Las periodistas hablan

Los mejores destinos de España para viajar sola estas vacaciones

Las redactoras y colaboradoras de Viajes National Geographic recomiendan los lugares más fascinantes de nuestra geografía para practicar el 'solo travel'.

Las cifras hablan por sí solas: dos de cada tres españoles que recorren el mundo solos son mujeres. Además, según los datos compartidos por el buscador Kiwi.com, España es el tercer país predilecto para las mujeres que deciden emprender un viaje por su cuenta. Todo ello justifica el crecimiento de las agencias y propuestas destinadas a quienes viajan solas y de las referentes que lo reivindican. Según Patricia Almarcegui, "cualquier viaje es bueno para que la gente vea viajar sola a una mujer, deben acostumbrarse a verlas así". En este artículo, la escritora y otras periodistas especializadas en viajes recomiendan su lugar predilecto para lanzarse al viaje en solitario sin necesidad de salir de España. 

 

Los diez mejores destinos de España para viajar sola

 

 

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GR11 Senda Pirenaica

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Senda Pirenaica (GR11) por Patricia Almarcegui

Al caminar por espacios naturales, el cuerpo y la mente tienen la capacidad de conectar con el entorno, de reflexionar y de meditar. Una experiencia que cuando se prolonga en el tiempo cobra todavía más significado, sobretodo en rutas que atraviesan parajes como la cordillera de los Pirineos. En esto tiene experiencia la escritora Patricia Almarcegui, quien caminó durante 21 días por la Senda Pirenaica. Conocida como GR11, recorre esta frontera natural a lo largo de 400 kilómetros entre el Cap de Creus en el Mediterráneo y el Golfo de Vizcaya en el Cantábrico. Sin embargo, no es necesario completarla para apreciar sus caprichos geológicos de cumbres, relieves, hielos y bosques autóctonos. Tampoco para darse cuenta que "es un camino con jornadas de alta montaña y, en consecuencia, de alta dificultad", añade Almarcegui. Es una oportunidad perfecta para superarse a una misma y, en pocos kilómetros, contemplar maravillosamente el paisaje y percibir cómo cambia. Sus etapas discurren generalmente entre pueblos, refugios y albergues, donde adentrarse en la cultura y dejarse fascinar por historias y leyendas del lugar.

 

Oviedo. Asturias - Camino Primitivo

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Camino Primitivo de Asturias por Kris Ubach

El Camino de Santiago se hace en grupo, en pareja, en familia y también en solitario. Varias son los caminos para recorrerlo y cada uno de ellos sorprende con paisajes y atmósferas especiales. Sin embargo, hay uno que destaca por encima del resto por ser el primero que existió: el Camino Primitivoal que la periodista Kris Ubach tiene especial aprecio. Seguir las huellas de los primeros peregrinos es tan fascinante como exigente, ya que atraviesa zonas de montaña del interior de Galicia y Asturias poco pobladas y con pocos servicios. Eso sí, tiene como principales bases a Oviedo, Lugo y Compostela, excusa perfecta para darse un capricho gastronómico y de ocio. Ubach recomienda el Camino Primitivo que pasa por Asturias para empezar a recorrer a solas, donde "si se tiene nostalgia de socializar, una siempre puede unirse a otros caminantes o pasar ratos con las gentes de los pueblos". Sin duda, es un regalo para los ojos y el alma que puede completarse con unos días en los Picos de Europa y en las playas de occidente de Asturias, destinos que siempre han sido los refugios de Ubach cuando la ciudad le supera.

