«Mallorca es un lugar parecido a la felicidad, apto para en él ser dichoso». Con estas líneas comenzaba un artículo el poeta y escritor argentino Jorge Luis Borges, que terminaría publicándose en el extinto periódico mallorquín, El Día. La felicidad se expresa en Mallorca, la mayor de las Islas Baleares, de muchas formas, olores y colores. Toman protagonismo sus muchas playas y calas que se reparten el litoral. Más de trescientas repartidas por todo el litoral, cubiertas de un manto de cristal que se metamorfosea a cada instante, cambiando de color a cada rayo de sol.
Hay playas que se convierten en un destino en sí mismas, como ocurre con la singular cala de Torrent de Pareis en la Sierra de Tramuntana, o la popular Es Trenc, al sur. También en el sur, el trío turquesa formado por cala Mondragó (o Ses Fonts de n’Alís) y luego y Sa Amador y Es Borguit. Destaca esa postal en forma de playa que es Caló Des Moro. Son playas famosas o no tanto, las hay ideales para los naturistas y otras perfectas para pasar un día glorioso en familia. Sea como sea, el repertorio de playas de Mallorca es tan extenso que uno podría cambiar de playa cada día de la semana sin repetir durante sus vacaciones por más extensas que sean estas.
Además, también hay que destacar la gastronomía con el ‘frit mallorquí’, la coca de ‘trampó’, el ‘arròs brut’ o la típica ensaimada, que regalan el clímax al perfecto día de playa vivido. No hay que olvidar para los más culturetas, Palma, con su artística catedral, el redondo castillo de Bellver o el Palacio Real de la Almudaina. Sin embargo, la felicidad, si fuera un lugar y no un estado de ánimo, serían las playas y calas de Mallorca. Por cada playa, un velero, un yate, una barcaza, un barquito, dispuesto a quedarse hasta que el mar se seque y la costa desaparezca.
Esta es nuestra selección de mejores playas de Mallorca: