Agua arriba

Llegan las grandes mareas a Saint-Malo y al Mont-Saint-Michel

Este fenómeno natural, propio de las costa bretona y normanda, se ha convertido en un atractivo para el viajero.

Los datos de las policías locales, compartidas por los gobiernos de ambas ciudades, adelantaban que la tercera semana de febrero sería la fecha señalada en la que las mareas del Atlántico superarían el coeficiente 100. Es decir, que en Saint-Malo y en la abadía del Mont Saint-Michel el nivel del mar podría llegar a subir 14 metros sobre su línea habitual para crear uno de los más famosos fenómenos naturales tanto de Bretaña como de Normandía. 

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La súper marea de febrero

Para que una marea sea considerada súper marea, tiene que superar el coeficiente de 100 establecido por el instituto meteorológico francés. Este año, el pico del nivel del mar tendrá lugar hoy, 21 de febrero, cuando dicha magnitud alcance los 111 puntos a las 20:26 horas de la tarde. En ese momento, el nivel del mar se habrá elevado 12,83 metros por encima de sus valores habituales en ambos destinos. Mañana día 22 de febrero, la marea alcanzará los 13,24 metros (aunque con un coeficiente inferior por la diferencia con su valor mínimo) a las 08:44 y 12,85 metros a las 21:06 mientras que el jueves la cota llegará a los 13,06 a las 09:23 horas. Y, desde ahí, irá decreciendo hasta recuperar unos coeficientes inferiores a 100.

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Foto: Getty Images

¿Por qué se producen la súper mareas?

Las mareas en Saint-Malo son influenciadas por los factores comunes al resto de mareas, pero aquí el estuario del río Rance, que se expande en forma de marismas; la dirección y la fuerza del viento que proviene del canal de la Mancha, y la topografía de la costa circundante influyen para que su altura y su tamaño sea descomunal. Los mismo sucede en el Mont-Saint-Michel ya que se ubica en la misma bahía que cierra dicha urbe portuaria.

¿Cómo ha marcado la arquitectura y el desarrollo de ambas ciudades?

El urbanismo de Saint-Malo, marcado por una enorme muralla que protege la ciudad vieja, siempre ha estado marcado por la subida y la bajada del nivel del mar. De hecho, paseando por sus almenas se pueden ver las diferentes barreras de madera que en el pasado frenaban la erosión del mar y la violencia de las olas. A eso hay que sumarle las nuevas compuertas construidas en el río Rance con el fin de regular su caudal en los mayores picos. 

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Saint-Malo con y sin marea alta. Montaje: Getty Images

En el caso del Mont-Saint-Michel, la defensa más notable siempre fue su muralla exterior, aunque la afluencia del turismo obligó a construir hace unos años una nueva pasarela, más moderna, alta y regulable que une esta isla con el continente de forma más segura.

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¿Cómo visitar las súper mareas?

En ambos destinos, visitar las súper mareas es seguro para los viajeros siempre u y cuando no se produzcan grandes olas ni haya una tormenta. En cualquier caso, las mediciones y previsiones meteorológicas permiten actuar a las autoridades locales con el tiempo suficiente como para limitar el acceso de los curiosos y turistas tanto al puente que conecta con Saint-Michel como al paseo por las murallas de Saint-Malo, dos de los puntos más potencialmente peligrosos. En el caso del famoso monte Patrimonio de la Humanidad, han llegado a hacer de la necesidad virtud con experiencias que solo se pueden vivir durante este fenómeno como las pequeñas travesías en barca (o en pádel surf) por las marismas. Asimismo, durante estas fechas el mirador de la abadía se convierte en uno de los lugares más codiciados para observar el aislamiento de este enclave.