra el lago de Biel.

Foto: myswitzerland
día 1. ruta cultural por St.Ursanne
Llegadas a St. Ursanne, una guía local desvela todos los secretos de esta coqueta ciudad medieval ubicada junto al río Doubs que, según la leyenda, debe su origen al monje irlandés Ursicino, quien se instaló aquí y vivió como ermitaño en una cueva. En su honor se construyó la capilla de la ermita de Saint-Ursanne, que todavía hoy se puede visitar, junto con la cueva.
De lo que no hay duda es de que St-Ursanne se originó como centro religioso hasta convertirse en una ciudad dedicada a la pesca y la agricultura. No en vano, destaca la colegiata con su enorme campanario. Entre esta y el ayuntamiento, Saint-Ursanne se caracteriza por sus tres puertas y sus estrechas calles y plazas jalonadas por filas de casas, donde dormir una noche para recargar fuerzas para emprender el viajede 100% Women en bici.

Foto: myswitzerland
Día 2. el camino hasta Le Chaux-de-Fonds
A primera hora de la mañana St-Ursanne y el río Doubs dan el pistoletazo de salida a la Ruta del Jura nº 7, que se adentra en las Franches Montagnes, un altiplano de 1.000 m de altitud caracterizado por sus pastos abiertos y bosques de pinos y por los típicos y únicos caballos suizos de raza Franches-Montagnes. Tras continuar por el Etang de la Gruère, una turbera de 12.000 años de antigüedad, a media tarde se llega a La Chaux-de-Fonds, capital de los relojes suizos y lugar de nacimiento de Louis Chevrolet y Le Corbusier.
La ciudad, con su trazado en forma de tablero de ajedrez, propone una ruta cultural por el monumento de Chevrolet y por el Museo Internacional de Relojería, que alberga una colección formada por más de 4500 piezas, entre las que se encuentran 2700 relojes de pared y alrededor de 700 relojes de pulsera. Es la visita perfecta para adentrarse en la cultura del lugar antes de degustar alguna de las especialidades de esta zona, como el queso y las salchichas, y recargar fuerzas para el día siguiente.

Foto: myswitzerland
Día 3. Rumbo a Couvet
El tercer día no podía empezar de mejor forma que adentrándose por el impresionante paisaje del Vallée des Ponts, donde se pasa por el fenómeno natural y misterio al mismo tiempo del serpenteante río "le Grand Bied", uno de los caprichos de agua de esta ruta, que desaparece de repente (más adelante se resuelve el misterio). Una bajada de gran desnivel conduce hasta el Val-de-Travers, donde conocer la historia y los secretos del "Hada Verde", un aguardiente tradicional del valle de Travers que estuvo prohibido durante más de 90 años, en alguna destilería.

Foto: myswitzerland
Día 4. AScenso (y descenso) a la Creux du van
A través de los pastos abiertos del Jura, una pequeña carretera conduce a uno de los fenómenos naturales más impresionantes de Suiza, la Creux du Van, una enorme cuenca rocosa formada durante el último periodo frío. Más allá de las vistas, aparecen rebecos o íbices en los escarpados flancos rocosos. Después de desayunar el picnic con las mejores vistas del lugar, se regresa al Val-de-Travers, donde el manantial de Noiraigue resuelve el misterio del día anterior. El paseo, ya mucho más ligero, pasa por el desfiladero de Areuse antes de que el valle se abra y llegue a Neuchâtel a través de viñedos y a lo largo de la orilla del lago.

Foto: myswitzerland
Neuchâtel, una sorpresa medieval
El Castillo y la Colegiata del siglo XII (construida en estilo gótico en la Edad Media, una iglesia reformada), se vislumbran cuando el grupo se acerca a la ciudad medieval ubicada a la orilla norte del lago del mismo nombre.
La visita cultural puede continuar por el Museo de Arte e Historia del Palacio de Bellas Artes, que alberga cuatro colecciones temáticamente separadas (bellas artes, artes aplicadas, numismática e historia), aunque lo mejor es descansar las piernas a orillas del lago, formado por casi 15 kilómetros de costa accesible entre playas, áreas de picnic y calles reservadas exclusivamente a los peatones, atletas y ciclistas.