Cuando se visita la capital de las Baleares, es incomparable comenzar el día en el castillo de Bellver, un edificio del siglo XIV y de planta circular que se erige sobre un monte a unos 3 km de la ciudad y que durante la salida del sol regala unas vistas magníficas de Palma y del Mediterráneo. El paseo marítimo del Molinar, un antiguo barrio de pescadores, es otro excelente enclave para empezar la visita a Palma. Adentrarse en la ciudad por esta zona permite observar el bullicio matinal de los mercados del Olivar y de Santa Catalina, ambos cubiertos y con multitud de puestecitos de frutas, verduras, carne y pescado, y otros donde tener un primer contacto con los embutidos y dulces de la isla.