
Muchas veces hay que alejarse para ver mejor. Parece una contradicción; pero no. ¿Acaso no subimos a los miradores más altos para contemplar las ciudades? Es desde arriba que tenemos la mejor perspectiva. Podemos ver la ciudad en toda su extensión; la vista llega al horizonte y se nos revela la geografía urbana con todo detalle de una forma que es difícil alcanzar a pie.
Es una cuestión de escala: si los mapas sirven para caminar sin perdernos, los miradores nos dicen dónde estamos y nos muestran el entorno geográfico que ocupa la ciudad. Si superamos el vértigo y miramos, podremos ver cómo se desarrolla urbanísticamente, localizar los monumentos principales, los grandes edificios que confieren el horizonte reconocible de la ciudad, los parques, plazas y otros elementos urbanos que hacen única a cada una de las ciudades del mundo. Esta galería es una buena muestra, ¿no os parecen unas vistas magníficas?