Mejores museos de historia del mundo

Todos ellos son de visita imprescindible si viajas a las ciudades donde se ubican

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Museo de Historia Natural de Londres

Por su maravilloso edificio gótico se le conoce como la “Catedral de la naturaleza”. Una colección con más de 70 millones de especímenes y objetos varios que fue alimentada por las numerosas expediciones de aventureros británicos a lo largo del siglo XIX. El valor histórico y científico, con piezas como las reunidas por Darwin, es incalculable. Sin duda, una de las visitas imprescindibles en cualquier viaje a Londres. A destacar la colección de esqueletos de dinosaurios en el gran salón central. Las cinco colecciones más importantes corresponden a las áreas de: botánica, entomología, mineralogía, paleontología y zoología.

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Museo de la Acrópolis de Atenas

Frente al Partenón de Atenas se erigía el Erecteión, el templo más sagrado de la sagrada Acrópolis. Lo más bello del edificio son las cariátides, las columnas con forma de cuerpos femeninos que sustentaban el pórtico sur. Pero para ver las originales hay que ir al Museo de la Acrópolis, a los pies de la colina. No podía ser de otro modo: este es uno de los museos arqueológicos más importantes del mundo. El nuevo edificio (14.000 metros cuadrados de exposición) fue inaugurado relativamente hace poco en 2009. Está construido en acero, cristal y cemento. La última planta fue construida con un giro de 23º con relación a la base del edificio para que quedar orientada a la Acrópolis como un asombroso mirador.  

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Museo Nacional de Historia Natural de Francia

El Museo de Historia Natural de Francia no está en un único edificio, aunque sí, tal vez el más representativo sea el de París, en el Jardín de plantas. La entidad se dedica a la conservación, la difusión e investigación en el campo de las ciencias naturales. De todas las instalaciones, la Galería de Paleontología y de Anatomía es la más visitada. ¿El reclamo? Una cantidad extraordinaria de fósiles de dinosaurios. En la espectacular Galería de la Evolución se encuentra una de las piezas destacadas de la colección: La piel del esqueleto de Clara, el espécimen de rinoceronte de Luis XV de Francia, que llegó directo desde la India en 1769.   

Foto: MAN José Barea

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Museo Arqueológico Nacional

Desde que fuera fundado en 1867 por orden Isabel II, el Museo Arqueológico Nacional de Madrid ha ido albergando momias, objetos de la Antigüedad, piezas de la Hispania romana y de la Edad Media, y más recientes, de los Austria y de los Borbones. Es uno de los museos imprescindibles a visitar de Madrid. Aquí, entre otras joyas, está la Dama de Elche, la Leona de Baena, o el Bote de Zamora. Desde su reapertura en el 2014, la institución cuenta con 10.000 m² de superficie y 40 salas de exposiciones tanto para las colecciones centradas en la Península Ibérica (la mayoría) como foráneas procedentes de Grecia, o en menor medida del Antiguo Egipto y Oriente Próximo.

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Museo Auschwitz-Birkenau (Polonia)

Recordar para no repetir, ese es el objetivo de este museo ubicado en la ciudad polaca de Oświęcim, el más más importante dedicado a la memoria de las víctimas del holocausto nazi. El centro, que engloba los tristemente famosos campos de concentración de Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau, se creó en 1947 y fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. La superficie es de 191 hectáreas dedicas a no olvidar jamás: desde su apertura, más de 25 millones de personas han visitado el museo.

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El Museo Británico de Londres

Podrías tirarte la vida en él, y tal vez no te alcanzaría. Eso sí, es lo más parecido a repasar la asignatura de Historia Universal sin moverte de un mismo lugar. El Museo Británico es uno de los museos más importantes del mundo: desde la famosa piedra de Rosetta hasta los frisos del Partenón y estatuas procedentes del desaparecido mausoleo de Halicarnaso. La sección del Antiguo Egipto es la segunda más importante del mundo, después de la del Museo Egipcio de El Cairo. Alberga colecciones que abarcan la mayor parte de los conocimientos humanos y fue una de las primeras instituciones museísticas de Europa. A estas maravillas hay que añadir la sala de lectura circular visitada por lectores tan famosos como  Gandhi, Ruyard Kipling, o Bernard Shaw y Oscar Wilde,  entre otros. Por si no fuera suficiente, la cúpula del arquitecto Norman Foster que convierte el antiguo patio interior en una zona de vestíbulo, es otro de los reclamos.

