Porque los viajes en familia saben mucho mejor.

Lisboa con niños y sin saudade

En la capital lusa los peques se lo pasan fetén.

Visitar una ciudad con niños es una de las primeras experiencias viajeras que se debe regalar a los viajeros más noveles porque es una manera sencilla de hacer una toma de contacto con otros lugares donde se habla otro idioma, tienen otras costumbres y una cultura y gastronomía diferentes (sí, a los más pequeños hay que animarlos para que salgan del bucle pasta-nuggets-pizza). En este sentido, una urbe europea muy fácil para viajar en familia es Lisboa porque tiene todos los ingredientes para pasárselo bien: tranvías, castillos, juegos interactivos, zonas verdes y un magnífico acuario para ir abriendo boca.

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Tranvía

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El tranvía, el mejor vehículo amigo de los niños

Para empezar el medio de transporte más icónico de Lisboa, el tranvía, es un verdadero estímulo para los más pequeños. No van a poner ninguna pega para subir y bajar de sus vagones y visitar así algunos de sus barrios más conocidos. Además, gracias al tranvía se van a salvar las interminables cuestas que tienen algunos barrios de Lisboa como es el caso de Alfama y que temen tanto los padres como los niños. En los últimos años, además, se ha puesto de moda hacer recorridos por la capital portuguesa en tuk-tuk, una opción que a los reyes de la casa les priva y que es muy cómoda para las familias. Con el tranvía 28, un clásico de la ciudad lusa, se llega a uno de los sitios de Lisboa preferidos por los más pequeños, el Castillo de San Jorge, una construcción que tuvo su época de esplendor durante el siglo XVI cuando fue testigo de acontecimientos históricos como la recepción de Vasco de Gama a su regreso de la India.

Cañones

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Jugando con cañones

Los domingos es un buen día para conocerlo porque hacen actividades dirigidas a los niños que se lo pasan pipa, además, correteando por sus jardines, su patio de armas, los calabozos y sintiéndose artilleros por un día con sus cañones. También se quedan boquiabiertos en la Torre de Ulises, desde donde se observa una panorámica de Lisboa en 360º con el periscopio Da Vinci.

iStock-531477763. El 'respiro' de Baixa

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El 'respiro' de Baixa

El barrio más accesible de esta ciudad para dar paseos en familia (Lisboa no es el mejor destino para ir con cochecito por lo que es recomendable meter en la maleta una mochila portabebés) es el de La Baixa donde hay espacios agradables como la plaza de los Restauradores o la del Rossio. Muy cerca de esta última está la homónima estación de tren de cercanías que lleva hasta el Palacio Nacional de Queluz y Sintra, dos lugares que hay que tener en cuenta si se dispone del tiempo suficiente para hacer algunas excursiones fuera de la ciudad.

Plaza comercio

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Plaza comercio

También es aconsejable dar una vuelta por la Rua Augusta hasta llegar a la conocida Plaza del Comercio que está delimitada por el río Tajo. Aquí hay dos lugares en los que los peques disfrutan mucho: el arco de la Rua Augusta, donde tan solo subir a lo más alto supone una aventura para ellos, y el Lisboa Story Center, que recrea la historia de la ciudad con maquetas interactivas que captan la atención de los chicos.

Belem

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Belem

Desde la Plaza del Comercio parte el tranvía número 15 que lleva al barrio de Belém, un lugar histórico porque fue el sitio desde donde partieron las naves de los exploradores portugueses hacia el Nuevo Mundo. Entrar al Monasterio de San Jerónimo y a la Torre de Belém, subir al imponente Monumento de los Descubridores y contemplar el majestuoso Puente 25 de Abril son algunas de los opciones que brinda al visitante este distrito lisboeta famoso, además, por sus deliciosos pasteles.

iStock-625954558. Las 'naçoes' del futuro

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Las 'naçoes' del futuro

Las familias no tienen que perder de vista el Barrio de las Naciones, creado para la Exposición Universal de 1998. Este emplazamiento es como viajar al futuro. En él se encuentran  el Puente Vasco de Gama, que conmemora el 500 aniversario de la llegada de Vasco de Gama a la India y que es todo un prodigio arquitectónico y fotogénico, el fantástico teleférico que ofrece unas vistas únicas de la zona y el Pabellón del Conocimiento, que alberga un museo de la ciencia muy atractivo.

Parque

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Con verde y a lo loco

Por último en Lisboa hay varias zonas verdes y jardines ideales para dar un paseo y jugar con otros niños. Uno de ellos es el Parque Forestal de Monsanto, el mayor espacio verde de la ciudad que, con más de 900 hectáreas, es el pulmón verde de la capital portuguesa.

Cañones