Escapada canariona

Las Palmas sin Gran Canaria

Sí, es posible desasociar capital e isla y no, no es una locura abordarla como un destino urbano.

Hubo un tiempo en el que el sol y playa lo era todo para esta isla. En el que las alegrías llegaban empaquetadas en un chárter y la visita a Las Palmas era un recurso aftersun para aquellos días en los que la panza de burro (la acumulación de nubes que a veces encapota la isla) se expandía más de lo común. Y sin embargo, a golpe de cosmopolitismo, de sabor y de indianos contemporáneos que han vuelto de sus peripecias por los viejos continentes con sus retinas frescas, esta urbe ha conseguido ser un destino mucho más urbano que chancletero. 

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6357640737 745a8ff1ab o. El renacer de Vegueta

Foto: Visit LPA

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El renacer de Vegueta

Cuenta la historia que, en 1478, el capitán castellano Juan Rejón inició la conquista de la isla fundando un asentamiento en el barranco de Guiniguada al abrigo de unas palmas. La circunstancia hizo que la ciudad fuera bautizada sin mucha imaginación y que todo se construyera a partir de este emblemático lugar. Así nació Vegueta, el barrio con más solera de la ciudad y, también, el más atractivo. No en vano, aquí se encuentra su catedral, de obligada visita por su monumentalidad, su piel oscura y su claustro florido. También la casa de Colón, un museo sobre el Descubrimiento de América levantado en una de las últimas direcciones del marinero en tierra.

 

Pero entre tantas casas coloniales y callejones como el de Pedro de Algaba van asomando, camufladas, algunas maravillas que está liderando la renovación de la ciudad. El mejor ejemplo está en el CAAM, el Centro Atlántico de Arte Contemporáneo, un espacio moderno en su interior, rompedor en su concepto y que abandera uno de los viejos anhelos de la ciudad: tender puentes culturales entre Europa, África y América.

 DSC5568-copia. Hoteles con carácter

Foto: Suites 1478

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Hoteles con carácter

Las otras iniciativas son privadas, hedonistas y tienen su origen en canariones inquietos. En la calle Doctor Chill, detrás de lo que parece una fachada histórica más, aparece un hotel que, a su modo, ha reinventado el lujo en la capital. Se trata de Suites 1478, un espacio en el que arte, herencia y desconexión confluyen y donde se puede dormir rodeado de detalles insulares pero con las comodidades actuales sublimadas. Otro ejemplo indispensable de este estilo es el Veintiuno, un delicadísimo hotel cuyo interiorismo es pura elegancia y que tiene uno de los mejores atardeceres de la ciudad en su azotea con piscina.

Pág. 33.1. Quiosco Modernista. Barrio de Triana. Triana, la otra

Foto: Visit LPA

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Triana, la otra

Aunque muchos ubiquen, por nombre, este barrio en Sevilla, Las Palmas también cuenta con su propia Triana y, en este caso, es sinónimo de desenfado burgués. Y es que en su día, en estas calles, se instaló la nobleza industrial de la isla, trayendo consigo un Modernismo tropical que se disfruta en las fachadas de calles como Triana, donde su carácter peatonal invita a parar, mirar, curiosear y soñar con una vida tras esos grandes ventanales.

El Santo

Foto: El Santo

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Ensanche ensanchado

Pero aquel espíritu de Ensanche y buena vida no queda ahí. Unas cuantas calles más arribas, sobre todo en Escritor Pérez Galdós, las alegres fachadas de colores esconden un universo creativo que tiene su sucursal gastronómica, sobre todo con El Santo, su cuquismo cafetero de Zoe Food y su paraíso de la moda y el interiorismo con tiendas como TRASTornados o la divertida Back to Green.