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Museo de Historia Natural de Nueva York

Uno de los museos más icónicos del mundo. El Museo de Historia Natural de Nueva York ha aparecido en multitud de películas y novelas. Tal vez, la comedia “Noche en el museo” (protagonizada por Ben Stiller), sea la más famosa de todas. Pero el museo no está en esta lista por ser un maravilloso escenario, sino por su importante colección de más de 23 millones de especímenes que abarca distintos campos como la antropología, o la zoología y la astrofísica. Ubicado frente al Central Park, suma una veintena de edificios conectados que albergan 46 salas de exposición permanentes, laboratorios de investigación y su famosa biblioteca.

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Museos del Vaticano

El Museo del Vaticano está formado por diferentes edificios temáticos, edificios pontificios, galerías, monumentos y jardines. Además de la pinacoteca, de la Capilla sixtina, y de esculturas importantes en la historia del arte como la del Apolo de Belvedere, el conjunto museístico del Vaticano, añade el Museo Gregoriano Egipcio, que se estableció en 1839 con antiguos objetos extraídos de excavaciones, o el Museo Gregoriano Etrusco, con piezas que abarcan desde la edad del hierro hasta las ciudades etruscas. El Museo Misionero Etnológico, permaneció cerrado mucho tiempo para una amplia reforma que lo ha reestructurado en cuatro secciones dedicadas a las religiones de Asia, Oceanía, África y América. Finalmente, las escaleras de Giuseppe Momo dan salida al exterior recordándonos con su belleza que hemos estado en un lugar muy especial.

Foto: Museo del Oro de Bogotá

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Museo del oro de Bogotá

En el centro histórico de Bogotá, costado oriental del parque, justo en la calle 16 con carrera 5ª, está el Museo del Oro, sede de la colección de cerámicas, orfebrería y textiles prehispánicos más grande del mundo. Propiedad del Banco de la República de Colombia, cuenta con treinta y cuatro mil piezas de oro, algunas de una belleza excepcional además de su valor histórico, como la Balsa Muisca (famosa pieza que representa un ritual de coronación). Una colección extraordinaria expuesta en cinco salas para viajar hasta las raíces de las diferentes culturas indígenas asentadas en la actual Colombia antes de la llegada de los españoles.

Foto: Museo

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Deutsches Museum

El museo de ciencia y tecnología más grande del mundo está en Alemania. Necesitarías 8 días para recorrerlo de forma completa a través de sus 50 secciones que exponen un paseo por la fascinante historia de los avances de la humanidad: desde la Edad de Piedra, a la cerámica, a la imprenta, el ferrocarril, la industria del petróleo o la informática e internet. Los cinco edificios de que consta se ubican en una isla sobre el río Isar, en Múnich. Entre sus objetos históricos destaca uno que es la delicia de pequeños y mayores: el primer avión accionado por los hermanos Wright. También hay una reproducción fiel de las cuevas de Altamira (España). 

FOTO: HÉCTOR MONTAÑO / © INAH

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Museo Nacional de Antropología

Un imprescindible, el Museo Nacional de Antropología de México posee la colección más grande de arte precolombino del mundo. El edificio es una verdadera maravilla arquitectónica que se distribuye a través de un gran patio central en un total de 24 salas temáticas. El recinto reúne 40.000 años de historia y es una oportunidad para descubrir el legado arqueológico de las culturas de Mesoamérica y comprender la actual diversidad étnica de México. Entre sus piezas más emblemáticas, está la asombrosa Piedra del Sol, las monumentales esculturas teotihuacanas dedicadas a los dioses del agua, el Monolito de Tláloc, que custodia la entrada al museo o el bellísimo ajuar y máscara de jade de la tumba de Pakal.

