Un mapamundi gastronómico
El multiculturalismo lisboeta se plasma inevitablemente en sus restaurantes, brindando ingredientes y recetas de casi cualquier parte del mundo en sus calles. Es el caso de guiños japoneses como los que se disfrutan en Ajitama Ramen Bistro, que han versionado con producto portugués dos chefs y viajeros lisboetas. El ramen es plato único, disponible en cinco estilos distintos -incluyendo vegano- y servirá para templar el cuerpo de más de un comensal.
Asiático, con influencias japonesas, vietnamitas, chinas e indias, es JNcQUOI Asia, el hermano ‘pequeño’ de JNcQUOI, uno de los lugares más de moda de toda la ciudad. Aquí los protagonistas son las recetas más recurrentes de la cocina oriental como los nigiri, los curry o los dumpling, en un espacio de cocina abierta y profusamente decorado con guiños a las culturas asiáticas y muy bien pertrechado de vinos. La nota dulce la ponen los postres de la vecina pastelería La Durée, incluyendo una tarta de queso Azeitão que merece por sí sola la visita.
De lo internacional, Lisboa salta a lo local en restaurantes como O Frade, gestionado por dos primos de origen alentejano, que han puesto en el tapete culinario lisboeta las recetas de su familia, provenientes del Alentejo. Es el caso del coelho en coentrada (un guiso de cordero con cilantro) o la estupeta de atún, similar a un salpicón pero hecho con carne del vientre del animal.
A ese recetario clásico también se dirigen lugares tan ilustres como Solar dos Presuntos, con más de 40 años de historia a sus espaldas, que vehícula la carta entre mariscos, carnes y pescados, siendo un buen lugar para quitarse la espinita del bacalao. Mención especial merece la versión a lagareira (a la brasa), asado al horno (a la portuguesa) o las célebres pataniscas de bacalao. Otras opciones donde no fallar el tiro en la ciudad incluyen la celebérrima A Casa do Bacalhau, consagrada al rey de los gádidos y con una veintena de recetas que le tienen como protagonista.
Ajenos a los convencionalismos, restaurantes como 100 Maneiras, dirigido por el chef bosnio Ljubomir Stanisic, apuesta por juntar en una mesa portuguesa distintas formas de entender la cocina, en la que hay guiños portugueses, eslavos, italianos y de otros continentes. Establecido en dos locales separados por apenas 600 metros, el chef ofrece menú degustación en el restaurante de Rua do Teixeira, 39, y a la carta en Largo da Trindade.