Lavandas y montañas ocres

Luberón, el corazón de los campos de lavanda de la Provenza

La suavidad de la lavanda se funde en este reino del silencio con montañas de matices ocres, creando una paleta de colores que sedujo a pintores como Van Gogh, Cézanne o Picasso que residieron en varios de sus pueblos atalaya.

El Parque Natural Regional del Luberón se extiende por el departamento francés de Vaucluse, uno de los cinco que forman la idílica Provenza, asentado en el sudeste de la región. Aviñón es la capital departamental, famosa por su puente medieval sobre el Ródano y el Palacio de los Papas. Pero fuera de esta y otras ciudades como Cavaillon, la más poblada de la zona y monumental también, el territorio del Luberón se caracteriza por pequeños pueblos colgantes que presiden, como nidos de águila, las llanuras y zonas agrícolas, y se conectan por sinuosas carreteras que discurren entre campos de lavandas, viñas y árboles frutales. Además, con una cota máxima de 1256 metros, este macizo se posiciona como un destacado y accesible destino de senderismo en Francia.

 

Campo de lavanda en Sault, al abrigo del macizo del Luberón
Foto: Shutterstock

el macizo del luberón

El macizo y parque natural del Luberón da cobijo a paisajes y aldeas rurales, muchas elevadas en colinas que por sí mismas hacen de miradores. Aunque lo más llamativo de este lugar es el entorno que lo rodea, con rocas de arenisca arcillosa y oxido de hierro que otorgan a sus montañas diversas tonalidades rojizas. Junto a sus rocas, el Luberón también alberga bellos bosques de cedros. Pero sobre todo el macizo del Luberón es el reino del silencio.

el imponente PUEBLO DE gORDES

Una carretera que serpentea entre paisajes y aldeas rurales sorprende tras un recodo con la imagen magnífica de Gordes, un pueblo medieval y típicamente provenzal, que aparece en pendiente escalonado sobre una colina vertical, con vistas a las ondulaciones del macizo del Luberón justo enfrente. Rápidamente se aprecian la iglesia y el castillo que lo coronan. Habrá pues que descubrir esa fortaleza originaria del siglo XI y Notre Dame de Bon Secours, templo del siglo XVI y el más apreciado de los que tiene el pueblo.

Gordes
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Las entrañas de Gordes se recorren con visitas guiadas, ya que existe otra ciudad subterránea que fue excavada en el pasado debido a la falta de espacio. Lo recomendable es disfrutar de los múltiples miradores del pueblo, aunque el más buscando es el que se sitúa en la carretera a Cavaillon, con un punto panorámico que muestra a Gordes colgado de la colina. El pueblo, en la lista de los mas bellos de Francia, es en sí mismo un museo, no solo por la arquitectura medieval que exhibe a cielo abierto, sino también por las galerías que muestran arte de Matisse o Cezanne, además de un museo dedicado a Pol Mara, instalado en las dependencias del castillo.

Pont du Gard
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TESOROS CERCA DE gordes

Tras explorar el Gordes medieval, con sus coquetas tiendas de jabones aromáticos y lavandas, estrechas callejuelas, pasadizos y escalinatas que salvan los desniveles, llega el momento de explorar los alrededores, principalmente en coche o siguiendo rutas de senderismo o en bicicleta, aunque las subidas son exigentes. Muchos aprovechan la visita a Gordes para continuar a la cercana Aviñón, la capital departamental, o al magnífico Pont du Gard, un acueducto que se remonta al siglo I y es una de las construcciones romanas mejor conservadas de Europa, distante unos 30 minutos por carretera. Asimismo se pueden realizar excursiones de gran atractivo natural, como la que visita las gargantas de Véroncle o el poblado de Bories, con una treintena de cabañas de piedra seca que los agricultores utilizaban de refugio, hoy declaradas Monumento Histórico. 

Abadía de Senanque
Foto: Asun Luján

LA ABADÍA DE SÉNANQUE

A unos 8 kilómetros de Gordes hacia el norte, cruzando aquí la frontera invisible al departamento de Vaucluse, se llega por una estrecha y empinada carretera a esta abadía, una de las más fotografiadas del sur de Provenza, especialmente en verano cuando el monumento queda precedido por bellos campos de lavandas en flor. Fundada en el siglo XII, vivió su esplendor hacia el XIV, cuando ostentó gran influencia en la zona. Hoy representa una de las mejores construcciones de la Orden del Císter de Francia. Todavía habitada, su visita incluye paseos guiados y soportes digitales. Están a punto de concluir los trabajos de remodelación del exterior, por lo que la abadía exhibe ahora un color blanquecino que contrasta aún más con los campos de lavanda, verdes en primavera o malvas cuando florecen en verano.

 

Roussillon (Provenza)
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ROUSSILLON, un nido de águila en EL LUBERÓN

Uno de los enclaves más destacados es Roussillon, también en la lista de los pueblos mas bonitos de Francia. De calles empedradas y empinadas, preserva vestigios de un recinto fortificado dentro del cual se halla la primitiva iglesia de San Miguel, que se remonta al siglo XI.

 

Lacoste
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EL REFUGIO DEL MARQUÉS DE SADE Y OTROS PUEBLOS DEL LUBERÓN

Pero al abrigo del macizo del Luberón hay más pueblos asentados sobre riscos desde los que se domina una llanura salpicada de viñedos y campos agrícolas y con árboles frutales. Es el caso de Venasque, con casas pintadas de tonos pastel y vistas al monte Ventoux, el más alto de la Provenza. También Ménerbes, donde residió un tiempo Picasso, que se eleva dominando la llanura y viñedos centenarios, con algún dolmen prehistórico cercano como el de La Pitchoune. Otro pueblo encantador del Luberón es Bonnieux, de empinadas calles y en lo alto una iglesia precedida por una escalinata de 80 peldaños; se sitúa cerca del puente romano Julián (siglo I a.C.). Y como broche, Goult, colgado de una colina en el corazón de un valle que abraza el Luberón, y Lacoste, hoy decorado con esculturas contemporáneas y con un castillo que habitó el marqués de Sade cuando este huyó de París por sus escándalos el año 1771.

Sendero de los Ocres
Foto: Asun Luján

EL SENDERO DE LOS OCRES

Muchas personas acuden a estas localidades para seguir caminatas por la zona del Luberón. Una de las más populares es el Sendero de los Ocres, un recorrido por los bosques de envuelven el pueblo de Roussillon, en el que se pueden distinguir hasta 17 matices de este color. Desde el siglo VIII, esta villa fue un destacado suministrador de pigmentos hacia Oriente. Cercanas al sendero hay varias granjas y ecomuseos donde se proponen actividades rurales o experimentar con los colores.