 

Granada

Photo by Victoriano Izquierdo on Unsplash

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Granada por Asun Luján

Granada es uno de esos destinos que se abren a la viajera con los brazos abiertos entre paseos por las joyas de la Alhambra acompañada por los relatos Cuentos de la Alhambra de Washintong Irving y acudiendo al atardecer del verano a algún espectáculo de danza o música de los Jardines de la Alhambra. Ambos planes son algunos de los que destaca la periodista Asun Luján, para quien Granada tiene todo lo que una ciudad puede ofrecer, así como "subir a los miradores del barrio encalado del Albaicín para contemplar la postal única de la ciudad, con la Alhambra dominada por Sierra Nevada en el horizonte". Granada también se disfruta en alguna de las teterías de las calles Calderería Vieja y Calderería Nueva, donde saborear sus dulces de aromas moriscas, en alguno de los hammans de la ciudad o contemplando el atardecer desde las cuestas del barrio del Sacromonte, con rincones llenos de magia, cuevas convertidas en tablaos y tabernas tradicionales. Otras opción es la de "recorrer los callejones de La Alcaicería, el antiguo zoco morisco, hoy pegada a la catedral granadina. Si en la primera visita destacan sus librerías de viejo, en el templo es fundamental contemplar las tumbas de los reyes Católicos y de su hija Juana la Loca".

Cadequés. Costa Brava

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La Costa Brava por Lucía Díaz Madurga

Tan concurrida como íntima, tan bohemia como sofisticada y tan inocente como musa. Así es la Costa Brava, un balcón de bosques asomado al mar que desde Blanes hasta Portbou pasó del anonimato a la fama en cuestión de décadas. A pesar de que sus playas se llenan hasta la bandera cuando agosto llama a la puerta, la periodista de gastronomía y viajes Luc��a Díaz Madurga halló en él lo que busca cuando viaja sola: "un destino tranquilo en el que encontrar paz", sobretodo gracias a los paisajes que consiguieron inspirar a genios como Salvador Dalí, Josep Pla o Pablo Picasso. Una ruta por la Costa Brava son kilómetros de acantilados sembrados de pinares que, entre lo agreste, esconden pueblos blancos salpicados por barcas de pesca, algún que otro vestigio greco-romano y arquitectura medieval que espera ser fotografiada. ¿Una opción más corta? Ella lo tiene claro: empezar por Tossa de Mar, continuar por Begur, L'Escala y Roses, y culminar en Cadaqués. Destinos para conectar con la naturaleza, encontrarse con todos los matices de la Costa Brava y dejarse maravillar por su gastronomía.

 

Logroño. La Rioja

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La Rioja por Lorena G. Díaz

Todo riojano sabe que su tierra tiene un gran potencial para enamorar y, como buena riojana, la periodista Lorena G. Díaz propone un recorrido por esta tierra con nombre de vino lleno cultura, tradición, historia, arte y mucha gastronomía. Entre sierras de gran valor natural y cultural, se asoman castillos, viñas y monasterios como los de Yuso y Suso, la cuna del castellano, y pueblos de fama internacional por su animada vida social y su gastronomía como Ezcaray, donde merece la pena reservar mesa en Casa Masip o el restaurante Echaurren, recomienda la periodista. En La Rioja, la naturaleza, la cultura y la gastronomía se reverencian mutuamente, conformando una tríada que también se encuentra en Logroño, "una ciudad tranquila donde nunca pasa nada, pero ni falta que hace", expone. Callejeando y sin prisas, se puede descubrir la Logroño del tapeo, la de la artesanía, la de la arquitectura y la de una historia marcada por el cruce de caminos como el de Santiago.

La Gomera

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La Gomera por Mari Carmen Duarte

La libertad y la paz definen La Gomera según la periodista de viajes y gastronomía Mari Carmen Duarte, que buscaba en la isla canaria un "lugar tranquilo, sin mucho turismo, donde la gente no viviera deprisa y las ciudades fueran como pueblos grandes, como salpicaduras en la exuberante naturaleza de la isla". Y esto es lo que encontró; un destino en el que conducir sin rumbo por las carreteras llenas de curvas que atraviesan el Parque Natural de Garajonay, parar en cualquier restaurante, donde el tiempo parece haberse detenido, y escuchar las historias de los locales mientras se prueban nuevos sabores. En los 370 km² de extensión de la isla, una puede entrever los lomos de los delfines con Los Órganos de fondo desde la cubierta de un barco, perderse por el ambiente rural de pueblos como Agulo o Hermigua o contemplar el atardecer sobre el Teide desde la playa de la Caleta. "La Gomera me reconcilió con mi idea mental de las islas. Los días que pasé allí me brindaron una sensación de alma al desnudo que me hicieron emocionar hasta el punto de las lágrimas", concluye.

