Más allá de ser conocida en la antigüedad como la Tierra del Millón de Elefantes, contar con más de 10.000 años de historia, haber sido protectorado francés, ostentar el lamentable récord del país más bombardeado del mundo (la Fuerza Área de EEUU lanzó casi dos millones cien mil toneladas de bombas durante la II Guerra Mundial), poseer patrimonio mundial de la UNESCO, ser uno de los mayores productores mundiales de opio, y conservar sus tradiciones espirituales ancestrales, Laos es además un destino de naturaleza maravillosa.
Con una superficie de 236.800 km2, sus montañas, selvas, bosques, mesetas y llanuras ocupan el 70% del territorio, cuya cima más alta es el monte Phou Bia con 2.820 m, y la cordillera de Annam atraviesa la mitad del país a lo largo, en paralelo al río Mekong. Laos -cuya capital es Vientiane- es uno de los pocos países del sudeste asiático con una ecología prístina, y tiene 20 áreas protegidas nacionales que conservan el medio ambiente y la vida silvestre.