Han sido designados Patrimonio de la Humanidad por sus grandes valores patrimoniales, étnicos y paisajísticos, pero lo que uno se pregunta al visitarlos es porqué sus moradores eligieron lugares que a priori parecen un despropósito para asentarse. La respuesta llega al momento, por la magia del lugar, por su poder estratégico, como refugio y defensa. Hoy estos parajes se han convertido en meca de peregrinación viajera. A nadie le asustan las empinadas subidas o las carreteras con curvas cerradas si la recompensa son estos destinos sensacionales.