Cádiz

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Cádiz por Natalia Martínez

En la capital gaditana se respira calma y arte a partes iguales. Mientras el silencio invade una de sus calles, el flamenco lo hace en alguno de sus tabancos. Mientras los rayos de sol despiden el día con calma, la playa de La Caleta continúa concentrado la vida de la ciudad como ninguna otra. ?Esta ciudad andaluza ofrece una combinación de planes que se complementan a la perfección y que una puede disfrutar en solitario. Bien lo sabe la periodista de gastronomía y viajes Natalia Martínez, quien encuentra los mejores placeres de la vida en un paseo por las bodegas, un fino de aperitivo seguido de palo cortado y festín de tortilla de camarones, colarse en un tabanco y despedir el día en el Malecón. En definitiva, "en Cádiz la playa y los vinos de Jerez son la mejor compañía, pero en caso de añorarla, siempre se encuentra la simpatía de su gente", asegura Martínez. Sin olvidar que desde la capital gaditana se puede visitar el Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda o Jerez de la Frontera sin necesidad de hacer muchos kilómetros. 

iStock-1346422057. El triángulo vasco por Sandra Martín

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El triángulo vasco por Sandra Martín

El triángulo de ciudades vascas es un buen destino para viajar por libre y en solitario. Y no solo porque la gente que te encuentras en el camino te ayuda en lo que sea, sino porque las facilidades de transporte y de alojamiento ayudan a moverse sin mucha planificación, a cambiar de ruta según el tiempo o los ánimos. Eso sí, la jefa de redacción de Viajes National Geographic : "El peligro es que tanto Vitoria como Bilbao o San Sebastián tientan a quedarse más tiempo del previsto inicialmente y podría ser que el viaje durara meses".

Eso sí, los encantos urbanos no son el único incentivo para explorar estos lugares. "Viajar entre las tres ciudades permite, además, descubrir las increíbles reservas naturales que las rodean: Gorbeia, Aizkorri, Urdaibai… Así que no hay excusa, se pueden hacer decenas de excursiones junto al mar o entre bosques, subir a cumbres o bordeando rocas de increíble valor geológico" añade Sandra Martín. Y para rematar, apunta otro aliciente "Disfrutar de una gastronomía que se mueve entre el tapeo y los platos que te clavan en la mesa y después solo te quedan ganas de dormitar en la playa. Y si el almuerzo no ha sido tremendo, siempre podemos probar a surfear las olas de un mar con mucho carácter". 

Valencia

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Valencia por Meritxell Batlle Cardona

Para la que firma este texto, la capital del Turia es un refugio lleno de estímulos. Sus barrios hacen de Valencia una capital tan heterogénea como compacta; dividida a la vez que conectada por un cauce donde el río Turia seguía su curso en lo que ahora se ha convertido en el mejor espacio verde que puede ansiar una gran ciudad. Categoría que comparte con enclaves como el Jardín del Real o Viveros, el Jardín de Monforte o el novísimo y todavía en construcción Parque Central, donde es fácil desconectar del concurrido centro. Sin olvidar que a escasos kilómetros se alcanza la naturaleza en estado puro en el Parque Natural de la Albufera. Pero Valencia también enamora por su orilla y un paseo kilométrico que se abre desde el renacido Cabañal hasta la Malvarrosa, por su centro histórico y un barrio del Carmen en el que perderse durante horas, por el hipsterismo de Ruzafa, donde encontrar los mejores aperitivos, y por el carácter artístico y poético de Benimaclet. Paso a paso y barrio a barrio, en la capital del Turia una encuentra su lugar sin apenas buscarlo.

Urdaibai por Aitana Palomar S.

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Urdaibai por Aitana Palomar S.

