Guía de las 7 artes

Londres según todas las bellas artes

Cine, arquitectura, danza, música, escultura, pintura, literatura... Las siete bellas artes permiten realizar un viaje alternativo a la capital de Reino Unido.

Hay lugares en los que no hace falta guía de viajes para recorrerlos, basta con acercarse a ellos a través de un libro, de una película, de una coreografía… De hecho, cualquiera de las bellas artes puede propiciar una aproximación al destino tanto mejor que cualquier folleto turístico. Londres es uno de esos lugares y este es un circuito alternativo para descubrirla con todos los sentidos bien abiertos.

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Harry potter en Londres

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Cine: Harry potter en Londres

Para muchos Mary Poppins fue el primer viaje que hicieron a Londres. Ya fuera en el cine o en la pequeña pantalla, aquel viaje sabía a palomitas y dejaba una sensación, mezcla de aventura y felicidad, que sin duda sintieron tiempo después al aterrizar en la capital de Reino Unido por primera vez. Que el primer viaje a Londres fuera a través del cine no sorprende en la que tal vez sea la ciudad más cinematográfica de Europa, con permiso de París. En los últimos años, fue Harry Potter quien sustituyó a la mágica niñera del paraguas. La serie de J. K. Rowling ha hecho volar a multitud de viajeros hasta la ciudad británica desde que se publicara el primer volumen. Aquella ciudad de la década de los 90 que aparecía en Harry Potter y la piedra filosofal ha cambiado mucho, pero hoy aún se sigue viajando a la búsqueda de sus escenarios.

Puente del milenio-Londres

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Arquitectura: el Puente del Milenio

Puede parecer una paradoja que con el Brexit uno de los hitos arquitectónicos contemporáneos de Londres sea un puente; pero lo cierto es que aunque parezca que el Reino Unido es hoy más isla que nunca, en la City siempre han preferido unir antes que aislarse. Este puente colgante es el ejemplo perfecto de esa forma de ser tan londinense, ya que une dos puntos de la ciudad que hacía más de un siglo que estaban separados por el Támesis. También une ingeniería y arte, y lo contemporáneo con lo más clásico: la Tate Modern (al sur) con la catedral de San Pablo (al norte). Es una línea recta, pero llena de movimiento, resultado de un proyecto creativo desarrollado por el escultor Anthony Caro junto al despacho de ingenieros Arup. Un buen lugar desde el que verlo es la terraza de la Tate Modern con un té antes del crepúsculo violeta de la ciudad.

London Calling

Foto: Cordon Press

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Música: London Calling

1979 fue un año convulso para el Reino Unido. Una década de problemas económicos llevó a Margaret Thatcher a Downing Street como primera ministra. La Dama de Hierro se ganó el sobrenombre sin temblarle el pulso con una agenda de privatizaciones y recortes sociales que levantó ampollas entre la clase media. Por otro lado, estaba Joe Strummer, líder de la banda The Clash, una de las banderas principales del punk británico, más rojo que el rojo. Parieron un doble disco combativo, que se abría con el corte London Calling que dio nombre al álbum: una letra cargada de política y sátira que habla de una sociedad apocalíptica… Vamos, que si hace falta banda sonora para una barricada, esta es la canción perfecta.

Piccadilly Circus, de George Hyde Pownall

Foto: Christies

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Pintura: el Piccadilly Circus de un misterioso pintor

Es un cruce de calles, pero también es uno de los iconos más reconocibles de Londres. Lo ha sido desde siempre, desde que se construyó para conectar Regent Street con Piccadilly, la principal calle de compras. Su proximidad al Soho hizo que desde el principio fuera un interesante escenario nocturno al que no se pudo resistir George Hyde Pownall, un misterioso pintor callejero del que se sabe poco. Sin embargo, su obra es una colección de escenas urbanas que forman parte de las primeras representaciones de la vida moderna en Londres: la llegada de los automóviles compartiendo la calzada con vehículos de tracción animal, los carteles publicitarios, el alumbrado a gas que confería una atmósfera tan de novela negra a la ciudad, la moda del momento… todo estos elementos están en sus cuadros. Sobre 1914 emigró a Australia, donde se le perdió el rastro para siempre. Dejó varias panorámicas nocturnas inspiradoras de viajes a Londres.

The Monument

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Escultura: The Monument

El domingo 2 de septiembre de 1666, un panadero llamado Thomas Farriner olvidó apagar el horno y ya nada volvió a ser como antes en Londres. Resultado del descuido, un apocalíptico incendio ardió tres días con sus noches y acabó reduciendo a cenizas el centro de la ciudad medieval: 13.200 viviendas, 89 iglesias, 44 antiguas Casas Gremiales, la Casa de Aduanas, la Catedral de San Pablo, el Ayuntamiento… Se cree que no ha habido una catástrofe de tales dimensiones en Europa desde entonces. Pero como no hay mal que por bien no venga, resulta que el incendio acabó con la epidemia de peste bubónica que azotaba a Londres. 

 

La reconstrucción siguió el mismo entramado medieval, pero esta vez con edificios de ladrillo. Esa es la razón de que al caminar por las calles del centro se tenga la sensación de estar en una ciudad medieval aunque los edificios y las calles sean modernas. Hoy en día, la ciudad recuerda el trágico acontecimiento con el monumento al Gran Incendio de Londres, o más conocido como The Monument. Se encuentra en la intersección de Monument Street y Fish Street Hill, a 61 metros de la panadería de Thomas Farriner.

 
La ciudad de las desapariciones

Foto: Ed. Alpha Decay

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Literatura: La ciudad de las desapariciones

Hay muchísimas novelas ambientadas en Londres y nadie duda de que Dickens fuera el primero en convertir a la ciudad en todo un personaje literario. Pero hasta ahora nadie ha escrito la crónica del Londres moderno de la forma en que lo ha hecho Iain Sinclair. Lleva haciéndolo más de cuatro décadas, caminándola hasta la extenuación, conectando hechos, personajes y objetos, en el tiempo y en la distancia. Los suyos no son los grandes circuitos turísticos. A cambio, quien prefiera seguirle se hará con la topografía más íntima de la ciudad. En España, la editorial Alpha Decay publicó La ciudad de las desapariciones donde aparecen por primera vez varios de sus ensayos, escritos entre 1975 y 2012.

Time Warp

Foto: Cordon Press

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Danza: The Rocky Horror Show

Es toda una maravilla que una obra de vocación marginal que se estrenó en el Theatre Upstairs (Royal Court) de Londres en junio de 1973 siga siendo de rabiosa actualidad casi cincuenta años después. Pero lo cierto es que la historia del Dr. Frank N. Furter, un científico loco, travesti y de sexualidad abierta, es fruto del contexto social de libertades y transgresión que vivía el Londres de la época. Aún son mucho quienes llegan hasta la capital inglesa para rendir su particular tributo a esta comedia musical mezcla de un poco todo: de serie B y ciencia-ficción, de estética glam, de ópera rock, de burlesque y de bailes frenéticamente liberadores como el Time Warp.

Puente del milenio-Londres