
El árbol más voluminoso, el lago más profundo, el géiser más activo, los acantilados más altos y el monolito más grande, son algunos de los fenómenos naturales que bien merecen un viaje. Ante ellos, uno se siente infinitamente pequeño, anonadado por sus inabarcables dimensiones y por su belleza contundente. No te pierdas ninguna de estas cinco maravillas naturales.