De la mítica capital imperial a las solitarias fortificaciones de barro, de las cumbres del Atlas a las gargantas de sus ríos, de las aldeas amazig a las medinas árabes, de los valles fértiles a los palmerales de los oasis y de la inmensidad del Sáhara a la del Atlántico, esta región del sur marroquí engloba mundos distintos aunque hermanados entre sí que todavía fascinan con sus tradiciones, su aromática cocina y la generosa hospitalidad de sus gentes.