Malta, arte e historia bajo el sol mediterráneo

Las islas de Gozo y Comino brindan al viajero una costa repleta de sorpresas, enclaves mágicos y algunos de los mejores atardeceres del Mediterráneo.

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NURIA PUENTES

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La Valeta, una bella capital

Desde la ciudadela medieval de Vittoriosa se contempla el Gran Puerto y la silueta de La Valeta, la capital maltesa. La historia de La Valeta (en maltés, Il-Belt Valletta y en inglés, Valletta) es una de las más ricas del Mediterráneo. Su ubicación la convirtió en una de las ciudades más codiciadas de la Antigüedad, cuando el Imperio otomano batallaba por conquistarla y por hacerse con el Gran Sitio de Malta, donde se construiría la fortaleza amurallada, hoy una de las panorámicas más famosas.

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El pueblo de Marsaxlokk

Barcas típicas en el puerto de la Malta más tradicional. El pueblo de Marsaxlokk, al sur de Malta, es famoso por sus coloridas barcas de pescadores. Se atribuye a los fenicios, los primeros en el siglo IX a.C. en asentarse en esta bahía, la tradición de pintar en las proas de las embarcaciones un Ojo de Osiris.

Núria Puentes

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La Valeta, cruce de culturas

Paseando por la capital, podemos ver los balcones típicos del casco antiguo de La Valeta, que reflejan las diferentes influencias culturales que ha recibido Malta a lo largo de los más de 450 años de historia. La fundación de la ciudad fue el 28 de marzo de 1566 por mandato del gran maestre de la Orden de Malta, Jean Parisot de La Valette, quien dio nombre a fortaleza.

 

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Isla de Comino y un mar de color turquesa

A medio camino entre Malta y Gozo, la isla de Comino, uno de los encantos de Malta, tiene playas solitarias de aguas turquesas como la Laguna Azul (Blue Lagoon), de un color tan intenso que parece increíble.

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Santuario Nacional de la Virgen de Ta 'Pinu

La imponente silueta de la Basílica de la Virgen de Ta’Pinu, con su campanario de 61 metros de altura, se levanta junto al pueblo de Gharb, en la isla de Gozo. El santuario es un centro de peregrinación que reúne a una gran cantidad de peregrinos el 15 de agosto, el día dedicado a la Asunción.

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La desaparecida ventana azul de Gozo

Gozo se conoce como la “hermana pequeña” de Malta; pero no lo es en encantos y lugares sorprendentes. Los barcos que se acercaban hasta este gigantesco arco rocoso zarpaban del puerto de Dwejra, en la costa oeste de la isla. Hablamos en pasado, porque la Ventana Azul ya no existe tras una fuerte tormenta. Es uno de los lugares del mundo que que dejaron de existir y ya no podremos visitar igual

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Concatedral de San Juan

Este es uno de los monumentos más importantes de Malta. El templo, del siglo XVI, lo encontramos en La Valeta. Su austero exterior no revela la riqueza decorativa del interior. Al entrar, nos sorprenderá su ornamento barroco con columnas de mármol y frescos que decoran los muros y las bóvedas. La obra de arte más conocida de esta iglesia es el famoso cuadro de Caravaggio, La decapitación de San Juan Bautista (1608).

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Vittoriosa, una espectacular fortaleza

La Valeta es un lugar asombroso. Se levantó aprovechando un refugio natural protegido por penínsulas sobre las que, se construyeron las llamadas «tres ciudades»: Senglea, Cospicua y Vittoriosa, todas mirando al Gran Puerto. Por lo que son lugares que nos dan unas vistas panorámicas bellísimas. Las "tres ciudades" están prácticamente pegadas entre ellas, formando un cordón urbano. En la ciudad de Vittoriosa lo ideal es dejarse llevar por sus calles que nos transportan a otra época y no debes dejar de visitar el Forti Sant’ Anlgu y el Palacio del Gran Inquisidor

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La iglesia de Mosta

Malta es uno de los países más católicos del mundo. Por ello es importante visitar y conocer la historia de sus iglesias, como la iglesia de la Asunción, en la ciudad de Mosta, a 10 kilómetros de la capital, en el interior de la isla. Es conocida por “el milagro de la bomba de Mosta”. Cuentan que durante la II Guerra Mundial, cayó una bomba mientras los habitantes se refugiaban en el interior de la iglesia. La bomba entró por la cúpula, impactó en el suelo; pero no llegó a explotar.

Mapa: BLAUSET

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Cuatro etapas

1.- La Valetta. El legado monumental que acumula la capital de Malta la convierte en un museo al aire libre.
2.- Mdina. Con 4.000 años de historia, fue la antigua capital del archipiélago.
3.- Comino. Islote intacto de 2,5 kilómetros cuadrados de superficie. Solo tiene un par de alojamientos.
4.- Victoria. La capital de la isla de Gozo se erige rodeada de murallas sobre un peñón.

