Surcada por rutas senderistas, itinerarios adaptados para bicicletas y canales fluviales, Bretaña es un campo inagotable para el viajero que elige prescindir del coche y lanzarse a descubrir el territorio a un ritmo lento y gustoso. Además, estos son los paisajes del rey Arturo y el mago Merlín, un universo de fábulas que pueden seguirse sobre el mapa.
La gran ventaja de esta región reside en su diversidad de paisajes. En la costa, los faros, puertos, acantilados y playas jalonan las rutas a pie y los recorridos ciclistas. Mientras que en el interior, los circuitos pasan junto a fortalezas medievales, canales y bosques de robles, hayas y castaños centenarios. Las jornadas pueden completarse con visitas a enclaves situados cerca del camino principal o de los muelles, como capillas solitarias, grutas camufladas entre la espesura, vestigios celtas y restos megalíticos. Por otra parte,
Asimismo cabe destacar las excelentes infraestructuras, desde la señalización hasta los alojamientos: un viaje 100% fácil, además de placentero.