Paso a paso

Pamplona: lo que el turista no ve

Diez coordenadas para descubrir los lugares menos conocidos de la capital de Navarra.

La capital de Navarra se va haciendo más interesante según se hace mayor. Más allá de su fachada la ciudad guarda lugares y experiencias aún por descubrir, secretos que los pamplonicas se guardan para ellos, muchas de ellas fuera del centro, que fulminan las ideas preconcebidas que se tienen de Pamplona.  

Fundacion Echauri
Foto: D.R.

Fundación Echauri

Muy poca gente sabe qué oculta este edificio del Siglo XVII de la calle San Antón de Pamplona y sin embargo acaba de cumplir una década como sede de la Fundación Miguel Echauri, entidad que custodia gran parte de la obra del pintor Miguel Echauri, junto a esculturas y mobiliario de época. La exposición y el propio edificio, que conserva la escalera y lucernario originales, están abiertas al público en una visita guiada que tiene lugar a las 12 del mediodía y a las 7 de la tarde, de lunes a viernes, siendo necesario reservar previamente. El broche de oro a esta visita lo pone la Galería Echauri, situada en la planta baja del mismo edificio, donde se programan exposiciones temporales de autores de primer orden. 

El Rastro de las Buenas Pulgas

Todos los primeros sábados de cada mes, excepto el de julio, la Plaza de San José, uno de los rincones más  bonitos del Casco Viejo de Pamplona, se transforma en un encantador rastro de antigüedades. Chamarileros profesionales y particulares despliegan en improvisados puestos pequeños tesoros con más de 50 años de vida dignos de vivir una segunda oportunidad. La visita al Rastro de las Buenas Pulgas se puede completar con un paseo por la Ronda del Obispo Barbazán hasta el Fortín de San Bartolomé y los Jardines de la Media Luna, aprovechando la nueva pasarela peatonal de Labrit que en breve unirá los dos lienzos orientales del complejo amurallado de Pamplona. 

Palacio del Condestable
© Turismo Navarra

Palacio del Condestable

Uno de los mejores ejemplos de intervención arquitectónica contemporánea para recuperar patrimonio casi desaparecido la encontramos en el Palacio del Condestable de Navarra. El proyecto del estudio Tabuenca & Leache saca a la luz lo poco que quedaba de esplendor renacentista, recuperando artesonados y un patio de columnas octogonales integrado en una nueva estructura de hormigón y madera. La casa fue residencia de Luis de Beaumont, miembro de una noble familia legitimada para portar los estandartes del Rey de Navarra. Situado en la calle Mayor, el Palacio está abierto al público como centro cívico en el que se pueden disfrutar de exposiciones temporales y conciertos. Es también sede del Museo Pablo Sarasate, donde se custodia el legado de este violinista y compositor pamplonés, todo una celebridad en su época.

Ame y Art
Foto: José Mari de Pablos

Diseño por lo Viejo

El pequeño comercio es una de las señas de identidad de Pamplona. En el Casco Viejo hay cientos de tiendas originales, es el caso deFragments, de la diseñadora Karlota Laspalas; la joyería de autoras Lamai (antigua farmacia modernista de Mercaderes con sala de exposiciones en la trastienda); la objetería Los Días Felices y Ame & Art, una concept store creadora del mercado de diseñadores que dos veces al año, octubre y mayo, llena el claustro de la Catedral de Pamplona de moda, bisutería, arte, antigüedades….

Gema Rada, propietaria de Ame & Art,, está preparando un nuevo rumbo para la tienda de la calle Tejería 19, que pasará a denominarse Kósmika. La ropa vintage de marca, los libros esotéricos, la cosmética y la joyería hecha con piedras naturales y simbología conformarán la oferta del renovado proyecto que va a incluir talleres de tarot y astrología y otras experiencias sensoriales inéditas en una ciudad como Pamplona. 

Compañía Café Pamplona
© Compañía Café Pamplona

Buen menú y mejor café en lo Viejo 

Para comer más allá del circuito de los pintxos, proponemos probar Lanbroa, bar en la apartada calle Descalzos que, tras una renovación de look, ha dado un giro a su carta para incorporar platos de gastronomía de todo el mundo sin olvidarse del afamado producto navarro. Su menú de mediodía de tres platos a 15 euros es una sorpresa para los tradicionales paladares pamplonicas.

Otra dirección a tener en cuenta es Compañía Café, un lugar al que ir sin prisas para disfrutar de un café hecho con mimo y acompañarlo de una porción de tarta casera, tostada o bagel dulce y salado. Además de buen servicio, Café Compañía cuenta con un diseño limpio que incorpora en su planta baja los restos arqueológicos de la Pompaelo romana. 

