Primero fue la ciudad, después el estado
Lo primero es lo primero. ¿Dónde está Kansas City? Pues justo en el Midwest, en el punto exacto en el que se unen los ríos Kansas y Missouri. Un enclave que, desde siempre, fue muy goloso comercialmente hablando. De hecho, el origen de la ciudad actual fue ese, el de asentamiento comercial. Todo comenzó en 1830, cuando el comerciante John McCoy se unió con otros colegas de la localidad de Westport para solicitar al gobierno la creación de un puerto propio a orillas del río Missouri y así no depender del traslado de mercancías desde la vecina Independence. La tierra que ansiaban habían sido compradas meses atrás por EE.UU. a un heredero francés, de ahí que necesitaran del apoyo estatal para dicha 'mudanza'. Una vez establecidos allí, tuvieron que elegir un nombre para el asentamiento. El elegido fue Kansas ya que, originalmente, los indios kansas habían sido los primeros habitantes de la zona y con este topónimo ya era conocida toda la zona desde la creación de Luisiana dos siglos atrás.
Mapa del tratado Nebraska-Kansas de 1854. Foto: Wikimedia Commons
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Nebraska por la mitad
Por aquel entonces, todos los territorios ubicados al oeste del río Missouri (y de la línea recta trazada hacia al sur desde su confluencia con el río Kansas) y al norte del paralelo 36º 30' se conocían como Nebraska, de ahí que no hubiera problema de distinción entre urbe y estado. Sin embargo, en 1854 surgió la necesidad de dividir dicha administración en dos para saciar las ansias esclavistas del sur de este territorio. De este modo, Nebraska se mantenía como un estado abolicionista mientras que se creaba uno nuevo contiguo a Missouri, una administración que sí permitía la esclavitud. Cuando se plantearon el nombre no hubo dudas: Kansas, ya que seguía la línea de bautizar los lugares con los nombres de los ríos según la etimología aborigen (como Ohio, Missouri o Iowa). Una división para la cual no contaron con la ubicación de Kansas City, emplazada al otro lado de la frontera de la vieja Nebraska y la nueva Kansas.
Una conurbación, dos apellidos
La actual Kansas City es producto del crecimiento del asentamiento impulsado por McCoy. Sin embargo, en el siglo XXI, su extensión es muchísimo mayor. De hecho, el viejo Westport es hoy una barriada más de la ciudad y calles como W 39th Ave o Southwest Boulevard se extienden hasta cruzar la frontera entre estados. Precisamente al otro lado del río Kansas, justo antes de su unión con el Missouri, se alza otra Kansas City, aunque esa lleva el segundo apellido de Kansas (en sus siglas KCK), una especie de toponimia capicúa que nace de la poca imaginación estadounidense a la hora de poner nombres. Y que, además, lleva a la confusión a muchos incautos.
Mucho más que los Chiefs
Sin embargo, por mucho que hayan surgido ciudades homónimas a su alrededor, la urbe original (y la más grande y reconocida) sigue estando en Missouri. En las últimas fechas ha saltado a las noticias a nivel mundial por ser el hogar de los Kansas City Chiefs, ganadores de la Super Bowl LIV el pasado 2 de febrero. Pero esta localidad es mucho más que un estadio de fútbol americano. En las últimas décadas está despuntando como un pulmón cultural y de ocio en medio de la nada, con museos como el dedicado a la I Guerra Mundial, al Jazz, al Baseball afroamericano así como con la colección de arte de la fundación Neslon Atkin. La música es otro de los ventrículos de su palpitante vida nocturna, con algunos de los clubs de jazz más exigentes a este lado del Mississippi. Así que ya no hay excusas para no ubicar esta ciudad... y no disfrutarla.
