Fue su musa y fuente de inspiración. La pintó en todas sus versiones y la exprimió hasta sus últimos días. James Ensor vivió toda su vida en esta ciudad, excepto el período de tiempo necesario para formarse en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas, creando un estrecho vínculo que quedó reflejado en su obra artística.
De esta relación entre Ostende y Ensor dialoga la primera exposición de la renovada James Ensorhuis bajo el título Ensor y Ostende, inaugurada el pasado 14 de junio y prevista hasta el 27 de septiembre de 2020.
James Ensorhuis reabre con más fuerza
Si pocos lugares describen mejor la obra de un artista que su hogar y su ciudad natal, en el caso de Ensor este hecho se eleva a otro nivel. Nació en Ostende el año 1860 y creció entre las tiendas de sus progenitores, donde encontró otra de las fuentes de inspiración de su obra: las máscaras y disfraces de carnaval.
Tras abandonar la escuela de adolescente y formarse con pintores locales, continuó sus estudios en la capital belga entre 1877 y 1880. Al regresar, el ático de la casa de sus padres se convirtió en su primer estudio hasta el año 1917, cuando se mudó a lo que fue su hogar y taller por el resto de sus días. Ensor estableció en Ostende las bases de una carrera que tardaría casi 70 años en completarse, y durante la cual produjo unas 850 pinturas.

Foto: Visit Oostende
Décadas más tarde, las puertas de su hogar siguen abiertas para rendir homenaje al pionero del arte moderno. Aunque ya se podía visitar, ahora el museo James Ensorhuis regresa renovado y con 690 m² más gracias a la adquisición de los edificios contiguos a la casa. Esta mantiene su estado original y permite recorrer las habitaciones entre los muebles y cuadros del artista. Asimismo, acoge exposiciones temporales relacionadas con su obra.
Paseo interactivo por la obra de Ensor y por Ostende
En el nuevo edificio adyacente, el visitante se adentra a una experiencia interactiva para comprender todavía más la obra artística de Ensor gracias a una audioguía disponible en cinco idiomas y a una guía familiar para los más pequeños. Las salas descubren un mundo de colores en las que, con solo tocar la pared virtual, se da vida a sus cuadros.
Cuenta con una actividad infantil de speed painting en la que gracias a la tecnología, se puede terminar una obra de Ensor en tan solo 1 minuto. Otras salas disponen de visores 3D para recrear las calles de la Ostende de la Belle Époque. Junto a la renovación del James Ensorhuis, se ha estrenado una aplicación para pasear por la ciudad a través de los ojos y de la narración del artista. En cada uno de estos lugares, uno puede detenerse a escuchar y ver contenidos digitales que completarán el contenido del museo.

Foto: iStock
El recorrido comienza en la Ensorhuis y pasa por 13 lugares destacados hasta llegar al Mu.ZEE, museo de la ciudad costera que cuenta con obras de los dos grandes pintores de Ostende en el ala adicional: el mismo Ensor y Spilliaert. Además, durante un año acogerá las obras del Real Museo de Bellas Artes de Amberes de Ensor, que actualmente están siendo restauradas.
En el futuro también se ofrecerá un programa variado en los puntos de partida que pondrá de relieve a Ensor en todas sus facetas: desde eventos en Ostende hasta colaboraciones con restaurantes, hoteles y tiendas.
Pionero del arte moderno
La obra de Ensor reproduce las calles llenas de gente de la ciudad, el turbulento Mar del Norte y el carnaval que tanto le fascinó, donde las máscaras se convirtieron en las protagonistas de muchas de sus obras y a través de las cuales expresaba su crítica social, política, militar o religiosa. Sus obras son coloridas metamorfosis en las que expone la naturaleza grotesca e hilarante de la humanidad.
Estas pinturas casi caricaturescas, como La entrada de Cristo en Bruselas, fueron una fuente de inspiración para el expresionismo alemán, así como el fauvismo, futurismo, cubismo y surrealismo.

Foto: Visit Oostende
En sus cuadros, Ensor también plasmó sus platos favoritos, como las ostras, el arenque o las patatas fritas, y hoy varios chefs cocinan con los ingredientes que aparecen en su obra. Influido por Brugel el Viejo, Goya e incluso El Quijote, él también inspiró a artistas como James F. Moore, que combina La entrada de Cristo a Bruselas con la canción Desolation Row de Bob Dylan en su libro The Superhuman Crew.
Pero su creación artística no culmina con la pintura. También fue un reconocido escritor y dibujante e incluso compuso música usando solo las teclas negras del piano. Todo un legado que ejerció gran influencia en el arte moderno y que hoy puede contemplarse entre las salas y habitaciones del James Ensorhuis, abierto todos los días de 10:00 a 18:00 excepto los lunes y con necesidad de reservar las entradas previamente en www.ensorstad.be.