Viajar a Urdaibai es sumergirse en el corazón de un entorno natural en el que se puede disfrutar tanto de la calma de un paseo por el bosque como de la adrenalina de una tarde de surf en las aguas frías del Cantábrico. Sus playas, con vistas a la isla de Izaro, son ideales para descansar y olvidarse del resto del mundo, contemplando las montañas que caen sobre el agua o los colores rojizos del atardecer en la ría de Mundaka.

Para la periodista de National Geographic Aitana Palomar S., "adentrarse sola en Urdaibai es una oportunidad única para desviarse de las rutas clásicas y descubrir los secretos que guardan estas tierras, como el cabo de Ogoño, el bosque de Oma, la Cueva de Santimamiñe o los pueblos que visitó Hemingway en sus viajes por la zona". Tampoco deja de lado la gastronomía vasca, que puede degustarse "tanto en caseríos y restaurantes como en pequeños bares de pintxos, en los que el txakoli, la música y el euskera están en boca de todos", agrega.

Sitges por Diana Arrastia

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Sitges por Diana Arrastia

Darse un paseo por el casco antiguo, con sus calles empedradas, que a veces suben y otras bajan, y sus casas de pescadores de fachadas blancas y detalles azules es para la periodista Diana Arrastia todo un placer. Pequeñas cosas, como perderse entre las tiendas o degustar un vino y un tentempié o contemplar el mar frente al Palacio de Maricel son algunas de las experiencias que hacen de Sitges uno de los destinos más acogedoras para las viajeras.

Callejeando, se puede conocer la Iglesia de San Bartolomé, que preside desde lo alto de una colina toda la extensión costera, pasear bajo el arco de las casas de indianos según una se aleja del puerto o caminar desde la pequeña y encantadora Playa de San Sebastián hasta la zona de Aiguadolç. Otros planes claves para Arrastia son: "disfrutar del mejor desayuno del mundo en el Hotel Platjador y vivir, todos los años posibles, su joya cinematográfica: El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges".

La Graciosa por Sandra Domènech

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La Graciosa por Sandra Domènech

La Caleta de Sebo, un encantador y tranquilo pueblo pesquero, con casitas blancas y calles de arena por donde incluso se puede caminar descalzo es el punto de llegada a La Graciosa desde Lanzarote. La capital de esta isla de apenas 29 kilómetros cuadrados sin ni una sola calle asfaltada invita a perderse entre sus callejuelas y a degustar especialidades como la morena y las típicas papas arrugas con mojo picón. De hecho, es el único lugar con restaurantes y bares en la isla.

Por no tener, no tiene ni un hotel, pues el alojamiento pasa por alquilar alguno de los pocos apartamentos turísticos, concentrados precisamente en la Caleta de Sebo, único lugar donde encontrar algún bar o restaurante. "Justo aquí, donde los pies no pisan otra cosa que arena, es donde una se empieza a notar los efectos de un tremendo síndrome de Stendhal", explica Sandra Domènech, coordinadora de redacción de Viajes National Geographic. Este stendhalazo rural ocurre en toda la isla, ideal para recorrerla en bicicleta, acercarse hasta el Arco de los Caletones, bucear en las Gerardias, o pasar las horas tumbada en la playa paradisíaca de La Cocina.

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Madrid por Sandra Bódalo

"En España para viajar sola elegiría sin duda Madrid porque es la ciudad más acogedora que conozco", confiesa la periodista Sandra Bódalo. Desde que lo visitó por primera vez, la capital de España siempre le ha ofrecido esa parte de “autodescubrimiento” que se busca viajando sola, ya sea paseando por el Retiro o el paseo del Prado, visitando sus museos o callejeando por sus barrios más castizos, aunque también tiene ese elemento social y acogedor que se busca en otros momentos. "Sin ser de allí, siempre te sientes de allí", añade, "en esta ciudad he hecho amigos en un autobús, en un tren y, por supuesto, en un bar". La colaboradora lo tiene claro: las grandes ciudades son ideales para viajar sola ya que, aunque a priori parezcan clásicos, siempre sorprenden o tienen algo que ofrecer: un nuevo restaurante, una exposición o un café desde donde ver la gente pasar. Si tienen buena conexión en tren, todavía es mejor.