16688730034 16f585533e o. De fortaleza en fortaleza

Foto: Visit LPA

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De fortaleza en fortaleza

Una de las bases del renacer patrimonial de la ciudad es cómo ha recuperado antiguos baluartes y los ha llenado de arte y curiosidades. El primero de ellos es el Museo Castillo de la Mata, un bastión en medio de la vieja muralla que ahora, tras su renovación, alterna los hallazgos arqueológicos e históricos con la colección de objetos del Museo de la Ciudad y el Mar. En el segundo la intervención ha sido, si cabe, más intergeneracional ya que en el Castillo de la Luz ha entrado la contemporaneidad con más facilidad de lo que lo hicieron los piratas holandeses. Tras su imponente estampa, las pasarelas, miradores y escaleras diseñadas por el estudio Nieto Sobejano conducen a través de las obras de Martín Chirino, el gran escultor canario de las últimas décadas.

416-exterior-6-hotel-santa-catalina tcm7-161724 w1600 h870 n. Antes, todo esto era inglés

Foto: Hotel Santa Catalina

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Antes, todo esto era inglés

Hubo un tiempo en el que el puerto estuvo controlado por empresas inglesas cuyos buques atracaban aquí para comercializar y para hacer escala. De aquella época queda todo un barrio, Ciudad Jardín, que alterna los grandes chalets de aquellos marchantes con edificios racionalistas. Y, también, con monumentales construcciones regionalistas como el Pueblo Canario, que alberga la obra más famosa de Nestor de la Torre, el Poema del Mar o el antiguo Hotel Santa Catalina, renovado sin presupuesto límite y con buen gusto para alojar un hotel de la prestigiosa cadena Royal Hideaway de Barceló. Antes de abandonar este distrito, merece la pena recuperar el niño interior visitando el jardín del antiguo estadio insular de Las Palmas, hoy reconvertido en parque, donde las gradas aún rezuman tardes de gloria.

iStock-883106342. El barranco frondoso

Foto: iStock

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El barranco frondoso

Conviene escaparse del laberinto de calles para respirar aromas insulares. O lo que es lo mismo, acercarse al Jardín Canario, un centro de divulgación botánica gratuito donde se descubre lo fascinante que es la flora del archipiélago. Bosques de laurisilva, islas de cactus, ficus esbeltos y hasta dragos que parecen esculturas se suceden sin parar, haciendo de este lugar un escenario perfecto para perderse sin dejar de explorar.

iStock-1156459909. El orgullo de Las Canteras

Foto: iStock

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El orgullo de Las Canteras

Es, sin ninguna duda, la playa urbana más famosa del archipiélago y una de las más carismáticas del mundo. Y eso que, hasta hace no mucho, mezclaba los restaurantes guiris con el ajetreo dominguero. Sin embargo, el hecho de haberse convertido en el barrio fetiche para los nómadas digitales ha impulsado la revalorización de este arenal. Porque, claro, no hay nada como que te valoren desde fuera.

13122018-DSC01770. Sin arena

Foto: Talleres Palermo

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Sin arena

Este subidón de orgullo se demuestra con iniciativas como las de Salitre Sport, una empresa que organiza excursiones en kayak transparente o snorkel por la barrera de este arenal y que, entre risas y curiosidades, demuestra en la práctica toda la biodiversidad que atesora. Por otro lado, están las propuestas en tierra, como los fines de semana en Talleres Palermo, cuando esta tienda de muebles se transforma en bar y lo que surja o los bocados en La Bikina, una taberna surfera con sabores de aquí y de allá en donde lo gastronómico se resume con un término: diversión.

Sinfónica 4A. Conciertos y surf

Foto: Visit LPA

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Conciertos y surf

Al final de Las Canteras, en la zona de la Cícer, la playa deja de ser una alfombra de arena para convertirse en un reguero de neoprenos que buscan la mejor ola. La proliferación aquí de escuelas de surf ha transformado lo que era una zona un tanto deprimida. Y es que la alegre cultura que rodea este deporte ha contagiado a restaurantes como Buen Clima y bares como Mumbai Sunset Bar, donde lo desenfadado no eclipsa la calidad de sus propuestas. Un poquito más allá, como queriendo poner frontera monumental a la playa, se encuentra el auditorio Alfredo Kraus, una sorpresa arquitectónica de Óscar Tusquets que programa visitas guiadas con un fin: poder contemplar su escenario con vistas (literales y ventanales) al mar.

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