
Lugares de paso, de encuentro, de despedidas y esperas, en la mayoría de los viajes pasamos muchas horas pendientes de los anuncios y la megafonía, de los horarios, orientándonos es sus conglomerados de vías y destinos. Pero, hay veces que merece la pena alzar un poco más la vista y fijarse en los techos abovedados, la potente arquitectura y la suntuosa decoración de algunas de estas estaciones, monumentos que hablan de la historia de las ciudades y son testigos del ir y venir de millones de personas desde hace décadas.