La famosa Ventana Azul que aparece al norte del mapa se derrumbó por una fuerte tempestad en marzo de 2017.

Los caprichos de la geología quisieron que el pequeño archipiélago de Malta, tres islas que por poco superan los 300 kilómetros cuadrados, quedara clavado en el centro del mar. A mitad de camino entre Europa y África, a medio viaje entre Gibraltar y Jaffa (Israel). Malta es el territorio europeo más meridional situado en el Mediterráneo, y los siglos acumulados de la gente que aprovechó la encrucijada han derivado en la riqueza histórica, patrimonial y cultural de un país que ahora los viajeros disfrutan. Y, además, la geología no se mostró solamente caprichosa en el emplazamiento, sino también en algunos de sus enclaves mágicos.

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La

, se sitúa en la punta de flecha pétrea que preside el Gran Puerto, histórica entrada a la isla de Malta. Paseando por su ordenado casco viejo y contemplando sus monumentos uno comprende

, y halla en la mixtura una poción muy natural. La concatedral de San Juan es un delirio barroco que resulta muy siciliano; en las ventanas de las casas se aprecia un toque genovés o veneciano; en el aroma de las comidas que salen de las casas todo hace pensar en Túnez; en los museos y el carácter de los malteses se comprueba una distinción inglesa. Los continuos asedios del pasado hicieron que La Valetta se protegiera con tres ciudadelas al otro lado de la bahía: Vittoriosa, Cospicua y Senglea. Todas tienen decenas de palacios e iglesias, con torres y cúpulas que despuntan sobre las murallas. Contemplarlas al ocaso es casi obligado.

Malta es el escenario de algunos de los mejores atardeceres del Mediterráneo.

Que las potencias marítimas de los últimos siglos se apoderaran transitoriamente de Malta no fue más que la continuación del poblamiento ancestral de la isla. Apenas cinco kilómetros al sudeste de La Valetta está el hipogeo Hal Saflieni, único templo subterráneo prehistórico que se conoce en el mundo. Formado por dos plantas, demuestra que la civilización que lo creó, hace 4.500 años, tenía imaginación para separar una sala de serpientes, un sanctasanctórum y un oráculo.

El viaje sigue a diez kilómetros en Marsaxlokk, un puerto resguardado de los vientos donde se mecen barcas de madera y vivos colores que hablan de la actividad pesquera de la isla. Para palparla hay que pasear por el mercado donde a diario se celebra una subasta como pocas quedan en Europa. Peces acabados de pescar pasan a las cazuelas de los restaurantes desperdigados por la rada que esperan a viajeros saciados de luz mediterránea, pero hambrientos de manjares yodados.

En un salto de media hora en coche, pero de tres mil años en el calendario, espera Mdina en el centro de la isla. La villa medieval amurallada, antigua capital y, seguramente, la ciudad más bella de Malta, preserva el nombre árabe, aunque fueron los caballeros de la Orden de Malta quienes la convirtieron en su bastión. Hoy, el paseo por sus callejuelas de piedra caliza color caramelo relajan al viajero y le predisponen para seguir hasta Rabat y visitar las catacumbas de San Pablo (70 d.C.). Después se continúa hacia el sudoeste, donde la conjunción de roca, oleaje y viento depara un espectáculo mágico: Il-Hneija, Blue Grotto en los rótulos, un grupo de cuevas con fondo marino color turquesa. El mejor momento para apreciarla es al amanecer.

El cine ha encontrado en los paisajes de Malta escenarios para muchas historias. Gladiator o Troya se grabaron aquí, también algunos capítulos de Juego de Tronos.

El paso a Gozo se realiza fácilmente con los ferrys que zarpan del puerto de Cirkewwa, en el norte de la isla más grande. A mitad de camino se halla Comino, la menor de las maltesas. No cuenta con más asentamientos humanos que algunos hoteles, pero ofrece la más maravillosa de las playas del archipiélago: Blue Lagoon, una piscina natural de fondo arenoso y aguas como el cristal donde dejarse tostar por el sol.

Gozo, última etapa del viaje, es la isla más verde del archipiélago. En Victoria, la capital, Il-Kastell (la ciudadela) envuelve al visitante con su muralla de tipo elíptico. Es tan pequeña que uno cree encontrarse en una miniatura de Mdina. Al salir por una de las puertas de piedra se desemboca en la Pjazza Indipendenza, donde agricultores y ganaderos llegan a diario para vender su producción. La isla posee, además, el conjunto megalítico de Ggantija, las bellas playas de arena de la bahía de Ramla, la iglesia de Ta’Pinu –principal centro de peregrinaje de Malta–, y la Azure Window, un gigantesco arco de roca bajo el que se podía navegar y muy famoso por haber aparecido en varias películas y en la serie de televisión Juego de Tronos. Desgraciadamente el arco se derrumbó durante un temporal en marzo de 2007, pasando a formar parte de esa triste lista de lugares que no veremos nunca más en la vida.