La religión es un conjunto de creencias común a un sinfín de culturas a lo largo de la historia de la Humanidad. Ya en el Neolítico se adoraban a dioses animistas y en la actualidad cristianismo, judaísmo, budismo o hinduismo son solo un ejemplo de las religiones en las que se cree. Todas ellas tienen en común sus lugares sagrados. Ya sea porque los han construido ex profeso o porque tienen algún significado para sus creyentes, estos lugares tienen un significado importante para los creyentes. El ejemplo más significativo de estos lugares es la Meca, ciudad a la que todo musulmán tiene que peregrinar, al menos una vez en la vida.
Hay otros lugares que no cuentan con tal dictamen para los creyentes de la religión pero que son muy interesantes, además de por su significado espiritual, por el lugar en el que se levantan o por la propia construcción en sí. En este sentido, las iglesias excavadas de Lalibela son lugares sagrados para el cristianismo y una construcción impresionante y llamativa para aquellos que profesan otra religión, o ninguna.
Machu Picchu o los templos de Angkor son ejemplos de ciudades sagradas para los incas en el primero de los casos y los jemeres en el segundo. Ambas ciudades fueron abandonadas y ambas son un uno de los reclamos turísticos más importantes de sus países. Y es que estos lugares sagrados son impresionantes y su visita, al menos, una vez en la vida, indispensable.