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Foto: Getty Images

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Camino de Santiago francés por Marta Cuadras

"El Camino de Santiago francés, el tramo que va desde Sarria a Santiago, es perfeto para viajar sola incluso para aquellas mujeres que todavía no han dado ese paso" así asegura Marta Cuadras. Entre los principales motivos por los que ha seleccionado esta peregrinación está lo fácil que resulta recorrerlo y lo bucólico del entorno: "Se camina entre bosques y aldeas con su pequeñas iglesias y hórreos que transmite un halo místico y mucha calma, pero al mismo tiempo, al tratarse del camino más popular de todos los caminos de Santiago esta repleto de servicios, por lo que no hay que preocuparse de nada" apunte. Además, la periodista de Viajes National Geographic apunta que siempre hay gente viajando sola que "hace que sea muy fácil entablar conversaciones y sentirse acompañada...¡aunque se viaje sola".

Cuevas de Cantabria por Isabel García

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Cuevas de Cantabria por Isabel García

Arte rupestre y naturaleza a raudales esperan a toda viajera que decida descubrir las cuevas cántabras, como Isabel García, para quien la Cueva de Altamira es un punto de partida ideal capaz de trasladar a otras épocas. A 2 kiómetros, Santillana del Mar -conocida como la villa de “las tres mentiras” porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar- invita a pasear por sus calles empedradas hasta la Colegiata de Santa Juliana, declarada Monumento Nacional de España desde 1889 y que cuenta con un delicioso claustro románico adosado al muro de la Iglesia de finales del siglo XII cuyas columnas están decoradas con bellos capiteles con tallas de animales mitológicos.

El viaje continúa por los parajes verdes de la Sierra de Arnero hasta Cueva de El Soplao, donde no se encuentran pinturas rupestres, pero si un rico legado geológico con formaciones poco comunes como draperies y helíctitas que desafían la gravedad. Tras una obligatoria parada en la Cueva del Pendo, situada en Camargo y famosa por sus pinturas ancestrales, se llega a la Cueva de Covalanas. "Hay que reservar previamente la visita pero la experiencia merece mucho la pena. El guía, linterna en mano, te introduce en una cavidad oscura que fue habitada hace millones de años para descubrir las bellas siluetas de las ciervas rojas que quedaron plasmadas en sus paredes", recalca Isabel. La caminata hasta su entrada rodea la impresionante pared formada por el río Calera. Para terminar esta ruta por el arte rupestre cántabro hay que hacer una parada en la Cueva de El Castillo. En sus paredes se pueden contemplar pinturas de animales y símbolos de significado desconocido pero lo que realmente destaca son todas las manos en negativo pintadas en rojo que recorren el trazado de la cueva. "Estudios arqueológicos descubrieron que estas manos pertenecían a mujeres, descubrimiento que hizo desechar la idea de que los artistas prehistóricos eran siempre hombres", añade. Esta ruta entre montañas verdes, ríos caudalosos y mucha historia tiene que terminar en Puente Viesgo, comiendo sobaos pasiegos y descansando en su balneario.

Centro Botín de Santander. Santander

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Santander por Alicia Nieto Catalán

