Apoteosis del rosa

Nakameguro: el espectáculo nocturno de los cerezos en flor de Japón

La contemplación de los cerezos por la noche se conoce como Yozakura y en este barrio de Tokio alcanza su máxima espectacularidad o hanami nocturno.

El poeta Issa Kobayashi sintetizó la belleza de la sakura, la flor del cerezo, en uno de sus haikus más famosos: “Mi mente adormecida/Cuenta las flores de los cerezos/Una noche lluviosa”. Esa es la misma sensación que experimenta el viajero al llegar a orillas del río Meguro, en el tokiota barrio de Nakameguro, donde cerca de 800 cerezos entretejen sus ramas a lo largo de un tramo de 2,2 kilómetros, formando un túnel vegetal que cobra una belleza extraordinaria durante la floración: miles de flores entre el blanco y el rosa salpican la cúpula verde de los cerezos. La naturaleza y lo urbano conviven así en equilibrio en un barrio que se caracteriza por sus restaurantes, sus cafeterías y pequeñas tiendas de antigüedades, arte y ropa.
 

Nakameguro: el espectáculo nocturno de los cerezos en flor de Japón

A pesar de la evidente belleza que alcanza el lugar entre finales de febrero y principios de marzo, esta no sería suficiente como para convertir el del Meguro en uno de los lugares de hanami más populares de todo Japón. El paso a la excelencia del lugar llega con las iluminaciones nocturnas de los cerezos, lo que se conoce como yozakura. Cada año se ilumina hasta 1 kilómetro del tramo de cerezos de Nakameguro. 

El espectáculo comienza al atardecer y dura hasta las 21:30 de la noche. Durante esas horas, las linternas rojas se suceden a ambos lados del río e iluminan a las delicadas flores del cerezo, creando un espectáculo de resplandor etéreo que produce algo parecido a un síndrome de Stendhal florido.

Nakameguro nocturno
Foto: iStock

Los diferentes puentes que cruzan de banda a banda del río se convierten en extraordinarios miradores para contemplar el espectáculo. La observación de los cerezos en flor se convierte cada año en uno de los eventos más esperados. Lo es desde siglos atrás, conformando una de las tradiciones más arraigadas (y más conocidas) de Japón. La especie más habitual de cerezos de flor es la “Somei-yoshino” o cerezos Yoshino. Se reconoce por sus pétalos casi completamente blancos con leves tonos de rosa muy pálidos. Es la variedad más común en Nakameguro, aunque también hay otros tipos de cerezos que aportan matices a la gama cromática. 

Cerezos nocturnos
Foto: iStock

Durante la época de la sakura el ambiente del país se transforma inspirado por el suave perfume de los cerezos y la promesa que guardan de un renacer tras el invierno. A lo largo y ancho del país se organizan diferentes festivales, tanto diurnos, como nocturnos, que concentran a una gran cantidad de personas, muchas familias, que contemplan todos los detalles de los cerezos en flor, mientras degustan un picnic especial. Las delicadas flores se convierten entonces en tema de conversación. Sin duda, toda una victoria de la belleza, por frágil que sea.