Arga Pamplona
El Río Arga a su paso por Pamplona. Foto: Shutterstock

Paseo fluvial del Arga

El río Arga recorre 11 km por el término municipal de Pamplona, gran parte en paralelo a las viejas murallas. El uso del río por el hombre a lo largo de los siglos ha decorado el paisaje con puentes medievales, cruceros, molinos, casas de labranza con huertas y cuadras de ganado. Diversos senderos acompañados de una buena masa de vegetación de ribera recorren los tramos como el de Aranzadi, con encantadores merenderos a la orilla junto al viejo Puente de San Pedro; y el de la Magdalena, de donde proceden las lechugas más ricas de la comarca, a la venta ahí mismo en la frutería Zabalza. Además de paseando, es posible conocer el río y todo su patrimonio natural desde un kayak contratando la salida en la Escuela Municipal de Piragüismo, ubicada en el Molino de Caparroso; o en bici eléctrica, alquilándola en el servicio público Ride On Pamplona.

Geltoki

Parte del edificio racionalista que fue la estación de autobuses de Pamplona -declarado Lugar de Memoria por haber escondido en su reloj a represaliados del franquismo- es hoy sede de Geltoki, espacio “referente en la promoción de la economía social, la soberanía alimentaria y la cultura alternativa”. El proyecto, liderado por 50 entidades sociales, contiene una tienda de alimentos ecológicos cultivados por pequeños productores locales; una taberna que sirve menú de mediodía y por la tarde, bocatas y picoteo, siempre con opciones vegetarianas; y, por último, un espacio abierto a la creación cultural que apuesta por el nuevos talento. 

De todo lo acontece en  la vieja estación de buses, son las catas a dos manos; los eco-encuentros con productores y chefs; y el evento GastroShow, cena con espectáculo de artistas locales, los más demandados, así que es imprescindible reservar con antelación. 

Mercado del Ensanche

En este momento, el Mercado del Ensanche es el más apetecible de todos los que hay en la ciudad. Construido en la primera mitad del siglo XX, este Mercado presenta hoy una cara totalmente renovada, incluida su cúpula de hormigón y su monumental reloj alrededor del cual parecen girar todos los puestos. No hay día laborable en el que no se encuentre abarrotado de gente comprando en los más de 60 puestos la mejor verdura, fruta, lácteos y carne criados en todos los rincones del campo navarro, incluyendo las huertas urbanas de la Magdalena, además de productos de la mar traídos de los puertos más cercanos o de Escandinavia, de donde procede el bacalao en salazón para elaborar el Ajoarriero, uno de los platos estrella de la gastronomía foral. 

Casa de Comidas Rex
© Casa de Comidas Rex

Toda visita al mercado debería ir acompañada de un aperitivo en condiciones. El Segundo Ensanche, barrio comercial por excelencia, cuenta con una buena lista de bares donde dejarse ver. 

El exitoso estudio Ilmio Design es el responsable del aspecto deEl Rincón de Leo, pequeño pero sofisticado bar de día y afterwork donde el espíritu del “novecento” italiano envuelve a la clientela de vecinos fieles que lo frecuenta. La selección de vinos no defrauda, tampoco las tapas, “bocaticas” y raciones que Leo sirve para acompañar, como su ya mítico ajoarriero. 

Un par de manzanas calle arriba está Casa de Comidas Rex, un clásico bar de barrio actualizado cuya amplísima terraza se ha convertido en lugar de peregrinación para los amantes de un buen vermú al sol acompañado de un fritos de mejillón y pimiento; raciones de roastbeef, oreja y  “tartufata” de gorgonzola, hongo y trufa. Para comer, la casquería - manitas, callos y menudos - siguiendo las recetas de los abuelos y asados de gorrín y cordero son las especialidades. 

 

L'Atelier
Foto: Diego Matute Escalada

Quesos y vinos artesanos

A medio camino entre la Vuelta del Castillo y el campus de la UN se ubica la calle Pintor Crispín. En sus apenas 130 metros de longitud encontramos tres puntos de interés para gourmands. 

Haciendo un juego de esquinas están la quesería y el obrador artesano L’Atelier, dos negocios diferentes que maridan bajo la batuta de Lans Caballero. 

Del horno con suelo de piedra salen al año una gran variedad de panes elaborados con masa madre y fermentación lenta, de al menos 18 horas, para sacar todos los sabores. El pan de arándanos y queso de untar; el de frutos secos y el de semillas y nueces, trigo y centeno son los que recomienda el propio autor.

Complementando la venta, en la trastienda de la quesería se ofrecen cursos y catas de panes y quesos (desde 28 € por persona)  pero también experiencias diferentes como los maridajes de queso con cerveza, chocolate o sake. Esta última dirigida por Steven Bosen Wu Zheng, Mejor sushiman de España 2022 y jefe de cocina de Imperial, el excelente restaurante de cocina asiática absolutamente recomendado, situado justo frente a L’Atelier.