Paraty tiene aire escénico de película de piratas, pero sin piratas. A su espalda, se levantan las altas montañas cubiertas de selva, mientras que enfrente, se abre a las aguas cálidas y transparentes de la bahía. Diríase que aquí cualquier aventura es posible.
Está entre Rio de Janeiro y São Paulo, y sin embargo, Paraty es uno de los rincones más escondidos de Brasil, y no es fácil llegar. A pesar de ello, multitud de turistas nacionales ya lo conocían: en época de vacaciones abarrotan sus calles. También se contaba el secreto entre los mochileros de largo recorrido que buscaban un paréntesis de lujo slow en Brasil. Sin duda, la belleza del estilo colonial portugués, el color de sus calles, el exotismo de la selva tropical, las vistas al mar y el ambiente nocturno son reclamos difíciles de ignorar.