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Museo de Pérgamo (Alemania)

El arte, la cultura, a historia y la arqueología se concentran en un mismo lugar de Berlín: la Isla de los Museos. Entre los distintos edificios y museos que componen el complejo, está el Museo Pérgamo, que es, precisamente, el más visitado de la isla. Fue construido a propósito para convertirse en un espléndido contenedor de las grandes joyas que atesora la entidad e inaugurado en 1930. En su interior nos encontramos con una maravillosa colección de antigüedades con verdaderos tesoros como el Altar Pérgamo (que da nombre al museo), la puerta de Ishtar de la antigua Babilonia o la monumental puerta del mercado romano de Mileto o la Puerta de Astarté, construida en el siglo VI a.C. bajo las órdenes de Nabucodonosor II. El museo contienes, además, una gran cantidad de piezas encontradas por arqueólogos alemanes en las actuales Irak, Siria, y Turquía.

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Museo Egipcio de Barcelona

Más de 1.000 piezas del arte y arqueología egipcia en el centro de Barcelona. Inaugurado en 1994, fue el primer museo en España con temática faraónica. Además de exponer su colección, cuenta con diferentes cursos y actividades culturales como un campus arqueológico. Su colección permanente se desarrolla a través de dos plantas con piezas que nos muestran desde las creencias y prácticas funerarias a la cosmética y erotismo del mundo egipcio.

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Museo del Apartheid

Cuando el Partido Nacional tomó el poder en Sudáfrica en 1948, se consolidó la segregación racial. Al poco, se sancionaron leyes que asignaron a cada ciudadano una categoría racial y un área urbana separada. Se trataba del  apartheid, el sistema racista que dividió en dos el país hasta 1992. Los ciudadanos bancos a un lado y con todos los derechos sobre los ciudadanos negros. En este sentido, el Museo del Apartheid, a 5 kilómetros de Johannesburgo, nació en 2001 con el objetivo de no olvidar. Ya la entrada es una reflexión: dos pasos distintos con la leyenda “Blanco” y “No blanco”, por las que el visitante pasará en función del ticket que le hayan entregado al entrar en el recinto.

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Museo Nacional de Tokio

Sus orígenes se remontan al año 1872, siendo en el museo más antiguo de Japón. Con cerca de 120.000 objetos acerca de la historia artística y arqueológica de Oriente, también es el más grande del país. Además, su enclave, en el Parque Ueno, es bellísimo y consta de diferentes edificios separados entre sí. En el Honkan, el edificio principal del museo, encontramos obras de arte japonesas desde la antigüedad hasta siglo XIX, como el  Relato de los viajes de Nakahama Manjiro, una joya cartográfica de 1850, mientras que el edificio Heisekan, está dedicado a hallazgos arqueológicos japoneses.

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Museo Vasa, Estocolmo

La silueta del museo Vasa en Estocolmo ya anticipa la maravilla que nos vamos a encontrar dentro: un barco de madera de 69 metros del siglo XVII que parece a punto de lanzarse a zarpar allende los mares. El edificio se construyó en 1990 para dar cabida a esta verdadera joya histórica (se trata del único ejemplo de barco de guerra del siglo XVII que ha sobrevivido hasta nuestros días).  El 10 de agosto de 1628, el gran buque zarpó desde el puerto de Estocolmo. Pero un error en su construcción hizo que escorara y se hundiese el mismo día de su botadura. Sus honores no estaban en la guerra, sino en conservarse hasta la actualidad gracias a que su estructura sumergida se mantuvo casi inalterable dada la reducida salinidad del mar Báltico.

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Los museos son la narrativa de la humanidad. Sin ellos algo se iría perdiendo a cada poco. Los hay de todos los tipos; pero tal vez, los que presentan sus colecciones usando una perspectiva histórica son los que mejor expresan la aventura humana.

Desde la Antigüedad, los museos fueron lugares a los que acudir como santuarios y centros intelectuales. Y si con el Renacimiento, los museos comenzaron a alcanzar relevancia, no es hasta la Ilustración que se convirtieron en lugares de obligado paso para los primeros turistas modernos. Hoy millones de personas siguen escogiendo su destino turístico en función de los museos que podrán visitar.

El turismo cultural mueve cada vez a más viajeros por todo el mundo. ¿Qué viajero puede ir a Atenas y no visitar las Acrópolis y su museo? ¿O quién no ha soñado con recorrer las salas del Museo Británico? Sin duda, los museos son una maravilla. Aunque por la noche, los objetos no cobren vida como sucede en la película Night at the Museum, interpretada por Ben Stiller y que, por cierto, se grabó en el Museo de Historia Natural de Nueva York.

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