De castillo en castillo
La historia que se respira entre los muros y murallas de los castillos resulta tan fascinante que bien merece una escapada por la provincia, en la que se erigen fortalezas como la de Montfalcó Murallat. Se trata de un pueblo de lo más fotogénico rodeado de murallas inexpugnables de hasta ocho metros de altura con una única puerta para acceder al municipio. Cuenta la leyenda que los invasores, hartos de la resistencia de las gentes del pueblo, pretendieron minar sus fuerzas con un ataque psicológico lanzándoles mensajes atados a panes, pensando que el hambre conseguiría la rendición de Montfalcó Murallat. Sin éxito, puesto que los que asediaban recibieron, de vuelta, las respuestas atadas a pescados frescos.
De la comarca de la Segarra a la de las Garrigues, donde se encuentra el Castillo Palau, en el pueblo de Arbeca. Es muy recomendable visitar, además de la fortaleza, la villa cerrada (Vila Closa), considerado como uno de los mayores y mejor conservados centros históricos de la comarca. Como tantos, este castillo también tiene su leyenda, que dice que posee tantas ventanas de oro como días tiene el año. Por lo que parece, tiene incluso más, pero no de oro, sino que están pintadas de azul y dorado.