
Plaza de la Ciudad Vieja
Punto neurálgico desde el que visitar Praga, la Plaza de la Ciudad Vieja es el centro de la vida pública de la ciudad desde tiempos remotos. Es aquí donde se encuentra su monumento más representativo: el Reloj Astronómico. Construido en la Edad Media y ubicado en la pared sur de la torre del Ayuntamiento, el Reloj Astronómico de Praga está formado por un cuadrante astronómico, un calendario y una serie de esculturas góticas que lo adornan y que, cada hora en punto entre las 09:00 y las 21:00 horas, se mueven representando su papel: muerte, lujuria, vanidad y codicia. Tras ellas, aparecen los Doce Apóstoles tras una ventana.
Además del reloj, en todo viaje a Praga se hace imprescindible subir a la torre del Ayuntamiento, desde donde se pueden apreciar las mejores vistas increíbles de los tejados de esta parte de la ciudad. Curiosa es también la iglesia de Nuestra Señora de Týn, medio escondida tras las fachadas de las casas de la plaza. Mezcla de estilos gótico y barroco fue apodada la iglesia de los burgueses por ser el lugar de culto de éstos cuando, durante la Edad Media, la aristocracia rezaba en la Catedral de San Vito.

Plaza de la Ciudad Vieja | Foto: iStock
Torre de la Pólvora
A poco más de 400 metros de la plaza de la Ciudad Vieja, la Torre de la Pólvora es uno de los edificios más significativos que ver en Praga. Construida durante el siglo XV como una de las 13 puertas de la ciudad es, en realidad, una torre gótica que toma su nombre de su uso como almacén de pólvora durante el siglo XVII. El aspecto actual de la torre data de 1880, pues sufrió importantes daños durante la Batalla de Praga, que enfrentó al ejército prusiano contra el ejército del Sacro Imperio Romano Germánico en 1757.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga, el centinela de la ciudad, es en realidad un conjunto arquitectónico que data del siglo IX. En su interior hay una buena cantidad de monumentos que no pueden faltar en un primer viaje a Praga, además del Palacio Real -residencia de los reyes de Bohemia, de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germano y los presidentes tanto de Checoslovaquia como de la República Checa-, la Catedral de San Vito, el convento y la basílica de San Jorge, las caballerizas reconvertidas en galerías de arte y el Callejón del Oro, hogar de los orfebres en el siglo XVII, entre otras curiosidades.

Castillo de Praga con la Catedral de San Vito sobre la ciudad | Foto: iStock
Catedral de Praga
También conocida como Catedral de San Vito, merece mención aparte pues es uno de los mayores ejemplos de arquitectura gótica de la ciudad. El templo fue levantado en el siglo XIV y desde su construcción fue el escenario de la coronación de todos los reyes de Bohemia.
Biblioteca Clementina
Considerada como una de las bibliotecas más bonitas del mundo, el Clementinum de Praga es en realidad un conjunto de edificios construidos como colegio jesuita en el siglo XVI. Hasta 2009, albergaba las Bibliotecas Nacional, Universitaria y Técnica, pero hoy sólo contiene la Biblioteca Nacional. Este conjunto de edificios se puede visitar a través de visitas guiadas que dan comienzo a las 10:00 de la mañana y finalizan entre las 16:30 y las 18:00, en función de la época del año. En la visita se puede admirar la Torre Astronómica, la Capilla de los Espejos y la Biblioteca Barroca.

Biblioteca Clementina | Foto: iStock
Plaza de Wenceslao
Lugar de manifestaciones, celebraciones y cualquier reivindicación de la población es uno de esos lugares que ver en Praga para poder captar la esencia de la ciudad. Esta plaza es una de las más importantes junto con la Plaza de la Ciudad Vieja. Tanto es así, que fue el lugar elegido por el historiador checo Alois Jirásek para leer la Declaración de Independencia de Checoslovaquia, en 1918. Levantada sobre un antiguo mercado de caballos del siglo XV, la plaza de Wenceslao toma su nombre en honor al patrón de Bohemia. En uno de sus extremos se encuentra el Museo Nacional Checo y de ella llama la atención su forma de bulevar, con 750 metros de largo por apenas 60 de largo. Aquí, en el Pasaje de Lucerna, una galería comercial, se hace de imprescindible visitar la escultura de Wenceslao montado sobre el caballo al revés.
Puente de Carlos
Probablemente este es el puente más conocido sobre el río Moldava. Solo su imagen es suficiente para inspirar un viaje a Praga. Es la principal vía de comunicación entre la Ciudad Vieja y el Castillo de Praga y fue mandado construir a finales del siglo XIV por el rey Calos IV, aunque no se finalizó hasta 1402, lo que le convierte en el segundo puente más antiguo de la República Checa. Con 516 metros de largo y casi 10 metros de ancho -necesarios para que se cruzaran dos carretas-, este puente está adornado por 30 estatuas de estilo barroco del siglo XVIII entre las que destaca la de San Juan Nepomuceno. Cuenta la leyenda que San Juan era el confesor de la reina de Bohemia en el siglo XIV. El rey, que desconfiaba de su mujer, pidió a San Juan Nepomuceno que le contara sus secretos. Al no querer hacerlo, el rey mandó cortarle la lengua y arrojarlo al Moldava desde el puente.
Iglesia de San Nicolás
Ubicada en el barrio de Malá Strana, esta iglesia es una de las más importantes que hay que ver en Praga. Joya del barroco europeo, fue levantada por los jesuitas en el siglo XVIII sobre un templo gótico del siglo XIII. Si hay algo que llama poderosamente la atención de ella es, sin duda, su gran cúpula dorada, que sobresale por encima de los tejados que la rodean. Pero esta cúpula no es solo bella en el exterior, sino que en su interior está decorada por impresionantes frescos que representan a San Nicolás y a la Santísima Trinidad.

Antiguo Cementerio Judío en Praga | Foto: iStock
Barrio y Cementerio judío
En el barrio judío de Praga, Josefov, el cementerio judío es una visita obligada, no solo por su belleza, que la tiene y mucha, sino por su historia. Se estima que este cementerio acoge hasta 100.000 cuerpos enterrados en 12 niveles y es que, durante siglos, este fue el único lugar en el que los judíos tenían permitido enterrar a sus seres queridos. La tumba más antigua data de 1439 y la más moderna de 1787.

Vistas de Praga desde la Colina de Petrin | Foto: iStock
Monte Petřín
A 138 metros sobre el río Moldava, en el barrio de Malá Strana, este monte es el mirador más famoso de Praga. Hasta él se puede acceder en funicular o a pie, y en lo más alto se ubica la Torre de Petřín, que recuerda a la Torre Eiffel (salvando las distancias) y desde cuyo punto más alto se puede ver una magnífica panorámica de gran parte de Praga. En este lugar también se puede visitar el Laberinto de los Espejos, construido para la Exposición Universal de 1891; y, a los pies del monte, el Monumento a las Víctimas del Comunismo, que consiste en siete figuras humanas desnudas de bronce descendiendo por las escaleras.
PRAGA IMPRESCINDIBLE EN EL MAPA

- Puente de Carlos
- Plaza de la Ciudad Vieja e Iglesia de San Nicolás
- Antiguo Cementerio Judío
- Torre de la Pólvora
- Plaza de Wenceslao
- Catedral de Praga y Castillo de Praga
- Mirador del Monte Petrín
- Biblioteca Clementina