Londres se dispone a mostrar lo mejor de sí misma durante la celebración de los Juegos Olímpicos que acogerá este verano. La ciudad al completo quiere presentarse como el escenario de este evento, en el que además estrenará el nuevo rostro del barrio de Stratford, sede del flamante Parque Olímpico, junto a la puesta a punto de sus perennes atracciones. Porque el Londres clásico va a lucir mejor que nunca tras la renovación de sus conocidos enclaves, mientras el perfil moderno de la urbe prosigue su constante transformación, ahora coronada por el rascacielos más alto de Europa.
La imagen del Big Ben y la London Eye, la noria futurista que se yergue en la cara opuesta del río Támesis, sintetiza el carácter de una ciudad que aúna como pocas el legado del pasado y el presente. Las campanadas de la famosa torre del reloj, adosada al perfil neogótico del Parlamento de Westminster, marcarán a las 8 de la mañana del 27 de julio el arranque de los terceros Juegos que aloja Londres (antes, 1908 y 1948).
En ese momento el cronómetro olímpico de Trafalgar Square, que custodia la columna erigida en honor del almirante Nelson, habrá concluido la cuenta atrás para recibir a millones de visitantes que llegarán a la capital británica a través de cinco aeropuertos internacionales y del tren Eurostar que cruza el canal de la Mancha.
Un puente con europa
La rehabilitada estación de St Pancrass ejerce, en el norte, de sede del tren de alta velocidad que enlaza con el continente en apenas dos horas. Su cúpula acristalada, de la que penden unos aros olímpicos enormes, es la joya de este recinto de siglo y medio de historia. Asimismo impresionante aparece el techo de acero en forma de palmera de la aledaña estación de King’s Cross, punto de partida del tren bala Javaline que lleva hacia el complejo olímpico de Stratford.
La capital también ha remozado sus estaciones de metro (el Tube), que en algunas paradas adquieren una decoración temática. Como las baldosas con el perfil de Sherlock Holmes en Baker Street, que invitan a visitar el museo que recrea el universo del legendario detective ideado por la pluma de Arthur Conan Doyle. Muy cerca, la colección de figuras de cera Madame Tussauds acaba de incorporar a su galería de famosos una imagen actualizada de Isabel II para conmemorar este año sus seis décadas en el trono.
El Jubileo de Diamante de la reina ha propiciado también el rediseño en la presentación de las joyas de la corona británica que se exhiben en la Torre de Londres, junto al puente levadizo que cruza el río. La monarquía y sus fastos siguen siendo uno de los reclamos de la ciudad: desde el cambio de guardia en el palacio de Buckingham, que mira al aristocrático parque de St James, a la visita junto a Hyde Park del palacio de Kensington, la última morada de la fallecida princesa Diana, redecorada de arriba abajo y con nuevos jardines abiertos al público. En una de sus alas –vetada a los curiosos– residen los príncipes Guillermo y Kate, cuyos rostros decoran desde la boda real del año pasado los chiringuitos londinenses de recuerdos, en competencia con la mascota olímpica Wenlock.
Al sur del inmenso Hyde Park, la perpetua reinvención de la oferta cultural de Londres se traduce, en South Kensington, en una nueva vía peatonal flanqueada por cafés que arropan el popular triángulo de museos de Historia Natural, de Ciencias y el Victoria & Albert. Hacia el centro, las reformas urbanas también han rejuvenecido la imagen de Leicester Square, el punto de conexión entre la zona teatral del West End, los neones de Piccadilly y las callejuelas situadas en torno al mercado de Covent Garden.
La celebración de los Juegos también es un incentivo para expandirse a otros puntos cardinales en los que se disputarán las competiciones olímpicas: el célebre estadio de fútbol de Wembley, renovado en 2007 (norte); las canchas de tenis de Wimbledon (oeste); o la hípica en Greenwich (sudeste del río), un mundo de anticuarios y librerías, donde se sitúa el Real Observatorio que define los husos horarios del mundo: Greenwich Mean Time (GMT).
Iconos del siglo XXI
Los cruceros fluviales que desde la noria London Eye conectan con este último barrio ofrecen las mejores vistas de la cúpula del Millennium Dome. Es la blanca cobertura del principal escenario de conciertos musicales y sede de la Olimpiada Cultural que verá su apogeo en verano.
Desde el barco se percibe el desarrollo del moderno skyline de Londres en ambas riberas del Támesis. El edificio en forma de pepinillo (Gherkin) que diseñó el arquitecto Norman Foster para despuntar en la City queda ahora empequeñecido frente a los 310 metros de altura del rascacielos The Shard, en la orilla opuesta. Su construcción ha dinamizado el área de Berdmonsey como centro emergente del diseño, el arte y los nuevos restaurantes, entre los que no faltan los de tapas españolas, tan de moda en la ciudad.
En esta zona también ha desembarcado la mayor galería artística y comercial de Europa, la White Cube, que tiene forma de cubo blanco. Se ubica a pocos minutos a pie de la Tate Modern, un referente mundial del arte contemporáneo. Este museo, instalado en el armazón de una antigua estación eléctrica, recibe tres millones de visitantes anuales. Abona el éxito de público su animada plaza exterior y el mirador del Puente del Milenio, que conecta con la restaurada catedral de Saint Paul.
El nuevo Stratford
La ruta prosigue hacia el este, donde Londres ha realizado una radical metamorfosis impulsada por las Olimpiadas. Nuevas viviendas y jardines afloran entre los canales del Lea Valley, una zona postindustrial que hoy acoge el parque olímpico de Stratford. Un gigantesco centro comercial acompaña a la estación de tren que brinda acceso al Estadio, donde se celebrarán las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos. En torno a esta elipse rematada con punzantes secciones de acero, también destacan el Velódromo, imitando una pista de ciclismo, y la cubierta de aluminio del Centro Acuático, que semeja una ola y firma la arquitecta Zaha Hadid (Bagdad, 1950).
El recinto puede apreciarse desde los 115 metros de altura de la AcelorMittal Orbit, una torre diseñada por el artista indio Anish Kapoor (1950). Sus retorcidos tirabuzones de acero rojo abrazando dos plataformas son una de las estampas más innovadoras integradas en el Londres «de siempre», una ciudad todavía más seductora con el cartel olímpico del 2012.
PARA SABER MÁS
Cómo llegar: Desde España operan vuelos regulares y de bajo coste a los aeropuertos de Londres: Heathrow (45 km), Luton (51 km) y Stansted (64 km).
Web de la Tarjeta Turística London Pass
Web Oficial de Turismo de Londres
Web de la agenda deportiva y cultural de los JJ. OO.