La montaña más sagrada de Cataluña, única en el mundo por sus inconfundibles pináculos, se ha convertido en un gran destino viajero que cautiva por igual a los amantes de la naturaleza, la espiritualidad, el arte o el deporte. Hay mucho para conocer y experimentar en el macizo de Montserrat ("monte serrado"), un enclave que da para múltiples visitas y al que siempre resulta estimulante volver.