Situado en el corazón del país, Madrid tiene la ubicación perfecta para visitar algunos de los lugares Patrimonios de la Humanidad repartidos por toda España. Solo en esta Comunidad Autónoma encontramos tres localidades con este distintivo. El primero de ellos es El Escorial, situado en la falda del Guadarrama y cuyo monasterio y Real Sitio fueron declarados Monumento de Interés Mundial en 1984. La Universidad de Alcalá de Henares y su casco histórico tampoco pasaron desapercibidos para la Unesco y en 1998 se convirtió en la primera ciudad universitaria Patrimonio de la Humanidad. La última en hacerse con el título fue Aranjuez, cuyo casco histórico y entorno, en una vega entre el río Tajo y el río Jarama, fue reconocido como Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad en el 2001.
Pero ahí no queda todo. En las provincias que rodean a la capital, a menos de dos horas en coche, se encuentran otros ejemplos de ciudades monumentales e históricas del centro de España. Una de ellas es Toledo, inscrita en 1986 dentro del listado de Patrimonio de la Humanidad por su rica cultura, su memoria histórica y su arquitectura heredada de los romanos, visigodos, musulmanes y los Reyes Católicos. Otro buen ejemplo es la ciudad fortificada de Cuenca, la cual consiguió el distintivo de Patrimonio de la Humanidad en 1996 gracias, entre otras cosas, a su fantástica catedral gótica (una de las primeras de España) y a sus populares casas colgadas.
Finalmente, al norte de la capital se encuentran Segovia y Ávila. La primera de ellas ha sabido adaptarse a su crecimiento sin dañar su famoso acueducto, un tesoro romano de casi 2.000 años. A este se le suman su catedral gótica y el Alcázar, que le aportan un valor histórico inigualable reconocido en 1985. El mismo año que se le otorgó a Ávila por su casco antiguo y su muralla y las 82 torres dispuestas alrededor de la almendra central de la ciudad.