El paisaje de viñas riojano

De Logroño a Haro, entre bodegas, monasterios y castillos medievales

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Los caminos del vino

Este itinerario riojano se detiene en pueblos de larga tradición vinícola. En la imagen, el castillo de Davalillo

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Logroño

El Camino de Santiago entra en la capital riojana salvando las aguas del río Ebro por el icónico Puente de Piedra.

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Fusión arquitectónica

Haro alberga diversas bodegas que han apostado por la arquitectura contemporánea. López de Heredia Viña Tondonia, la más antigua de la ciudad, vincula las naves subterráneas horadadas en la roca, el edificio modernista original y la obra vanguardista de la arquitecta Zaha Hadid.

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Santo Domingo de la Calzada

Su plaza Mayor está rodeada de caserones blasonados, como el que acoge el Ayuntamiento.

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Santa María la Real

Este monasterio, fundado en el siglo XI, es el principal monumento de la ciudad de Nájera. Junto a bellos detalles artísticos del interior como el Retablo Mayor y el Panteón Real, destaca su delicado claustro de los Caballeros (s.  XVI), renacentista y profusamente decorado con filigranas platerescas en sus arcadas.

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Monasterio de Yuso (siglo XVI), en San Millán de la Cogolla

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Etapas del viaje por La Rioja

1 Logroño. El recorrido por el casco viejo de la capital riojana descubre monumentos y tabernas de tapeo.
2 San Vicente de la Sonsierra. Sobre un cerro en la margen izquierda del Ebro, regala espléndidas vistas de La Rioja Alta.
3 Haro. Villa señorial y capital histórica del vino de Rioja. Reúne importantes bodegas, muchas excavadas en la roca.
4 Santo Domingo de la Calzada. Etapa destacada de la ruta jacobea, mantiene viva la memoria de su santo fundador.

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Viajes

Arte y vino en La Rioja

Junto a sus alicientes naturales y monumentales, el viaje por La Rioja siempre va unido a la cultura del vino. Se comprueba ya en Logroño, capital autonómica y base idónea para iniciar este recorrido entre viñedos. En pleno casco antiguo, las calles Laurel y San Juan aglutinan bares de tapas donde los vinos riojanos acompañan una oferta de pinchos sin parangón. La gastronomía es uno de los reclamos de Logroño, pero no debe hacer olvidar su catedral barroca, la torre piramidal de Santa María de Palacio, la iglesia románica de San Bartolomé y el paseo arbolado junto al Ebro.

En La Rioja existen varias rutas enoturísticas, pero la más importante es la que comunica Logroño y Haro, la capital histórica de los vinos de la D. O. Rioja. Son cerca de cincuenta kilómetros de recorrido a través de pueblos y monasterios abocados desde hace siglos al cultivo de la vid. Las primeras etapas de la ruta son Cenicero, pueblo con casas de piedra y bodegas en la planta baja, y Briones (a 30 km), con el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco. Describe el proceso de la uva a la botella e incluye obras de arte relacionadas con el vino –desde cuadros de Picasso a ánforas egipcias–, la mayor colección de sacacorchos del mundo y un jardín con 200 variedades de uva. Briones destaca por sus casonas típicas y palacios, igual que San Vicente de la Sonsierra, situado enfrente y dominado por su castillo.

Bodegas y palacios

Haro, a cinco kilómetros de Briones, también creció alrededor del vino. La prosperidad que trajo se plasma hoy en el palacio renacentista de Paternina y en el barroco de los Condes de Haro. Su barrio de la Estación, con otro imprescindible Museo del Vino, acumula la mayor concentración de bodegas históricas de España. Muchas realizan catas y visitas que permiten apreciar la huella metálica del arquitecto Eiffel en un edificio de 1890 (Cune), la fusión entre vanguardia y modernismo (López de Heredia) y cuevas donde reposan grandes cubas de roble (Muga). Estas visitas pueden combinarse con otras actividades enoturísticas, desde picnics y paseos a caballo entre viñedos, a relajantes sesiones de vinoterapia.

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Ruta de los monasterios

El viaje pone rumbo al sur para conocer el valioso patrimonio que allí se concentra. A escasos veinte kilómetros está la localidad medieval de Santo Domingo de la Calzada, uno de los hitos del Camino de Santiago en La Rioja. Su catedral empezó a edificarse en el siglo XII al poco de morir santo Domingo, gran impulsor de la ruta de peregrinos. El cuerpo de este eremita del siglo XI reposa en la cripta, que reserva al viajero la sorpresa de una hornacina con un gallo y una gallina vivos que recuerdan un popular milagro que se le atribuye. Alrededor de la Catedral se ubican el Ayuntamiento, el Parador de Turismo y palacetes como la gótica Casa de Trastámara y la Cofradía del Santo.

A 18 kilómetros se alcanza Nájera, con su monasterio de Santa María la Real, fundado en el siglo XI, aunque guarda las trazas góticas y renacentistas del XV. Da cobijo al Panteón Real de los reyes de Navarra de los siglos X y XII, una excepcional sillería en el coro y el hermoso claustro de los Caballeros.

La ruta por La Rioja concluye en San Millán de la Cogolla, a 15 kilómetros. Allí aguardan dos joyas monásticas que son Patrimonio de la Humanidad y condensan más de mil años de historia. El monasterio de Suso, románico y con restos mozárabes, fue construido sobre el primitivo oratorio del santo; cerca se alza la mole renacentista y barroca de Yuso, con su hermoso conjunto de claustro y sacristía, y una biblioteca que guarda un tesoro: las primeras palabras escritas en castellano, que atestiguan la importancia de este lugar en el pasado.

PARA SABER MÁS

El aeropuerto de La Rioja se localiza a 14 km de Logroño. La forma más flexible de seguir la ruta es en coche. Diversas bodegas del recorrido incluyen hotel, restaurante e incluso spa.
Turismo de La Rioja