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En plena Costa Daurada, a poca distancia de Port Aventura y de las ruinas romanas de Tarragona, hay un cabo que queda escondido y que sorprendentemente aún conserva una gran extensión de bosque de pino y costa sin urbanizar. Es el Cap de Salou, en la zona de la Pineda. Y en ese privilegiado rincón se localiza el Infinitum Beach Club, una de las áreas del resort Infinitum, que incluye campos de golf y una zona residencial.

Este recinto privado se localiza en primera línea de mar, separado de la Platja Llarga por el camino de ronda que conecta el faro de Salou con las playas de Llevant y Capellans, la cala Crancs y cala Morisca.

 

La tranquilidad es lo primero que se percibe. En buena parte por el amplio espacio en el que se distribuyen las ocho piscinas, con jardines que separan las diversas zonas, y también por la limitación del número de visitantes al día. La sensación, efectivamente, es esa: cero estrés, 100% relax.

Signe es la zona "solo para adultos", la más tranquila del complejo, con una zona de butacas para tomar algo en el bar del restaurante Flamma, el espacio gastronómico del Beach Club. Para las familias con niños se ha reservado una piscina de poca profundidad, con algunas actividades dirigidas.

En el otro extremo y conectado por un sendero con arbustos y flores propias de la costa mediterránea, se halla el espacio Pura (también con un acceso especial). La piscina del Pura está rodeada por seis camas balinesas situadas sobre el agua y protegidas del sol por  un toldo y cortinas. Desde estos estuches de algodón se pueden pedir cócteles o tapas a través de una app. Un "clic" y la mesita se llena de deliciosa fruta fresca y unas copas de cava.

El camino de ronda

Un sendero de apenas 6,5 km recorre la costa de Salou desde su fotogénico faro de 1858 hasta el monumento de Pilons. Este camino de ronda carece de dificultad y tampoco presenta apenas desnivel, pueden realizarlo personas de todas las edades. Su gran atractivo son las vistas que ofrece del mar mientras salta de una playa a otra, y pasa junto a miradores que regalan amaneceres sublimes, como la Punta del Cavall o la Cala Morisca.

La experiencia gastronómica

Esta jornada de "lujo balinés" en la Costa Daurada no estaría completa sin disfrutar de una verdadera experiencia gastronómica. La carta del restaurante Flamma destaca por el producto local, el pescado fresco y la brasa Josper cocinados al estilo mediterráneo. En el espacio Pura los protagonistas son los platos ligeros con predominio de la fruta y los vegetales. Las tapas son la especialidad de la barra del Gusto, situado frente a otra de las piscinas del Beach Club.