A Matarraña le incomoda el sambenito que le cayó hace un tiempo de ser la Toscana española. Con razón, porque más allá de los parecidos razonables que pueda haber, no le faltan argumentos propios. O eso parece si se tiene en cuenta que este verano ha batido récords de visitantes. Hasta el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se dejó caer por esta comarca turolense, cruce de fronteras entre Teruel, Tarragona y Castellón. En la oficina de turismo constatan el éxito: prácticamente se ha triplicado el número de plazas ofertadas del año 2003 y su página web ha estado sacando humo con un incremento de visitas de casi el 60 % con respecto al año pasado. ¿Pero qué tiene Matarraña para que sea el destino de moda del que todo el mundo habla?