La capital cántabra es uno de esos destinos que necesitan recorrerse a pie. Bien lo sabe Alicia Nieto Catalán, periodista que se deja caer por Santander verano tras verano y que ha seleccionado este destino como su preferido para viajar sola. Desde el mar hasta sus barrios altos, se presenta como una ciudad tranquila y elegante en la que permanece la huella del clasicismo de inicios del siglo pasado, pero que se ha reinventado con espacios como el Centro Botín. Así, abierta al mar y a la cultura, Santander seduce con su bahía salpicada por playas como la de El Sardinero y por el imponente palacio de la Magdalena. También con sus callejuelas donde reina el ocio: un vermú en el Paseo de Pereda o unas tapas en la calle Peña Herbosa o en la Plaza de Cañadío son la mejor manera de adentrarse en su gastronomía. Nieto recomienda probar las auténticas anchoas del Cantábrico y las rabas. Según la periodista, tampoco hay que desaprovechar sus rutas de senderismo y su oferta de deportes acuáticos. Además, es un perfecto campo base para visitar localidades como Santillana del Mar o Comillas. ¿Lo mejor de Santander? Que es un bullicio calmado: puede presumir de la capitalidad de otras grandes ciudades españolas, pero sin estar sobrepasada.  

Catedral de Teruel. Teruel

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Teruel por Alícia Bea

Para la periodista Alícia Bea, Teruel es una "pequeña pero orgullosa capital de provincia, emblema de la España vacía". Sea por sus dimensiones, por sus Patrimonio de la Humanidad o por el buen rollo que se respira, Teruel es una pequeña gran opción para empezar a viajar sola: "una ciudad que seduce y sorprende a partes iguales", añade. Lo primero lo hace con su arte mudéjar presente en la Catedral de Santa María de Mediavilla o la torre e iglesia de San Pedro. Lo segundo, con su arquitectura modernista que el arquitecto Pablo Monguió erigió en forma de casas burguesas como la del Torico (incluso se puede hallar un híbrido de ambos estilos en la iglesia de Salvador de Villaespesa). Una ruta arquitectónica que sirve como punto de partida para empezar a recorrer las tranquilas calles de Teruel y para dejarse caer en alguno de sus restaurantes. La periodista también recomienda pasar unos cuantos días en la ciudad, ya que "es una estupenda base de operaciones para descubrir la imprescindible Albarracín y la comarca de Gúdar-Javalambre, el primer destino turístico Starlight de Aragón". 

Formentera

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Formentera por Ana Maria Pareja Escobar

La pequeña de las Pitiusas lleva la filosofía slow a otro nivel. Sus 37 kilómetros de carretera sin semáforos dirigen hasta arenales, calas recluidas o acantilados que presentan un Mediterráneo íntimo y en calma. Es en playas como Ses Illetes, la de Migjorn o des Morts, donde se encuentra la afamada y seductora postal bajo el título 'mediterráneamente', que a la periodista Ana Maria Pareja Escobar le recuerda tanto a las playas de su Colombia natal. Parte de esta fama viene dada por el color del agua y, en consecuencia, por la Posidonia, que consigue mantener su transparencia. Pero también de la atmósfera que se respira y que convierte Formentera en una isla perfecta para "desconectar y encontrarse con una misma, dar paseos infinitos entre sus senderos naturales, leer una novela admirando el mar o respirar autenticidad en sus mercadillos", añade Pareja. También para subirse a una bici o a una moto y descubrir por qué en esta isla el valor cultural y el natural se difuminan. 

Navacerrada (pueblo)

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Navacerrada por Estefanía Riulope

En los pueblos pequeños es donde se puede saborear con todos los matices la sensación de viajar en solitario. Más tiempo para una misma, pero también la oportunidad de acercarse más a los locales y de conectar con ellos. Por qué si algo tiene viajar sola, es que se puede entablar conversación cuando se desee. Uno de los lugares perfectos para esto es el pueblo madrileño de Navacerrada. ¿Qué le hace especial? Para la periodista Estefanía Riulope, "sus mercadillos de domingo, los conciertos, los bares abarrotados de gente joven, los aperitivos en la plaza del pueblo o comer en La Rumbahasta pozas y hasta la montaña de la Maliciosa". También los senderos que recorren la localidad: "en Navacerrada hay rutas que conducen desde donde se obtienen unas vistas privilegiadas de la sierra de Guadarrama",apunta Riulope. Cerca de grandes ciudades como Madrid existen pequeños tesoros que pueden convertirse en la oportunidad perfecta para lanzarse a viajar sola, algunos incluso accesibles en transporte público.

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